Hoy te presentamos la silla Hill

En esta nueva serie de notas abordaremos, uno por uno, los diez muebles más icónicos de la cultura del diseño. Hoy es el turno de la silla diseñada por Charles Rennie Mackintosh y Margaret McDonald.

Hoy te presentamos la silla Hill

“El arte es la flor, la vida es la hoja verde. Que cada artista se esfuerce por hacer de su flor un ser vivo hermoso, algo que convenza al mundo de que puede haber, hay, cosas más preciosas, más hermosas, más duraderas que la vida misma ... debes ofrecer flores reales, vivas, de hermosos colores. Flores que crecen de la hoja verde, pero por encima de ella; flores que no están muertas, no están muriendo, no son artificiales... flores reales que brotan de tu propia alma, ni siquiera flores cortadas. Debes ofrecer las flores del arte que hay en ti -los símbolos de todo lo que es noble y hermoso e inspirador. Flores que a menudo cambiarán una hoja incolora, en algo establecido y reflexivo”. (Charles Rennie Mackintosh).

La silla Hill, diseñada por Charles Rennie Mackintosh (nacido en Glasgow en 1868 y fallecido en Londres el 10 de diciembre de 1928) y por Margaret McDonald, quien nació el 5 de noviembre de 1864 y creció en Tipton.

Margaret y Charles.
Margaret y Charles.

Junto a su hermana Frances, Margaret asistió a la Orme Girls’ School, en Newcastle. La familia se mudó a Glasgow a finales de la década de 1880, y Margaret -nuevamente junto a su hermana- se inscribió en la Escuela de Artes de Glasgow, donde ambas brillaron por su talento. En esta escuela se formó estudiando en metal y textiles; era un sitio propicio para las mujeres en un momento en el que las escuelas de arte solo admitían a varones. Allí se contrataban profesoras, se hacían exhibiciones de las obras de artistas mujeres y las estudiantes participaron activamente.

Margaret y Frances terminaron la escuela en 1894, y abrieron su estudio. Las hermanas conocieron a Charles Rennie Mackintosh y a Herbert McNair, con quienes trabajaron y dieron forma al denominado “Glasgow Style”, un estilo caracterizado por la influencia de las Arts & Crafts y del simbolismo y dentro del Art Nouveau. El grupo fue reconocido como Los Cuatro de Glasgow, y produjeron una fuerte influencia sobre las corrientes secesionista del arte y de la arquitectura académica, sobre todo de Europa central.

Pero la relación no fue solo intelectual y artística. En junio de 1899 Frances se casó con Herbert McNair y se fueron a vivir a Liverpool, mientras que Mackintosh y Margaret estuvieron juntos desde 1897 y el 22 de agosto de 1900 se casaron en la Iglesia Episcopal en Dumbarton. Sus personalidades caracterizan el periodo inmediatamente previo al Movimiento Moderno. Sus nombres están vinculado al diseño por la Escuela de Arte de Glasgow: fueron impulsores y los mayores exponentes del grupo conocido como la “Glasgow School” dentro del famoso Art Nouveau y se distinguieron fundamentalmente porque recuperaron los valores más auténticos del lenguaje escocés y del gusto neogótico.

El grupo, también denominado “The School of Ghosts” (la Escuela de Fantasmas), fue conocido en toda Europa: en Lieja en 1895, Londres en 1896, Viena en 1900, Turín en 1902, Moscú en 1903, Budapest, etc. Aparte de la Escuela de Arte, sus trabajos más interesantes son indudablemente la casa “Windyhill” en Kilmacolm (1900), la “Hill House” en Helensburgh (1902-3), la reforma de la casa Derngate en Northampton (1916-20) y el trabajo decorativo en los salones de té de Miss Cranston en Glasgow. Entre el mobiliario de sus interiores decorativos destaca, por encima de todo, la silla, un objeto al que se le dedica una atención especial en la colección “Cassina I Maestri”.

También conocida como "silla escalera".
También conocida como "silla escalera".

En sus diseños, el factor de control de la composición siempre se resuelve, a veces articulado en formas delicadas y fluidas, otras en formas marcadamente geométricas.

La silla Hill -por muchos apodada la silla escalera por su respaldo en forma de varillas ascendentes- combina ideales figurativos y simbólicos con una geometría lineal, sin duda inspirada en la gráfica abstracta del diseño japonés. Es más que una mera silla, ilustra la articulación del espacio de Charles R. Mackintosh y Margaret McDonald con su alto respaldo y filas de barras horizontales que terminan en una rejilla: con listones y varas rectas entrecruzadas para crear una estructura resistente. Fue diseñada para la Casa Hill en 1902, y se presenta como una escultura.

Su versión actual, editada por Cassina, tiene estructura de madera de fresno teñida de negro, con asiento tapizado en tejido especial, verde o rosa.

“La originalidad consiste en el retorno al origen; así pues, original es aquello que vuelve a la simplicidad de las primeras soluciones”. (Antonio Gaudí)

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