Cuando esta tarde a las 16, en la Subsecretaría de Trabajo, se vean las caras los representantes del SUTE y del Gobierno, se dará comienzo formal al proceso paritario 2016. Será el inicio de una serie de discusiones que se presentan como “durísimas”, tal el calificativo que algunos protagonistas le dieron, principalmente desde los gremios. Aunque en el gabinete de Alfredo Cornejo buscan minimizarlo. “No vamos a una batalla, vamos a una mesa de negociación. Y vamos con conceptos claros”, dijo una alta fuente oficial.
Lo cierto es que las expectativas, tanto para hoy, como para los próximos días, son muchas, porque es la primera de la gestión Cornejo, y porque, en base a eso, no hay certidumbre de cómo evolucionarán las conversaciones.
El Gobierno busca diferenciarse de gestiones anteriores. En campaña, en la transición y al asumir, ante una crisis financiera que no pocas veces atribuyó al “irresponsable aumento salarial” de 2015, Cornejo ha tomado a la “austeridad” como su norte. En ese contexto, el 9 de diciembre no dudó en decir que “el Estado no puede ser sólo pagador de sueldos”.
Fue también en esa oportunidad en que pidió a los sindicatos que lo “ayuden” con la tarea de “poner nuevamente en funcionamiento” al Estado, para que sea “proveedor de servicios públicos de calidad”. En las oficinas de Casa de Gobierno aseguran que intentarán reflejar ese concepto en las paritarias.
Pero los gremios se disponen a afrontar la lucha en otros términos, sobre todo porque las primeras decisiones gubernamentales, como la quita de las mayores dedicaciones y la no renovación de contratos, no hace más que alejarlos en vez de acercar posiciones.
De 2015 a 2016
Además del nuevo escenario, a priori, esta paritaria se presenta con diferencias a la anterior, la que, más allá de las particularidades, dejó a la mayoría de los gremios conformes. Aquel 35% de aumento -lejos de los acuerdos nacionales, que oscilaron entre 27% y 29%- fue sin dudas el principal logro.
En el caso de los docentes, otros aspectos llevaron a considerar exitosa la última paritaria con Francisco Pérez, como la creación de la junta de celadores, “hecho histórico” según el titular del SUTE, Adrián Mateluna. “También se logró que por primera vez hubiera paritaria para administrativos de la docencia”, añadió.
Para los gremios de la Salud, el compromiso del pase a planta permanente de unos 1.400 agentes y la renovación del llamado a concurso, también fue motivo de regocijo, más allá de que mucho no se avanzó. “No podía haber trabajo en negro y por eso exigimos los pases a planta”, dijo Roberto Macho, secretario general de ATE. “No defendemos nombramientos políticos ni a ñoquis, defendemos a los compañeros que trabajan”, señaló Isabel Del Pópolo (Ampros).
Ambos reivindicaron “la recomposición” del 35%. “Ayudó a equiparar el valor de la canasta, porque el salario había perdido 50% de poder adquisitivo”, dijo la médica. “Necesitábamos una recomposición fuerte”, dijo Macho.
Aunque para algunos trabajadores, como los de la Administración Central, ese 35% no fue tan exacto. “El aumento real fue del 30%, por los descuentos”, aclaró el titular de Sitea, Federico Lorite, quien de todos modos reconoció que el del año pasado “fue un buen acuerdo”, sobre todo “por el blanqueo de muchos ítems”.
En contraposición, para el proceso 2016 que hoy se inicia, pocos hablan de porcentajes. "Queremos respetar lo que digan las bases", señala la mayoría de los líderes sindicales, aunque muchos entienden que "por la devaluación y los últimos aumentos no se puede pedir menos de 35% o 40%".
Enfrente tampoco arriesgan. "Veremos cómo avanzan las conversaciones, pero está claro que la inflación real no fue muy superior al 25%", dicen en el Gobierno.
Así, se aprecia otra diferencia con 2015. A esta altura, el año pasado, algunos gremios ya planteaban “un necesario 50% de aumento para recomponer salarios”. Y el Gobierno también daba indicios. Dicen algunos memoriosos que el propio ex gobernador Pérez le prometió a un grupo de maestras, el día de inicio del ciclo lectivo 2015, que les otorgaría 35% de suba.
Así las cosas, el 9 de febrero de ese año, la primera oferta oficial fue del 28%, a la que se le adicionó la gratuidad en el pasaje de colectivo para los docentes, algo que finalmente quedó en el acta final.
Para hoy en cambio, poco se sabe cómo empezarán las conversaciones y qué actitudes asumirán, sobre todo el Gobierno, que empieza a darse a conocer.
Sin embargo, un ejemplo reciente puede dar un indicio. Hace apenas 2 días, en la paritaria entre los artistas de Vendimia y la Secretaría de Cultura, el Ejecutivo se mostró firme. Hizo 3 propuestas (bastante lejanas a las pretensiones de bailarines y actores) y cerró en 22,3% sin margen a más discusión, por más que los gremios prometieron seguir reclamando.
“Esa paritaria no se compara con la de quienes trabajan todos los días y contribuyen a mantener los servicios del Estado”, dijo Macho, convencido de que el proceso actual será “más que duro”.
En el Gobierno opinan que “el conflicto no sirve”, aunque si bien aseguran que “a nadie se le ocurriría no dar aumento”, reconocen que “no será fácil” la disputa.
Por eso hay quienes creen que “todo puede pasar”. Así, no es ilógico pensar, primero, que se llegue a buen puerto y se logren los acuerdos esperados. O que se pueda instalar “una cláusula gatillo” para dividir el año paritario en dos partes, algo que a algunos sindicalistas no les molestaría. E incluso, hay quien contempla que los aumentos podrían darse por decreto. La opción menos deseada, pero también posible.
Amparo judicial de ATE
Algunas de las medidas del Gobierno, como el haber sacado por decreto las mayores dedicaciones, generaron la primera acción judicial de un sindicato contra esta nueva gestión. “Este jueves firmamos el primer recurso de amparo colectivo contra Cornejo”, confirmó Roberto Macho.
Si bien el secretario general de ATE comprende que el Ejecutivo “tiene atribuciones” para tomar esa medida, considera que “no lo puede hacer desamparando a la población”, dando a entender que la quita de ese ítem perjudica la atención sanitaria.
Macho, quien también se jactó de que “ATE es el primer gremio nacional que le hace un paro a la gestión Macri”, por la medida de fuerza del próximo 24 de febrero, confía en que con esa acción judicial, podrá revertir la actitud, a su criterio “inconstitucional” de Cornejo. “Hemos presentado otros amparos antes, y siempre los fallos han salido a favor de los trabajadores”, recordó el reemplazante de Raquel Blas.
El desafío para generar un cambio "contracultural"
Si hay algo que desvela al gobernador Alfredo Cornejo es mostrarse diferente al resto de sus pares que le precedieron. En ese sentido, tanto el líder radical como sus principales espadas en el Ejecutivo, buscan elementos que muestren coherencia con esa impronta.
“Es cierto que hubo gobiernos radicales que dejaron a todos los peronistas de gestiones anteriores, pero nosotros somos diferentes, somos serios”, se sinceró uno de los voceros de la administración cornejista.
Con esa impronta es que el Gobierno se sentará también en la mesa paritaria. “La idea es que más allá de lo salarial, se discuta en serio sobre los servicios que debe cumplir el Estado”, añadió la misma fuente, consciente de que el concepto, para muchos “parece demagógico y no es fácil de entender”.
En tal sentido, lo que la administración cornejista busca es “generar un cambio contracultural” y de ese modo se explican algunas medidas, como las que han afectado al sector Salud.
“Las mayores dedicaciones se han usado para aumentar sueldos y no para cumplir con trabajar más porque es necesario hacerlo. Eso tiene que cambiar”, dijo la fuente de extrema confianza de Cornejo y uno de sus hombres de consulta en estos temas.
Y añadió: “Vamos a cumplir con el mejoramiento del Estado. Vamos a lanzar los concursos y vamos a hacer que esto funcione mejor”.
Pero al mismo tiempo quiso pedir paciencia. “No nos pueden pedir que solucionemos todo en un mes y medio de gestión, cuando se llevan años en que nada se hizo”, concluyó.