El 25 de mayo de 2010, en pleno auge por los festejos del Bicentenario a lo largo y ancho del territorio nacional, fue el entonces gobernador Celso Jaque el encargado de inaugurar el hospital Ramón Carrillo, en Las Heras.
Más de cuatro años después de ese momento, y luego de varios actos de (re) inauguración (que se repitieron con la puesta en marcha de oficinas administrativas, sala de radiografías y la flamante internación), algunas acusaciones se siguen posando sobre el efector y su administración.
La más reciente es la que hizo el gremio ATE, cuyos trabajadores cortaron durante la mañana de ayer un tramo del Acceso Norte (esquina con Manuel A. Sáez) e hicieron un piquete en reclamo a la decisión de dejar a 18 técnicos sin trabajo.
Los técnicos cesanteados, con el secretario adjunto de ATE Roberto Macho a la cabeza, interrumpieron la circulación de la vía que ingresa a la Ciudad cerca de las 11 de ayer, justo a la altura por la que se accede al mencionado establecimiento.
“Es un centro de salud grande, no un hospital. Se está dejando en la calle al personal especializado que allí trabaja y que tiene la función de descomprimir. Es un centro de referencia para el departamento de Las Heras, pero no hay personal. Hay quirófanos equipados y no hay quien opere”, destacó Macho.
Los 18 trabajadores que no continuarán se desempeñaban en Farmacia, Rayos X y en Laboratorio y, durante la manifestación, denunciaron que el nosocomio está “vaciado”.
Por su parte, desde el Ministerio de Salud destacaron que esos trabajadores no fueron despedidos, sino que trabajaban como proveedores y que -luego de dos meses de prueba- se decidió continuar con 60 trabajadores y no con los 78 con que se había empezado.
“Actualmente con los 60 que tenemos se está dando respuesta ante la demanda y las necesidades en el hospital. Quizá fue un poco auspicioso cuando empezamos a trabajar con los 78, pero después de 60 días nos dimos cuenta que necesitábamos sólo 60”, resaltó el subsecretario de Gestión de Salud, Oscar Renna.
Asimismo, aclaró que los 78 empleados que comenzaron hace dos meses no estaban con relación de dependencia ni con el hospital ni con el Ministerio.
“Estaban como proveedores. Cumplidos los dos meses, se decidió contratar a 60 de ellos y no seguir con los otros 18. Hay médicos que han quedado afuera también. Pero es algo transitorio, ya que en la medida que se vaya necesitando gente se va a ir tomando y se los va a ir llamando paulatinamente”, destacó Renna.
Frente a otras de las acusaciones que vienen sucediéndose desde aquel 25 de mayo de 2010 -y que tomó fuerza durante la mañana de ayer- referida a las “pocas prestaciones que brinda un hospital tan grande, que es más parecido a un centro de salud”, tanto desde el hospital como desde el Ministerio de Salud se defendieron.
“Desde el principio estuvo pensado como un hospital de mediana y baja complejidad, por lo que no se hacen intervenciones complejas en el Carrillo. No hay torres quirúrgicas, pero porque ése es el perfil del hospital.
Si es un parto normal que precisa de acompañamiento, se lo atiene acá. Pero si requiere de cesárea o es complejo, se lo deriva al Lagomaggiore. La función del Carrillo, desde siempre, ha sido la de descomprimir los hospitales de alta complejidad (como el Notti o el Lagomaggiore) para que estos no tengan una sala ocupada con algo de baja complejidad y estén disponibles ante una urgencia”, resaltó Renna.
Reflotan críticas
Desde su inauguración, el hospital materno infantil Ramón Carrillo ha estado más en las noticias por denuncias de irregularidades en su funcionamiento que por otra cosa. Incluso, el cuestionamiento por su denominación de “hospital” llegó al diario Perfil, donde algunos profesionales y gremialistas pusieron en duda que se trate de un hospital, puesto que no tenía internación en aquel momento.
En junio, el gobernador Francisco Pérez inauguró la segunda etapa del hospital, que consistió en una ampliación de cinco mil metros cuadrados y la puesta en funcionamiento de los servicios de terapia de adultos y Neonatología, el área de partos y cirugía, esterilización, internación y guardias médicas.
No obstante, y pese a este agregado, Macho (ATE) fue más lejos ayer y acusó que se trata de “un gran centro de salud”, y destacó que tiene insumos, pero no profesionales y técnicos para que trabajen.
“Nunca estuvo pensado como un hospital de alta complejidad. De hecho, las urgencias se siguen atendiendo y derivando al Notti (infantil) y Lagomaggiore (maternidad).
La idea del Carrillo es descomprimir para que allí se atiendan cuadros de baja y media complejidad, y no que los hospitales de alta estén ocupados en ellos”, indicó Renna.
Desde el hospital, en tanto, confirmaron que por día atienden a unas 200 personas (100 en la guardia y otras 100 en consultorios externos) y que cuentan con 340 trabajadores.
Además aclararon que, desde siempre, el equipamiento con que han trabajado ha sido propio y nunca se le quitó a otras dependencias.
El nuevo conflicto
Tras mantener una asamblea durante la mañana de ayer en el hospital, los delegados de ATE y otros trabajadores se reencontraron en el cruce de Acceso Norte y Manuel A. Sáez. Allí, con banderas y pancartas, los manifestantes encendieron dos cubiertas e interrumpieron la circulación en sentido norte - sur.
“El jueves, los despidieron después de dos meses de trabajo y no les han pagado ni un solo día de trabajo. Están vaciando el hospital, porque insumos y equipamiento hay, pero lo que no hay son profesionales ni técnicos.
La salud pública es una prestación básica y mientras los centros de salud están abarrotados y sin insumos, éste es un centro de referencia para Las Heras. Por eso, es que estamos planteando la reincorporación inmediata de los trabajadores”, indicó el secretario adjunto de ATE, Roberto Macho.
Consultado por esta acusación, fue el subsecretario de Gestión de Salud, Oscar Renna, quien tomó la voz a nivel oficial y resaltó que ninguno de los trabajadores tenía relación de dependencia y que con los 60 que finalmente quedaron contratados se está respondiendo a las necesidades ya que, tras la inauguración de la segunda etapa del hospital (salas de internación), la producción del hospital no fue la esperada.
“Es cierto que el mes de junio no se les ha pagado y ya ha vencido el plazo, ya que a los prestadores se les paga con un mes de retraso. En el transcurso de este mes van a cobrar junio. Pero julio no ha vencido aún, ya que se le tiene que pagar en agosto”, se excusó.