Caso Próvolo: una ex docente dijo que no podían citar a los padres

La mujer dejó en claro que los ex directivos tenían mucha influencia en la parte educativa.

Finalmente, declaró durante la mañana de ayer una de las ex docentes del instituto Próvolo (Luján), establecimiento donde se investigan al menos 28 episodios de abuso sexual y corrupción de menores sordomudos e hipoacúsicos. Propuesta por la defensa de la monja japonesa Kumiko Kosaka -una de las 6 imputadas y detenidas por los delitos que ya contabilizan 18 víctimas-, la mujer compareció durante más de 8 horas ante el fiscal Gustavo Stroppiana, el abogado Carlos Varela Álvarez (defensor de Kumiko) y los abogados querellantes Sergio Salinas y Oscar Barrera.

Entre lo más importante de su testimonio, la mujer dejó en claro que los ex directivos del establecimiento tenían mucha influencia en la parte educativa del lugar y destacó que una de las autoridades no vinculadas con la docencia (y quien era mano derecha del cura Nicola Corradi, otro de los detenidos y quien era el regente del instituto) se entrometía de más en la parte pedagógica. Además dio a entender que muchos docentes no estaban al tanto de lo que pasaba en los albergues ni fuera del horario escolar, puesto que se manejaba todo con demasiado hermetismo.

La mujer también dio cuenta de algo que alertó a los investigadores, y es que los docentes no podían citar ni tener ningún tipo de comunicación con los padres de los alumnos sin antes contar con el “ok” de los directivos. De hecho -según relató-, en una oportunidad la maestra había solicitado a las autoridades escolares que citaran a la madre de una niña para una reunión y, ante la inacción de los responsables, ella la citó por escrito y por su cuenta (teniendo en cuenta que estaba preocupada por una pelea entre dos alumnas). Siempre de acuerdo a lo que manifestó en la Unidad Fiscal Luján - Maipú, este ‘puenteo’ de las autoridades le valió una sanción por parte de los directivos. Sin embargo, de este episodio no hay constancias en el libro de actas de la institución.

Asimismo, la testigo dijo que en 2005 no habían rejas en las ventanas del aula en la que ella daba clases; y sostuvo que a las monjas encargadas del albergue de chicas -entre quienes estaba Kosaka- sólo las veía cuando dejaban a las alumnas en la escuela y cuando las iban a buscar al mediodía para almorzar. Sin embargo, no dijo nada sobre una supuesta ausencia de la religiosa imputada durante las mañanas, algo en lo que Kosaka insiste y destaca que durante varios meses no estaba en el Próvolo en horario escolar ya que cursaba el profesorado de Educación Especial.

“Creemos que es un testimonio que hunde aún más a los imputados, ya que da a entender que había autoridades muy comprometidas. Además confirma que las monjas estaban a la mañana en el instituto y que había pañales en el lugar. Vemos que ratifica la existencia de toda una estructura en la que muchos tenían conocimiento de lo que estaba ocurriendo”, resumió el abogado Salinas (Xumek).

Además de la monja Kosaka y del cura Corradi, están imputados y detenidos el también cura Horacio Corbacho y los ex administrativos Jorge Bordón, José Luis Ojeda y Armando Gómez.

Además de la testigo de ayer, la defensa de Kosaka propuso otras 9 personas como testigos que intenten “limpiar” a la monja de las acusaciones. Sin embargo, muchas de ellas están mencionadas por los denunciantes, quienes sostienen que sabían las aberraciones que ocurrían. Por esta razón, la querella solicitó que estos testimonios no sean válidos y se suspendan las citaciones.

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