En Argentina, algunas empresas del rubro reportaron un 50% más de consultas y un 20% más de ventas en comparación en el mismo período pre pandemia. Las razones del fenómeno son múltiples, pero las bases se asientan sobre la búsqueda de confort, de seguridad y de ahorro energético.
Al estar todo el día en casa, a muchos nos pasó que nos dieron ganas de pintarla, arreglarla, aprovechar los espacios, ordenar, tirar cosas viejas y por supuesto, hacerla más confortable y cómoda. Algunas de estas acciones no requirieron una inversión económica, mientras que para otras hubo que invertir. Quienes quisieron darse un gusto y automatizar sus hogares están ahora disfrutando de funciones como apagar las luces con la voz o un gesto, prender artefactos eléctricos desde el celular, levantar o bajar la persiana desde la cama o abrir la puerta con una simple orden de voz, entre otras muchas comodidades...
Pero el confort es solo uno de los beneficios que se obtienen al automatizar el hogar. Como explica Sebastián Ikonicoff, Ceo de Life2better, “si algo aprendimos de la pandemia es que la angustia de no poder encontrarnos con los seres queridos puede mitigarse sabiendo en todo momento si están bien, seguros y cuidados”. Sebastián se refiere a la posibilidad de enterarte en todo momento lo que está sucediendo en la casa de tu ser querido, con la posibilidad de monitorear desde el celular las 24 hs cualquier casa domotizada, como así también a que el sistema “avisa” o evita riesgos comunes como escapes de gas, agua, incendio, intrusos merodeando u otros.
Por su parte, Leandro Vallesi, de Vida Moderna, explica que “la domótica dejó de ser un lujo para unos pocos. Antes, transformar un hogar en inteligente costaba 60 mil dólares y hoy la inversión está apenas por arriba de los 2 mil dólares oficiales y hasta se puede pagar 12 y hasta 18 cuotas. Es decir, ya es algo accesible, y buena parte de la cuota se pagaría con lo que se ahorra en consumo”.
¿Cómo funciona?
El sistema se maneja a través de smartphones, asistentes de voz (Alexa, Google home) tablets o computadoras con la llamada “inteligencia artificial del hogar”, y se puede acceder al funcionamiento del hogar desde cualquier lugar del mundo.
Energía eléctrica: la iluminación del hogar puede configurarse para encenderse en función de distintas variables, tales como la luminosidad del ambiente, la detección de movimiento o la hora y el día de la semana. Por ejemplo, si un integrante de la familia se levanta a la madrugada para ir al baño, las luces podrían encenderse a un 20% de su intensidad para no despertar al resto. Además, ofrece información detallada del consumo de cada artefacto o lámpara del hogar, con lo cual las facturas de luz nunca más serán una sorpresa.
Agua: millones de litros de agua se desperdician por sistemas de riego ineficientes (por errores humanos o directamente innecesarios cuando va a llover). El sistema Fíbaro permite integrar el riego automático con el servicio meteorológico online, de manera tal de saber si vale la pena regar, y cuántos litros en caso afirmativo.
Electricidad, humo y gas: detecta consumos excesivos, cambio repentino en la temperatura, anormalidades y también humo, en cuyo caso puede cerrar la llave principal. Además, si la climatización del hogar (losa radiante, estufa, etc.) o el agua caliente para bañarse se regulan por gas, se puede configurar para hacerlo más eficiente, dependiendo del clima o de cuándo uno va a llegar a la casa.
Beneficios inmediatos
La automatización de hogares permite mejorar la calidad de vida desde muchos aspectos:
Confort: entre muchas posibilidades, se pueden programar diferentes escenas, como que las cortinas se levanten por la mañana de manera gradual para ir despertándose con luz natural, o se bajen para proteger muebles o plantas; o simplemente para regular la temperatura de manera natural. Cosas simples como decirle al asistente virtual “hasta mañana” y que se apaguen las luces y equipos hasta el otro día son algunas de las tantas funcionalidades.
Seguridad: entre los puntos más importantes está la disuasión ante posibles robos, simulando presencia en casas vacías de manera aleatoria (el sistema puede subir distintas persianas, hacer ruidos, prender luces, etc.). Además, evita siniestros detectando posibles inundaciones, variaciones de temperatura, escapes de gas o monóxido de carbono, entre otros.
Luciano Passerini, de IntelHogar, comparte los números porcentuales de crecimiento de ventas y consultas de sus colegas y asegura que “las empresas constructoras que instalen estos sistemas desde el comienzo de las obras tendrán el diferencial que hará que sus emprendimientos se vendan más rápido y mejor, ya que sin dudas estas viviendas serán las más valoradas de acá a unos años, cuando comprendamos que sirven para ahorrar energía y vivir más confortablemente y seguros”.