Doctor virtual, desde la comodidad de casa

Existen espacios en la web que brindan información sobre síntomas y enfermedades, sus tratamientos y medicamentos. En todo el mundo, ha aumentado el acceso a estos sitios en llegando, en algunos casos, a reemplazar la visita al médico. Aquí, los riesgos y

La web es una caja de sorpresas y nos presenta herramientas para todos los gustos. Hablamos de sitios donde se comparte información de enfermedades y sus síntomas lo que permite al potencial paciente, tener un prediagnóstico del estado de salud.

El ya conocido “Dr. Google” es prueba de esto. A solo un clic de distancia permite “armar el rompecabezas” del malestar.

Pero, cuidado, no reemplaza el examen físico ni la visita al profesional; solo permite despejar dudas respecto a las dolencias que, en caso de persistir, merecen una consulta.

Lo que nos cuentan las películas de ciencia ficción golpea a nuestras puertas y se nos ha hecho cotidiano: existen aplicaciones y sitios en la red a través de los cuales el paciente puede acceder a la consulta médica sin tomar micros ni taxis, ni sufrir demoras camino al hospital, ni perder tiempo de espera en la guardia.

Esta mecánica en la atención -que ya se extiende en muchos centros de salud del país y el mundo- “brinda mucha más practicidad, pues la consulta online agiliza lo burocrático del sistema sanitario”, comenta el médico residente Federico Garay.

"Dr. Google" es un buscador que brinda datos sobre diferentes síntomas y los vincula con enfermedades, organiza información médica para ser rastreada rápidamente de acuerdo a lo que la persona busque.

Permite elaborar un autodiagnóstico en un tiempo que no supera los 20 minutos. Pero, manejarse solo con estos datos, puede ser muy perjudicial para la salud, ya más que el mismo profesional es quien reemplaza a la palabra profesional que obtenemos por otras vías.

En Google se hacen dos trillones de búsquedas anuales. El 1% de esas consultas están relacionadas con síntomas de enfermedades, tratamientos y medicación, y “no se puede negar que desde que llegó la tecnología, todo lo buscamos en la web. Googleamos todo lo que queremos saber, pero la salud es un hilo muy fino. Hay que tener cuidado”, agrega Garay.

“Lo que la red nunca podrá hacer es escribir un artículo sobre tal o cual enfermedad, nunca va a ser un cardiólogo, ni un cirujano. Y es eso lo que no debemos perder de vista”, dice Juan Manuel Martínez, psicólogo y psicoanalista.

Esta práctica ha avanzado tanto que ya no solo encontramos páginas web con información cargada, sino que podemos acceder a consultas online con médicos dispuestos a realizar dicha tarea.

Esto se logra gracias al desarrollo de plataformas que permiten realizar videollamadas (ahora videoconsultas) a través de la web o de una aplicación.

Este servicio está orientado  a situaciones de salud frecuentes, que admiten ser atendidas a través de la pantalla; o sea solo como una práctica preventiva.

Riesgos de usar la web con fines médicos

En la actualidad, cualquier persona puede abrir su propio sitio, comentar y compartir información.

“Este es uno de los problemas que plantea internet. Entonces aparece el dilema de la veracidad de la información. Pero esto siempre existió, insistimos, la red lo magnifica”, analiza el psicólogo.

En la red podemos toparnos con un montón de mentiras, pero también hay muchos datos útiles. Internet está ahí, es una herramienta, y dependerá del usuario si la toma como última palabra o para sacar el provecho que ella sí puede brindarle.

El paciente debe preguntarse en cómo elegir la información para obtener el dato correcto.

La idea de consultar en la web, no es mala. Lo malo es quedarse solo con esos datos o automedicarse sin una prescripción médica, ni encuentro con el profesional.

Colocamos en Google los resultados del último estudio realizado, cliqueamos “enter” y creemos ya saber todo lo que necesitamos: no es así.

O, cuando algo que dijo el profesional en plena consulta nos hizo ruido, en vez de preguntar en el momento, escogemos hacerlo en los sitios de internet también nos equivocamos.

Los números lo dicen todo: de cada cinco usuarios, cuatro busca en la web información sobre su estado de salud; lo que nos hace pensar: ¿qué hacen luego de obtener los datos?, ¿se automedican?, ¿consultan luego con algún profesional de cabecera?, ¿cómo competir con la comodidad y rapidez que ofrece el “médico virtual” en contraposición al real?

Es importante plantear que, Dr. Google y otros espacios surgieron luego de reconocer que hay un grupo importante de personas que no quiere ir al médico.

Quizás porque temen a lo que pueden descubrir, “es mejor teclear los síntomas en la computadora a hablar con un facultativo y saber qué es realmente lo que le sucede”, comenta Martínez.

Cambio rotundo de perfiles

Todo esto ha generado un profundo cambio en el perfil del paciente, pues éste se ha transformado en alguien con conocimientos que antes les eran lejanos.

Con solo 5 minutos de búsqueda virtual, llega a la consulta médica con datos importantes para poner en común con el profesional de la salud, “tenemos pacientes más informados y también algunos mal informados”, dice Juan Manuel.

El que consulta obtiene esas informaciones y a veces piensa que lo que sabe está bien. Lo que hay que destacar es que se presenta a la consulta con mucho para decir. “Esto genera una química diferente entre médico y paciente”, afirma el profesional.

Otro aspecto de esa relación que cambia es el médico. Ya que la tecnología lo invita a adentrarse en estos nuevos procesos, conocer cómo es que funcionan, qué información corre por esos canales, de ser posible, colaborar con los datos que se comparten en estos sitios y, sobre todo, con el desarrollo tecnológico en el que nos encontramos insertos.

Muchos expertos aseguran que estos servicios no reemplazan el contacto físico con el profesional. Y, coinciden en que resuelve situaciones de salud frecuentes o de baja complejidad.

En aquellos hospitales que tienen mucha demanda esta idea de la videollamada, resulta ser una salida interesante “porque agiliza la consulta médica para el diagnóstico diferencial, seleccionar aquellas consultas que no son tan necesarias para dedicarle más tiempo a las más urgentes”, aclara el psicólogo.

Lo que no es grave se podrá atender vía online y las situaciones urgentes, obviamente, con contacto físico y más cercano. Por lo tanto, el número de atención va a aumentar, pero el tiempo de espera va a disminuir, sería mucho más ágil y clara.

En caso de tener inquietud y visitar la vasta variedad de sitios sobre salud, es recomendable hacerlo en aquellas páginas confiables, avaladas por las sociedades científicas reconocidas a nivel mundial: organismos gubernamentales, ONG, entre otros.

Y, luego de navegar por esos espacios, recordar que para garantizar un buen estado de salud, la visita al profesional es imprescindible y el mejor camino para atender con seriedad cualquier situación.

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