Según las últimas estimaciones oficiales del INDEC, en su edición del informe de Balanza de Pagos publicado el 28 de junio y correspondiente al primer trimestre del año, los fondos depositados fuera del sistema bancario local o “debajo del colchón” alcanzan los USD 258.077 millones.
Sin embargo, en un contexto como el actual, donde la inflación en Estados Unidos alcanzó niveles récord de los últimos 40 años y con un mercado inmobiliario con alta oferta y precios en baja, el poder de compra de los dólares es cada vez mayor en nuestro país, sobre todo para quienes los tienen fuera del mercado local, ya que una forma de vencer esa pérdida en el valor de compra es realizar una inversión que de un rendimiento mayor a la inflación.
Luego de unos meses de relativa calma en la cotización del dólar y aumentos mensuales en los costos de construcción, lo que había generado un aumento en el costo medido en dólares, este nuevo movimiento de la divisa genera que el costo de construcción se vuelva a situar en valores muy competitivos. Esto se da porque la gran mayoría de los costos de la construcción son en pesos y el movimiento del dólar hace que aquellos que disponen de esa moneda, vean una reducción significativa del costo.
En ese aspecto, bajo un contexto de tanta volatilidad e incertidumbre, pensar en el ladrillo como refugio de valor, es una opción alentadora: “aquellos vendedores que necesitan liquidez en el corto plazo están más dispuestos a negociar y eso hace que haya propiedades a precios muy atractivos que duran poco en el mercado. Por este motivo, si uno encuentra una de estas oportunidades, debe saber que no permanecerán disponibles mucho tiempo y es recomendable avanzar a la brevedad”, comentó María Franco, Country Manager de Mudafy en Argentina.
La tendencia a la baja en los valores de las propiedades, junto con el exceso de oferta en el mercado, hace posible encontrar alternativas a valores muy convenientes, que en otros momentos, con otras particularidades del mercado, se hacía difícil imaginar. Esta inclinación cada vez más afianzada permite pensar que cuando el mercado se recupere, aquel que haya comprado pudo haber hecho una gran diferencia.
“Estamos hablando de uno de los resguardos de valor preferidos de los argentinos, porque más allá de algún vaivén del mercado, siempre se tiene el refugio del valor de la propiedad y uno le suma el rendimiento del alquiler que puede conseguir”, confirmó Franco al visualizar la compra de una propiedad como una inversión a largo plazo.
Actualmente, si se busca maximizar la rentabilidad a futuro, lo primero que se debe pensar es el valor de reventa que tendrá la propiedad que se esté adquiriendo. Por ello, es importante considerar diferentes factores como el potencial de la zona, estado de la propiedad, inversión en arreglos, valor de posible alquiler, tipología de la unidad y horizonte temporal de la inversión.
Más allá de la incertidumbre cambiaria, el sector parece haber alcanzado un piso del que difícilmente vaya a bajar. “Esperamos que en los próximos meses se generen las condiciones propicias que le permitan al sector seguir sosteniendo una recuperación paulatina”, finalizó María Franco.