Con disfraces de sus inolvidables personajes y entre lágrimas, una multitud de mexicanos despidió este domingo a Roberto Gómez Bolaños "Chespirito", ídolo televisivo de infancia en América Latina, en un sobrio homenaje en el emblemático estadio Azteca.
Las gradas del estadio se poblaron de miles de niños, adultos y ancianos que recibieron en pie y con gritos de "¡Chespirito, Chespirito!" la entrada a la cancha del féretro del popular comediante, fallecido el viernes a los 85 años.
Vestida de negro, Florinda Meza -segunda esposa de Gómez Bolaños y figura de sus series- ocupó un lugar reservado frente al escenario junto a los seis hijos del actor, que vestían camisetas rojas con el característico corazón amarillo del personaje "Chapulín colorado".
Los entusiastas seguidores de Gómez Bolaños llegaron a ocupar un tercio de las localidades del estadio, con capacidad para 105.000 personas, pero muchos se retiraron a medida que avanzaba este homenaje organizado por la cadena Televisa, que fue retransmitido en otros países como Brasil.
La mayoría llevaba alguna vestimenta u objeto de las series de "Chespirito", como las clásicas antenas del "Chapulín colorado", el martillo de goma que este torpe y bienintencionado superhéroe llamaba chipote chillón o la característica gorra y tirantes del "Chavo del ocho".
Participar de esta despedida "es una forma de agradecer a 'Chespirito' por todos estos años que nos hizo reír", explicó su admirador Eduardo de la Borbolla.
Huérfanos de risas
Gómez Bolaños falleció por motivos aún no divulgados en su vivienda del balneario caribeño de Cancún (este), donde se trataba desde hace años de problemas respiratorios, dejando huérfanos a México y América Latina de uno de sus comediantes más queridos.
Al homenaje también acudieron extranjeros a los que el fallecimiento de "Chespirito" les sorprendió en México.
"El 'Chavo' desde niñas nos gustaba y nos trae muchísimos recuerdos, y estamos agradecidas de que nos haya tocado ahora que estamos paseando aquí", dijo a la AFP la colombiana Toris Jaimes.
"Por otro lado nos da muchísima tristeza que haya muerto. Se lleva nuestro corazón", reconocía la colombiana mientras observaba la inmensa ofrenda que se levantó con las flores que trajeron los seguidores.
En el escenario del estadio del América, el equipo favorito de Gómez Bolaños, fue instalada una gran cruz de madera entre dos enormes fotografías suyas.
El actor era católico practicante y llegó a participar en campañas contra el aborto. El acto central del homenaje fue una misa en la que el sacerdote Diego Monroy agradeció a "Chespirito" por la "sonrisa" y "la paz" que daba a los mexicanos y oró por el fin de la violencia en el país.
"No más sangre, no más violencia, no más secuestros, no más mentiras, injusticias, corruptelas", pidió el religioso.
La despedida concluyó con un coro de decenas de niños vestidos del "Chapulín colorado" y del "Chavo" que cantaron una emotiva canción en su memoria, que desató un llanto incontenible de Florinda Meza.
Al acabar la melodía, los infantes dejaron volar palomas al mismo tiempo que un grupo de mariachis entonaba la tradicional y nostálgica canción de despedida mexicana "Las golondrinas".
En hombros, el féretro dio una última vuelta a la cancha provocando una explosión de lágrimas entre sus conmovidos seguidores, tanto chicos como grandes.
Cariño en las calles
Antes de llegar al estadio Azteca, el féretro también fue ovacionado por otros miles de mexicanos que se agolparon a su paso por las calles de la capital.
El ataúd, visible porque estaba dentro de una vitrina de cristal, fue trasladado en la parte trasera de un tráiler rojo flanqueado por figuras del "Chavo del ocho", acompañado del barril en el que dormía, y del "Chapulín colorado" con un gran corazón.
El sábado, centenares de compañeros y personalidades mexicanas acompañaron a la familia del actor en una misa privada en unos estudios de Televisa, la mayor cadena de habla hispana a la que "Chespirito" dio audiencias televisivas récord desde inicios de la década de los setenta.
Estuvieron presentes actores del "Chavo del ocho" como Edgar Vivar ("El señor Barriga") y Carlos Villagrán ("Kiko"), quien quiso pasar página definitivamente a la amarga disputa que mantuvo con "Chespirito" por los derechos del personaje que interpretaba.
"Se ha ido un genio, un maestro. Han pasado muchas cosas pero ninguna mala, cada quien con su trabajo (...) Le debo todo lo que sé, soy un eterno agradecido. Lo quiero mucho", dijo Villagrán.
El gobierno no ha anunciado por ahora ningún homenaje oficial para "Chespirito" aunque el presidente Enrique Peña Nieto expresó el viernes su pésame por la pérdida.
"Era un genio", dice "Quico"
El féretro con los restos de Gómez Bolaños llegó al estadio proveniente de los estudios de Televisa en el barrio capitalino de San Ángel (sur), donde la noche del sábado fueron velados.
Centenares de compañeros y personalidades mexicanas acompañaron a la familia del actor en una misa privada en los estudios de Televisa, la mayor cadena de habla hispana a la que 'Chespirito' dio audiencias televisivas récord desde inicios de la década de los setenta.
Estuvieron presentes Florinda Meza y sus seis hijos, además de actores del 'Chavo del ocho' como Edgar Vivar ('El señor Barriga') y Carlos Villagrán ('Quico'), quien acabó manteniendo una amarga disputa con 'Chespirito'.
"Se ha ido un genio, un maestro. Han pasado muchas cosas pero ninguna mala, cada quien con su trabajo (...) Le debo todo lo que sé, soy un eterno agradecido. Lo quiero mucho", dijo Villagrán a la prensa antes de entrar al funeral.
Buscando hacer carrera por su cuenta, Villagrán, como María Antonieta de las Nievas ('La Chilindrina') pelearon para sí la autoría y los derechos de sus personajes en pleno éxito internacional del programa.
En Colombia, Brasil, Argentina y otros países los medios se hicieron eco del dolor por la partida del comediante mexicano, quien fue apodado como 'Chespirito', mote que alude a un William Shakespeare de baja estatura, por su creatividad y su prolífica carrera.
Las series de Gómez Bolaños fueron exportadas a más de 25 países, incluidos Tailandia o Rusia, y cuatro décadas después aún siguen siendo transmitidas en algunos lugares.