Comienza este lunes en San Martín el juicio por el crimen de Américo Honorato (58), un vecino del barrio San Pedro que fue visto con vida por última vez, en la tarde del domingo 21 de agosto de 2016 y cuyo cuerpo sin vida, apareció cuatro días después, en un descampado a ocho kilómetros de su casa.
Por el crimen hay siete detenidos, que llegan acusados por el delito de homicidio criminis causa; además, el juicio contará con una serie de testigos y pericias, con las que el tribunal presidido por Viviana Morici, intentará esclarecer lo ocurrido a un comerciante que agonizó 48 horas y cuyo cuerpo, presentaba diversas lesiones y signos de un ahorcamiento que resultó fatal.
La última vez que se lo vio a Honorato con vida fue en la tarde de aquel domingo, en una feria de calle Lavalle, donde el hombre había ido a comprar mercadería. Esa misma noche, cerca de las 22, un llamado al 911 avisó que un vehículo se incendiaba en un descampado de calle Miguez, cerca del basural municipal; cuando los efectivos llegaron al lugar encontraron un Volkswagen Saveiro en llamas, era la camioneta de Honorato a la que le habían robado las cubiertas y la batería; de su dueño no había rastro, solo una gorra con manchas de sangre.
En los días siguientes y mientras la policía peinaba una zona descampada, en un radio de tres kilómetros a partir del punto donde fue hallada la camioneta, los investigadores realizaron allanamientos y detuvieron a seis personas, a partir del relato de testigos que los vieron empujar una camioneta hacia el descampado donde apareció el vehículo.
Finalmente, en la siesta del jueves y cuando todavía no había señales de Honorato, se presentó en la fiscalía Juan Quinteros, un cartonero de 24 años y hermano de dos de los detenidos, que confesó, en medio de un relato al borde del llanto, ser autor del crimen; Quinteros aseguró que los seis detenidos nada tenían que ver con el homicidio y que solo ayudaron a ocultar el vehículo.
El supuesto homicida guió a los investigadores hasta el lugar en el que dejó a Honorato, cuyo cuerpo estaba oculto entre yuyos en un descampado del callejón Loyola, a 400 metros del carril Chivilcoy y a unos ocho kilómetros de la casa de la víctima.
"Las pericias al cadáver indicaron que Honorato falleció, muy posiblemente, en la noche de ese martes y si eso es correcto, el hombre agonizó dos días", explicó una fuente de tribunales: "El tribunal debe determinar cuál fue la verdadera participación de los detenidos y si Quinteros contó la verdad o encubrió al resto al decir que solo lo ayudaron con el vehículo".
En su confesión, Quinteros dijo que conocía a la víctima y relató que ese domingo se vieron en la tarde, luego de que Honorato pasó por la feria de calle Lavalle; contó que en un momento hubo una discusión, a raíz de un motivo del que Los Andes no dará detalles hasta que no exista mayor certeza durante el juicio.
En su confesión, aseguró que recibió un golpe y que devolvió esa agresión tomando a Honorato por el cuello hasta matarlo. En ese momento, y siempre según el relato del presunto homicida, Quinteros tomó el volante de la camioneta, condujo por un callejón hasta la casa de un amigo, en el barrio Los Chorizos, al que le contó lo ocurrido. Los dos habrían seguido viaje en la camioneta con el cuerpo de Honorato en el vehículo y ya en zona de Chivilcoy, dejaron el cuerpo entre unos yuyos y escaparon.
Cuando los dos volvieron a Los Chorizos, la camioneta se quedó sin combustible y según Quinteros, les pidió ayuda a sus tres hermanos y a otros dos más (hoy todos imputados) para empujar el vehículo hasta el descampado donde fue abandonado e incendiado.
Será fiscal del caso Oscar Sívori y el tribunal se completa con los vocales Eduardo Orozco y María Victoria Franano.
