La cantidad de efedrina que se importó a la Argentina pasó de una tonelada y media en 2003 a 20 toneladas en 2007, es decir un 1.363 por ciento más, debido a la falta de controles por parte de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) durante el kirchnerismo.
Los datos, que cobran relevancia con la detención de Ibar PérezCorradi (38), sindicado autor intelectual del triple crimen de General Rodríguez, surgen del fallo en el que la jueza federal María Romilda Servini de Cubría procesó en 2014 al ex titular de ese organismo, José Granero, y a otros ex funcionarios que omitieron fiscalizar el ingreso de ese precursor químico al país.
De allí se desprende que en 2003, cuando asumió Néstor Kirchner, se importaron al país 1.500 kilos de efedrina y a partir de allí las cifras fueron creciendo: en 2004 se compraron 2.599 kilos, en 2005, 3.925 kilos; en 2006 se a llegó a 6.100 y en 2007 se alcanzó un pico máximo de 20.450 kilos.
Lo llamativo de estos datos es que el uso de efedrina en la industria farmacéutica para colirios, jarabes para la tos y pastillas para adelgazar era sumamente bajo en relación a los miles de kilos importados, según surge de la causa.
Por ejemplo, entre 2000 y 2010, un famoso laboratorio utilizó sólo 423 kilos del precursor para producir unas 600.000 unidades de jarabe para la tos y en base a la declaración de varios testigos se llegó a la conclusión de que con un kilo de efedrina se pueden fabricar 20.000 pastillas de 50 miligramos.
Por eso, para la jueza, "desde el momento en que no brotaron obesos mórbidos por doquier a partir de los años 2004 o 2005 y no se descubrió ninguna propiedad milagrosa en la efedrina que justifique las desmedidas importaciones de ese precursor químico, de ninguna manera se condicen las mismas con los exiguos crecimientos de la industria farmacológica".
"No fue casual, ni un descuido lo que aconteció con los volúmenes de importación de efedrina. La real y única problemática es una operación de narcotráfico internacional", remarcó al procesar a los ex funcionarios.
Servini dijo que quedó ampliamente demostrado en distintos procesos judiciales que las importaciones de efedrina tenían como último destino México, donde en 2011 hubo unos 13.000 muertos vinculados al narcotráfico.
"En Argentina, se demostró que por esa misma razón, narcotráfico, ejecutaron a las víctimas de lo que fue conocido como el triple crimen de General Rodríguez", consideró la jueza en referencia a Sebastián Forza (34), Diego Ferron (37) y Leopoldo Bina (35).
Por ese hecho fueron condenados en un juicio oral a prisión perpetua los hermanos Cristian (42) y Martín Lanatta (44) y Víctor (35) y Marcelo Schillaci (36), en tanto que se dio por acreditado que el autor intelectual fue Pérez Corradi, detenido el domingo en Paraguay.
El fallo destaca que de los 47.625 kilos de efedrina importados entre 2004 y 2008, 40.972 fueron desviados a manos de condenados, procesados o denunciados por maniobras de narcotráfico.
Entre ellos se menciona a Guillermo Ascona, condenado por un tribunal de San Martín a cuatro años de prisión por importar 1.900 kilos de efedrina, y a los responsables de Farmacéuticos Argentinos S.A., Guillermo Manfredi, Alfredo Abraham y Alberto Salvador López.
Estos últimos recibieron penas de entre 4 y 11 años por parte de un tribunal porteño a raíz de un desvío de más de 15 toneladas entre 2006 y 2008.
En tanto, Mario Segovia, conocido como "el rey de la efedrina" y el mexicano Jesús Martí¡nez Espinoza fueron condenados a 9 y 14 años de prisión, por formar parte de una banda que elaboraba metanfetaminas en una quinta de la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz y enviaba efedrina hacia México.
Ese laboratorio -considerado el más importante de Latinoamérica- fue desmantelado en julio de 2008, mientras que un mes después, el 13 de agosto, se cometió el triple crimen, cuyo móvil se cree que fue una pelea entre Pérez Corradi y las víctimas para quedarse con el negocio de la efedrina.
En la sentencia del Tribunal Oral 2 de Mercedes por ese caso se describe la situación del país en ese momento.
"Nuestro territorio fue ámbito fértil para la colonización por los carteles mexicanos, quienes mandaron a sus 'virreyes', entre ellos a Martínez Espinosa, quien tenía estrecha relación con Marcelo Tarzia (detenido en el laboratorio de Maschwitz y ya fallecido), encargado de sus negocios en la Argentina; Pérez Corradi, Forza entre otros", señala el fallo.
Agrega que "la anomia y ausencia de controles locales sobre el precursor químico alertó a estos mexicanos expertos en el tema, toda vez que resultaba más rentable y con menores riesgos producir la droga directamente en Argentina".
A la misma situación que Servini aludió su par Ariel Lijo al procesar el jueves último al ex superintendente de Servicios de Salud, Héctor Capaccioli, a quien se acusa de haber lavado dinero en 2007 con fondos aportados a la campaña de Cristina Kirchner por droguerías, cuyo origen pudo ser el tráfico de efedrina o la denominada "mafia de los medicamentos".
Lijo también procesó a Solange Bellone, viuda de Forza, porque aportó 200.000 pesos en cheques a la campaña a través de la droguería Seacamp, aunque los fondos provendrían de carteles mexicanos.
Otra maniobra detectada es que Perez Corradi habría traficado efedrina desde India y China, camuflada en pólvora y proteína de suero, motivo por el cual el juez en lo Penal Económico Rafael Caputo también pidió esta semana su extradición a Paraguay.