Cuando los complejos bloquean el placer

Centrarnos en nuestra apariencia física, al momento de llegar a la cama, puede bloquear ese instante único que es el placer sexual. ¿Es posible superar esta traba?

El espacio sexual en una pareja no siempre es como nos imaginamos y la inhibición y falta de aceptación de nuestro cuerpo hace que no podamos disfrutar del acto en cuestión.

Desde tiempos remotos, la mujer fue más sentimental y el hombre más visual. Es decir que el hombre necesita visualizar esa escena erótica y sexual, en cambio la mujer disfruta de una palabra de afecto, un abrazo o un beso apasionado.

Si bien el bloqueo existe para ambos sexos, en general es la mujer quien lo sufre más. Por ejemplo, se destacan casos en donde ellas prefieren tener relaciones sexuales con la luz apagada, con una remera o un corpiño puesto, entre otras formas.

Y cuando esto sucede (ya sea en el hombre o en la mujer), desde ya que el resultado dentro del orden del placer no será positivo; porque no solo lo padecerá quien sufre el bloqueo sino también su pareja. De alguna manera, nuestro cerebro domina todo nuestro cuerpo y esto puede desencadenar en la falta de orgasmo o problemas para llegar a una erección.

“Un bloqueo sexual es algo que, tanto de manera física como emocional, impide el disfrute de ese encuentro con un otro y es una señal de que algo hay que modificar”, explica Cecilia Borghetti, psicóloga y sexóloga.

Y agrega que: “existen diversas causas, pero en general son barreras emocionales que se nos imponen. Puede ser por extremada preocupación en el rendimiento, estrés, baja autoestima y hasta no sentirse valorado o querido por la pareja. Aunque no siempre tiene que ver con un otro sino también con inseguridades propias. En general este sufrimiento y desorientación se da porque se entra en un círculo que se retroalimenta de pensamientos reiterativos que nos paralizan. De esta manera se instala previamente al encuentro amoroso un ‘no puedo’, que actuará como profecía autocumplida”.

¿Qué significan estos bloqueos?

Estos bloqueos actúan como coraza o escudo y es una falsa creencia de impedir, mostrar o sentir algo que nos incomoda, sobre todo, en el campo sexual que es en donde nos sentimos totalmente expuestos y en donde justamente estamos desnudos.

“Estamos inmersos en el mundo de los mitos y exageradas expectativas que tanto nos lastiman. Estamos bombardeados de imágenes visuales,  publicidades de cuerpos desnudos, ritmos de bailes excitantes como el reggaeton o el caño; entre tantos otros, pero pocos estamos informados sobre la sexualidad. La sexualidad es aprendida y se construye diariamente.  También es emocional-dependiente e intervienen aspectos bio-psico-sociales”, indica la psicóloga y sexóloga Julia Santecchia.

Y reflexiona que: “todos deberíamos poder tener acceso a una educación sexual que contemple derechos y placer, porque en general el deseo sexual, y un encuentro real de cuerpos donde existe la famosa química o piel, poco tienen que ver con un cuerpo perfecto”.

Disfrutar un poco más

Los especialistas aseguran que nuestra sexualidad nos acompañará toda la vida, por lo tanto así como cuando algo nos duele concurrimos al médico, también es importante ocuparnos de nuestra salud sexual.

Claro que una terapia psicológica será efectiva. Pero este proceso también incluye conocernos a nosotros mismos, explorando nuestros gustos,  nuestros cuerpos y también nuestros límites.

Entre los complejos más comunes aparecen los orgasmos fingidos, las comparaciones con otras parejas, las cicatrices, el tamaño de pechos o el pene, la transpiración excesiva, cumplir fantasías que uno de los dos no quiere; entre tantas otras.

Lo más importante es disfrutar y aceptar nuestro cuerpo como primer paso para resolver estos bloqueos. También existen factores de la infancia en donde hay un mandato familiar o cultural que no nos permite relajarnos en la cama y a esta lista se suma una sociedad que quiere que encajemos en los cánones de belleza de un cuerpo perfecto e irreal.

Aceptar nuestras imperfecciones es un modo de ir eliminando los fantasmas que bloquean nuestra mente, mirarnos al espejo, e incluso la masturbación, son maneras de reconocer nuestro cuerpo para saber qué nos gusta y nos da placer para transmitírselo al otro.

En los tiempos que corren el sexo ya no debería ser un tema tabú y reconocer el problema, explorar y conocernos, será el camino a la solución para un vida sexual segura y placentera.

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