Curas y abusos en el instituto Próvolo: ¿Qué sabía el Arzobispado?

El abogado que defiende a víctimas de abusos sexuales eclesiásticos en el país descree de que la Iglesia de Mendoza no conociera los antecedentes del cura Corradi. Pero el vocero del arzobispo insiste en que es así y ruega: “Créannos”.

Apenas salieron a la luz las denuncias por abusos a chicos y adolescentes hipoacúsicos en el instituto religioso Próvolo (Carrodilla) y que involucran -al menos- a 2 curas y 3 administrativos, el Arzobispado de Mendoza dijo desconocer no sólo los episodios locales sino también los antecedentes de Nicolás Corradi, uno de los sacerdotes denunciados.

El religioso italiano de 82 años llegó a Mendoza en 1996 luego de que la orden decidiera trasladarlo desde Verona.

Sin embargo, 9 años después de su silencioso arribo a la provincia -donde además fue designado como regente del establecimiento al que asisten  varios chicos vulnerables, cargo en que se desempeñó hasta la semana pasada- salieron a la luz otras denuncias de abuso sexual también a menores hipoacúsicos cometidos desde 1955 por diferentes religiosos en Verona, entre los que figura su nombre.

"El Arzobispado no puede desconocer a los sacerdotes de su Diócesis, por lo que tiene responsabilidad desde lo canónico. El canon 265 de este código de derecho sostiene que -no pueden existir sacerdotes acéfalos ni vagos-. Esto significa que el arzobispo tiene que tener conocimiento de todo sacerdote que forma parte de una Diócesis. Es como si mañana entra otro trabajador a un lugar de trabajo, el director o jefe tiene que saber quienes son sus empleados", resumió el abogado asesor de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico en Argentina, Carlos Lombardi, quien insistió en que no es creíble la versión de que los líderes de la Iglesia en Mendoza no estuvieran al tanto de lo que ocurrió en el Próvolo.

“¿Cómo no van a saber que Corradi viene escapándose de Italia por abusos que cometió allá si con sólo escribir su nombre en Google aparecen estas noticias?”, agregó.

El vocero del Arzobispado, Marcelo De Benedictis, prácticamente rogó a la opinión pública que crean en su versión.

“El obispo tiene una responsabilidad pastoral en toda la Arquidiócesis y sus sacerdotes. Pero lo que hace al cuidado del sacerdote de una congregación corresponde a sus autoridades legítimas. El obispo no puede trasladar a un sacerdote de otra orden, por ejemplo”, destacó De Benedictis, quien acotó: “No hay nada por escrito ni verbal del Próvolo que haya llegado al Arzobispado o a la DGE. Créannos, no ha llegado nada. Nadie se ha acercado”.

Al ser consultado sobre por qué no conocían los antecedentes de Corradi en Italia, el vocero del Arzobispado lo justificó diciendo que “en 1996 (año en que el religioso europeo llegó a Argentina) no era tan común el acceso a internet”.

Por otra parte, si bien en su web el Arzobispado sigue incluyendo al instituto lujanino como una “casa de retiro” y están disponibles los datos de contacto, por medio de un escueto comunicado ayer “rompieron relaciones” con el mismo: “Por disposición del Sr. Arzobispo, Mons. Carlos María Franzini (Prot. 379/16), se suspende toda actividad pastoral en las instalaciones y predio del Instituto Antonio Próvolo”, puede leerse.

Una "coartada"

Para el abogado Lombardi, “la coartada del Arzobispado no resiste el menor análisis. Sostienen que el Próvolo es un instituto creado en Verona y que lo manejan desde allá. Pero esa es una falacia, una verdad a medias, porque -conforme al canon 806- el obispo tiene el derecho y el deber de vigilar cualquier instituto educativo religioso. Por competencia territorial, el obispo local tiene jurisdicción y responsabilidades canónicas”.

Por estos días, Lombardi ha recibido una gran cantidad de consultas de los padres de chicos hipoacúsicos que asisten al instituto e incluso de ex alumnos. “No descartamos constituirnos como querellantes en la causa general”, adelantó.

Sobre el polémico accionar de la Iglesia ante estos episodios, Lombardi fue muy crítico: “El sistema jurídico canónico es arbitrario y contrario a los derechos humanos y a las garantías civiles. Los religiosos se protegen entre ellos y no les importan las víctimas. A los acusados primero los trasladan, en silencio. Y si después toma estado público la acusación, comienzan con la defensa. Es lo que hicieron con Corradi cuando lo trasladaron de Italia, y lo que pasó en Mendoza con Iván González y el cura que abusó de él, (Jorge Luis) Morello. Primero lo trasladaron a San Martín, después a la capellanía de un hospital, y todo se hizo en silencio hasta que se hizo público el episodio”.

Además, el asesor de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico no descartó la posibilidad de ir contra el instituto, la DGE y el Arzobispado. “No descartamos ninguna responsabilidad”, afirmó.

Un ruego de confianza

De Benedictis insistió una y otra vez en el hecho de que la Iglesia mendocina no estaba al tanto de lo ocurrido en el establecimiento al que asistían chicos con distintas discapacidades (mucho de ellos se quedaban internados de lunes a viernes).

“De haberse sabido alguna anormalidad o denuncia, el Arzobispado hubiese intervenido. En la carta de presentación que el General del Próvolo (máxima autoridad) envió a (el ex obispo José María) Arancibia, presentaba a Corradi como un hombre apto y capaz para dirigir un instituto educativo”, contó De Benedictis.

El sacerdote destacó que los hechos denunciados en el lugar son “lamentables, dolorosos e indignantes. A partir de ahora se tomarán nuevas medidas y se hará un control de los sacerdotes que vengan de otros lados, aunque sean de otras órdenes”, continuó.

De Benedictis también aseguró que desde el 2011 la Iglesia ha abandonado la práctica de trasladar en silencio a un cura ante cualquier acusación.

“Se están tomando medidas concretas, en especial para evitar abusos en las iglesias. Apenas hemos tomado conocimiento de las denuncias hemos dado aviso a las autoridades del Próvolo en La Plata y en Italia. La Iglesia en Mendoza está haciendo esfuerzos grandes para evitar estos hechos, y estos casos han ocurrido porque nosotros no conocíamos sobre estas prácticas. Créannos”, insistió.

Por su parte, el escritor y ex sacerdote Rolando Concatti (82) sostuvo que cree en la defensa del Arzobispado, aunque reconoció que podría haberse hecho un mayor control sobre el sacerdote italiano.

“El Arzobispado tiene que estar informado, sin que esto signifique que tenga que hacer un control estricto. En el caso de las órdenes, el control del obispo tiene sus restricciones y no tiene autoridad absoluta como ocurre con el clero secular. La versión del Arzobispado no es amañada ni oportunista”, reconoció Concatti, quien dejó los hábitos hace más de 40 años.

“Tal vez se podría haber hecho algo más para buscar los antecedentes y tener un seguimiento de Corradi”, concluyó.

Los docentes se defienden en las redes sociales

Aunque han preferido no dar la cara ante las constantes requisitorias periodísticas, los directivos y docentes del Instituto Próvolo han recurrido a las redes sociales para despegarse del escándalo. Y aclararon que los hechos denunciados ocurrieron en un horario en que ellos no estaban en la institución.

“No suelo escribir estados, pero el tema del Instituto Próvolo me toca de cerca. Sólo quiero decir que los directivos y el cuerpo docente no sabían lo que ahí sucedía, sino CLARAMENTE lo hubieran denunciado como corresponde. Los medios sólo escuchan a los padres que quieren sacar rédito de esto, y no justifico para nada lo que han hecho estas horribles y macabras personas, es más, por mí que se pudran en la cárcel. Solamente quiero que también vean las cosas buenas que han hecho durante años las personas que allí trabajan. Una cosa es el instituto y otra es la congregación a la que pertenecían los curas".

“Con las cosas que se dicen en noticieros, diarios y radios están perjudicando el trabajo y la imagen de muchas personas que nada tienen que ver con lo que sucedía en el albergue, en horas en las que ellos no se encontraban en el instituto".

“Espero que esto pase y caigan todos los que hayan hecho algo o hayan encubierto lo que allí sucedía”, puede leerse en uno de los descargos.

Citarán a Franzini a la Legislatura

La comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados oficializará hoy el pedido para que el arzobispo José María Franzini o alguna autoridad eclesiástica se presente en la Legislatura el próximo jueves.

“Tenemos dudas de cómo es el procedimiento cuando llega un sacerdote de afuera a la provincia. Y nos pareció más oportuno citarlos antes que hacer un pedido de informe”, destacó la presidenta de la comisión, Beatriz Varela.

Además, desde otras comisiones preparan pedidos de citación a las autoridades del Instituto Próvolo.

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