Hace una década, un niño africano, preocupado por los ataques de leones a su aldea durante la noche, observó que las antorchas mantenían a raya a los felinos y diseñó un sistema de protección usando luces de un arbolito de Navidad.
El proyecto Turere (Richard Turere es el nombre del chico que entonces tenía 12 años) se aplicó con éxito en varios sitios de África y Asia. Retomando el sistema, se ha iniciado una prueba piloto en un puesto de San Carlos para evitar los ataques de pumas.
Unos 15 estudiantes del Grupo Fauna, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto, diseñaron un proyecto con alumnos de Ingeniería de la misma casa de estudios.
En conjunto, adaptaron el sistema de luces que ideó Turere para alejar a los pumas que suelen atacar ganado en la eco región cordobesa de El Espinal. Sin embargo, no lograron que ningún puestero quisiera sumarse a la iniciativa.
En Mendoza, hace un par de meses se creó un Grupo Fauna, integrado por estudiantes de la carrera de Veterinaria de la Universidad Juan Agustín Maza.
Por este motivo, los jóvenes cordobeses -en Córdoba nació la primera agrupación de este tipo en el país- tomaron contacto con Jennifer Ibarra, quien además de ser docente en la Maza es titular de la Fundación Cullunche.
Como los integrantes de la entidad vienen trabajando desde hace un tiempo en la problemática de ataques de zorros y pumas al ganado en San Carlos, decidieron probar el sistema en un puesto situado en Pareditas.
El fin de semana pasado colocaron un sistema de luces led intermitentes, alimentado por paneles solares y una batería, en los límites del corral donde se encuentran las cabras. Ibarra explicó que también instalaron cámaras “trampa”, que tienen un sensor que se activa con el movimiento y toma imágenes.
De este modo, podrán realizar un relevamiento de la fauna que se acerca a los corrales.
El mismo mecanismo, detalló la presidenta de Cullunche, se está utilizando para conocer qué animales habitan el entorno de la Laguna del Diamante, también en San Carlos. En este caso, con el acompañamiento de los guardaparques.
Cuidar la dieta del puma
Marianela Bonetto es una de las dos jóvenes -de un grupo de 10 que trabajaron en el proyecto- que viajaron desde Córdoba a Mendoza para participar de la instalación del sistema.
El proyecto cuenta con financiamiento de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación. La estudiante detalló que harán el seguimiento a distancia pero que planean volver al lugar antes de fin de año.
Esto, porque los dos próximos meses son claves para evaluar la efectividad de la instalación ya que las cabras están con sus crías, lo que atrae más a los depredadores.
Por otra parte, la ubicación de las luces se debe cambiar con una cierta frecuencia para evitar que los animales se acostumbren y les pierdan el temor que evita que se acerquen.
Sin embargo, la iluminación es sólo uno de los elementos requeridos para evitar los ataques de carnívoros. También es necesario encerrar los animales durante la noche y colocar telas en los corrales para evitar que ingresen los pumas.
Pero además, se deben cuidar las especies de las que se alimentan estos felinos, ya que se ha comprobado que sólo bajan a los puestos cuando no encuentran alimento en su lugar, a mayor altura.
Jennifer Ibarra resaltó que lograron el compromiso de los puesteros que participan de la experiencia de que no dejarán que entre nadie al terreno a cazar la dieta del puma.
Ésta incluye, principalmente, cuises y vizcachas, aunque también liebres y guanacos. Es que esta es una práctica bastante común pero deja sin presas silvestres a los felinos, a los que luego se mata en cuanto se observa uno por temor a que puedan atacar al ganado caprino.