Como el brasileño Roberto Carlos, que cantaba que quería tener un millón de amigos, hoy las redes sociales permiten estar en contacto constante con gran cantidad de personas. Y se empeñan en generar la sensación de que se trata de “amigos”, cuando la realidad indica que uno no puede mantener un vínculo profundo con cada uno de ellos. Por eso en 2010 el antropólogo británico y biólogo evolucionista Robin Dunbar publicó un libro (ver aparte) en el que asegura que el límite de personas con los que un humano puede mantener una relación estable es 150, pero que sólo entre 3 y 5 forman parte del grupo clave para una persona.
Aprovechando que mañana se celebra el Día del Amigo, Los Andes consultó a varios mendocinos para -en la era de las redes sociales de internet- intentar diferenciar entre amistad virtual y real.
Hoy me puse a contarlos
Sofía Derinovsky (28) tiene casi 700 amigos en su perfil de Facebook pero cuando se toma unos minutos y reflexiona, asegura que considera “amigos amigos” solamente a unos 15. “Uno en Facebook tiene contactos principalmente, denominados amigos por la red social. Igualmente es gente con la que uno comparte el día a día, que tal vez no son de tu círculo más cerrado pero con los que se puede compartir de otra forma”, dice. Para ella es un error pensar que hay dos clases de personas: “Los amigos del alma, verdaderos, por los que uno daría todo... y los otros. Y no es así. Sin contar que uno en el camino se va distanciando de la gente, que en su momento fueron súper íntimos y después la vida los alejó y no por eso no son considerados amigos”, señala.
Con menos cantidad de “contactos” pero igualmente considerable en su perfil de Facebook, así opina Lucía Fassi (48): “Hoy me puse a contarlos y son 230, lo que es muchísimos si por ejemplo tuviera que hacer un cumpleaños e invitarlos a mi casa”. Ella, que s docente, recuerda que en un principio se propuso utilizar la red social para compartir sentimientos íntimos con amigos verdaderos, pero que después de un tiempo todo se le fue de las manos. “La misma dinámica de funcionamiento del Face te va generando la necesidad de tener más y más contactos, para ver fotos y comentarios de conocidos o simplemente por cuestiones laborales”, apunta. En la “vida real”, Lucía puede enumerar solamente a tres amigas cercanas. “Creo que la vida te va llevando a conocer mucha gente, pero poca es la que queda en tu corazón cuando va pasando el tiempo”, desliza.
Después de haber pasado durante su vida por dos colegios primarios, dos secundarios, tres universidades y militar en la UCR, Marco Fagioli (31) suma nada menos que 1.470 amigos en Facebook. “Pero amigos verdaderos, con los que tengo relación y comparto situaciones de la vida cotidiana, no son más de 50. El resto son personas que uno conoce o ubica, pero que obviamente no pueden considerarse ‘amigos’”, aclara.
Apenas arrancó el furor de esta red social, él recuerda que agregaba o aceptaba a cualquiera, pero con el tiempo empezó a poner filtro. “Conozco mucha gente y eso te hace relacionarte también por las redes sociales. Ojo, a todos los que tengo en el Face al menos los he visto personalmente una vez y también he borrado a mucha gente”, dice.
Silvia Ochoa (59), quien tiene 613 amigos en su Facebook, asegura que la red social le ha permitido recuperar a personas que hacía mucho tiempo que no veía. “Pero a mis amigos y amigas quiero verlos, abrazarlos y escuchar su voz. El Face es instantáneo y eso es bueno, pero por mi edad creo que necesito verlos. Puede que sea contradictorio, pero es una realidad con la que tenemos que vivir”, reconoce.
Vínculo interpersonal
Para el psicólogo Mauricio Fracapani, miembro del consejo directivo del Colegio de Psicólogos, desde su área se entiende a la amistad como un vínculo interpersonal y como una de las relaciones humanas más importantes que una persona puede tener a lo largo de la vida: “Ese vínculo se ha ido modificando y hoy gracias al acceso a nuevas tecnologías de la informática uno puede reactivar vínculos que parecían perdidos, encontrarse con amigos de la infancia y la adolescencia con los que uno no hablaba desde hacía tiempo”. Asimismo, opina que en Facebook uno puede tener amigos, pero no todos los que tiene lo son en el sentido psicológico de la palabra, el cual exige un vínculo profundo. “Habría que diferenciar entre amigos y contactados, ya que en las redes sociales esta palabrita de enviar solicitud de amistad es media engañosa”, subraya, a la vez que detalla que se trata de una excelente estrategia de marketing de los creadores de Facebook.
En tanto que la psicóloga social y laboral Nilda Bautista explica que las comunicaciones a través de las redes sociales suelen ser más superficiales, pero que como el hombre es un ser social al interactuar -ya sea por distintos medios tecnológicos-, puede lograr un acercamiento y llegar a construir un vínculo de amistad. “Por supuesto que tiene que ser más íntimo y haber un ida y vuelta: sostener y ser sostenido, escuchar y ser escuchado”, analiza.
Con respecto a la cantidad de amigos que son necesarios, coincide que en Facebook se puede tener cantidades infinitas, pero que individualmente el grupo seguramente será mucho más reducido. “Porque es imposible que con todos ellos podamos mirarnos frente a frente y saber con los gestos lo que le está ocurriendo al otro sin que lo mencione, lo que es fundamental para una amistad”, indica.
Relaciones complementarias
Mario Lamagrande, psicólogo especializado en nuevas tecnologías y redes sociales, señala que Facebook, por ejemplo, amplía las posibilidades de tener contacto con otras personas. “Pero esas relaciones no son necesariamente de peor calidad que las presenciales, sino que son diferentes y complementarias”, asevera, y enumeró como una ventaja del vínculo virtual la posibilidad de contactarse con personas con intereses afines. Además, señala que la red social permite formar grupos más pequeños con los cuales compartir, ideas, debates y viajes, entre otros.
Para él, la cantidad de amigos que cada persona tiene en Facebook también responde a una capacidad de atracción. “Hay personas que tienen la capacidad de aglutinar gente más que otra, pero de ahí que esas personas se transformen en una relación de amistad depende de cómo se vaya trabajando la relación”, aclara.