Obras viales, edificios gubernamentales, plazas, edificios escolares y sanitarios, y hoteles son algunos de los proyectos públicos que se concretaron por esos años y otorgaron un matiz diferencial al paisaje local. Es posible identificar como rasgos característicos de las empresas vinculadas a la construcción, ser firmas con una base inmigrante y de origen familiar. Entre las constructoras detectadas en vinculación con la OP de la década destacan: Ernesto Martinelli e Hijos; Lucas Sarcinella e Hijos; Julio Coppo; Miguel Rosso e Hijos y José Cartellone.
Entre esas firmas existen dos patrones, aquellas que ya venían operando en la industria de la construcción desde principios de siglo XX, y las que surgieron durante lo que podría denominarse el “boom” de la OP (décadas de 1930 y 1940).
En concreto, solo entre 1935 y 1943 se adjudicaron casi un centenar de obras de infraestructura y equipamiento. La empresa Miguel Rosso, por ejemplo, está relacionada a esta actividad desde principios del siglo pasado. Como parte de “La Constructora Andina”, Rosso trabajó bajo la dirección del ingeniero Domingo Selva, para fundar luego, en 1927 “Miguel Rosso e Hijos”, una empresa familiar constituida junto a sus hijos Rolando y Armando, también constructores de oficio, que se convertiría en Sociedad de Responsabilidad Limitada, en 1953. En los registros de OP, aparece vinculado a obras licitadas por el gobierno hacia 1940, y resultó adjudicatario en las ejecuciones del pabellón de Encausados de la Penitenciaría provincial, la Casa Departamental de Rivadavia, y en algunas obras de reparaciones menores. La empresa además, trabajó en obras en la vecina provincia de San Juan después del terremoto de 1944.
Características similares comparten las firmas Ernesto Martinelli e Hijos y Lucas Sarcinella e Hijos, que aparecen como oferentes y adjudicatarias de licitaciones desde 1934. Martinelli llegó a la Argentina en 1900, junto a sus hermanos. Hacia 1910, los descendientes de Ernesto datan la constitución de la empresa familiar. Luego de trabajar como contratista en Buenos Aires, la empresa se instaló en Mendoza en 1914 para levantar el edificio para el Banco de Mendoza. A partir de los años ´30, Ernesto ya trabajaba con sus hijos Luis y Félix que eran técnicos constructores.
Las tipologías que construyeron fueron múltiples, entre tantas: bancos, hospitales, puentes, obras viales, hoteles y escuelas. Esta empresa fue una oferente recurrente en el ciclo conservador. La primera obra que identificamos corresponde a la gestión de Ricardo Videla y es el Balneario Playas Serranas (inaugurado en 1937), a la que se suma el Arco Desaguadero (inaugurado en 1936). Durante las gobernaciones siguientes se ocupó de la construcción de las Colonias para Menores en Agrelo (Luján) y la Villa 25 de Mayo (San Rafael), licitadas en 1937 y 1941. A esa obra se agregaron salas de primeros auxilios y escuelas, y el edificio para escuela, comisaría y dispensario en el distrito de Los Molles (San Rafael) que se construyó en sólo seis meses, entre noviembre de 1937 y abril de 1938. Ejemplo este último que, por las características del paraje donde se emplazó el edificio y la complejidad del programa, da cuenta de la capacidad técnica y financiera de la empresa para hacer frente la obra, así como muy probablemente, del uso de mano de obra intensiva local para ejecutarla en un plazo acotado.
Ernesto Martinelli constituye una muestra de las empresas familiares que encontraron en la ejecución de OP una oportunidad de crecimiento. La empresa, que se disolvió en 1958, incluyó en su historia obras construidas para la Dirección de Arquitectura de la provincia; las Direcciones Nacional y Provincial de Vialidad y para la Dirección General de Ingenieros del Ministerio de Guerra, esta última, durante el primer peronismo. Otro indicio del dinamismo empresarial es la asociación estratégica con agentes de otros rubros. En 1936 el hijo de Ernesto, Luis Emilio, se asoció con Antonio (h) y Eugenio Torrent para formar Martinelli y Torrent SRL, con el objeto de intervenir en obras de desagües y construcciones. Es oportuno aclarar que la familia Torrent era de origen español y se posicionaba en el medio local como comercializadora de embutidos, actividad que mantiene en la actualidad. Es probable que esta asociación respondiera a un interés de Martinelli en ampliar las áreas de acción, para lo cual necesitaba de nuevos inversores. Esta sociedad ganó la licitación para construir desagües en Jocolí (1936, Lavalle), La Marzolina (1942, General Alvear) y obras de saneamiento en Costa de Araujo (1937, Lavalle), y el ensanche y terraplenamiento del camino desde la Ciudad de Mendoza a Villavicencio.
Lucas Sarcinella e Hijos figura como responsable de las construcciones de los pabellones pediátricos y de maternidad del Hospital Emilio Civit (1936 c); las escuelas Industrial de Maipú (1934), Justo José de Urquiza (1936) y primaria en Palmira (1938); pabellones en los Hospitales Ponce y en el Asilo de Huérfanos (1938 c) y las Casas Departamentales de Junín y General Alvear (1939-1940). Esta empresa siguió ejecutando obras en la provincia en las décadas siguientes. Paralelamente realizó obras en la vecina provincia de San Juan.
José Cartellone, en tanto, empresa local fundada en 1918, por un inmigrante de origen italiano que llegó a la provincia a fines del siglo XIX, ejecutó como primera gran obra pública el Hotel de Potrerillos, al que le siguió el edificio para la Casa Municipal del departamento de San Martín. Constituida como sociedad anónima en 1960, la empresa ejecutó en los años siguientes proyectos de infraestructura, arquitectura, generación y transmisión de energía, industriales y concesiones viales, entre otros.
Por su parte, las grandes obras de ingeniería, ejecutadas a partir de 1939, fueron asignadas a compañías de capital nacional, por su probada experiencia y solvencia técnica en el rubro. Entre ellas podemos nombrar las firmas Acevedo y Shaw SA y Petersen, Thiele y Cruz.
En síntesis, la OP durante los gobiernos conservadores, generó un “mercado de la construcción”, que alentó el crecimiento y desarrollo del empresariado local vinculado al rubro, que ya participaba en la ejecución de obra privada. Sin duda que el acceso a documentación de estas empresas (balances, memorias) es un desafío pendiente para completar este panorama inicial.
*La Arq. Cecilia Raffa forma parte del Grupo Historia y Conservación patrimonial. INCIHUSA- CONICET)
*Florencia Rodríguez Vázquez pertenece al grupo de Estudios Regionales Interdisciplinarios. INCIHUSA- CONICET)