La baja de los costos medidos en dólares avizoran un panorama alentador, debido a que las empresas y quien disponga de ahorros, apostarían por este segmento. También, desde el gobierno nacional se impulsan varias acciones para dinamizar la industria.
Aunque muchos expertos, ante el cambio del gobierno nacional a fines del 2019, avizoraban que podía crecer a buen ritmo el sector de la construcción en 2020, nadie contaba con la llegada de la pandemia y los problemas que generó el COVID-19 (aún vigentes). Actualmente, con los casos positivos en descenso y esperando que la campaña de vacunación se haga efectiva en el primer trimestre próximo, la expectativa es otra.
Pero a pesar de ello, y con restricciones fuertes hasta mitad del año que se fue, la construcción recuperó bastante su potencial desde agosto último. En la cuarentena dura se movió mucho el despacho de materiales para obras unifamiliares, ampliaciones y refacciones de vivienda. El confinamiento, llevó a muchas personas a emprender reformas mientras permanecían en sus hogares.
Al iniciarse la apertura de rubros, y la flexibilización para que los trabajadores no esenciales comiencen a retomar sus actividades, más el trabajo de varias cámaras sectoriales que pedían el regreso de las obras, sobre todo privadas, la situación comenzó a rotar hacia el lado positivo, desde septiembre.
No es un año ideal para los balances, es un año para no olvidar, pero si, para mirar hacia lo que viene y cuáles pueden ser las oportunidades que los escenarios de la construcción e inmobiliario puedan otorgar.
“Lo que debería impulsar el crecimiento del sector inmobiliario en el 2021 es en primer lugar la recuperación q se espera del Producto Bruto Interno (PBI). Después de una caída tan fuerte de más de 10 puntos, solo queda la recuperación. Por otro lado, esta industria ha demostrado resistir fuertemente las devaluaciones y cambios macroeconómicos o políticos de nuestro país. Los sistemas constructivos que se van a desarrollar son los que aceleran los tiempos de obra, como la obra en seco, entre otros”, dijo Miguel Ludmer director de Interwin.
Por su parte, Gustavo Llambías, vicepresidente de la Asociación Empresarios de la Vivienda (AEV), expresó, que, “si la conducción económica empieza a dar señales que generen confianza a futuro y no tenemos una segunda ola del virus, esperamos un año de transición, de la muy mala situación actual hasta retomar las condiciones pre-pandemia sobre el segundo semestre. Si se concretan los pronósticos oficiales de 3% de crecimiento del PBI, el sector puede llegar a crecer un 15%, pero arrancando de un piso histórico, es decir, sin concreciones espectaculares. Si el Gobierno pone en marcha las distintos mecanismos de promoción e incentivo del sector, sumándolos a una pequeña pero sostenida recuperación económica, el sector está en condiciones de reaccionar fuertemente, con lo que somos moderadamente optimistas, manteniendo una posición expectante”.
En el mercado confían en que tanto las empresas del sector, cómo otras que generan excedentes (como el agro y tecnológicas) apostarán por invertir en los ladrillos, a la vez, que aquella persona que disponga de ahorros, los destinará en la construcción. Tanto de viviendas, como de cocheras y oficinas para rentar (no tanto en las Premium, sino en las de buena escala, pero que serán más fáciles de alquilar porque existe una reconfiguración del negocio y la estrategia de muchas compañías, que aún con la vacuna y la post pandemia mantendrán parte de su dotación home office y parte presencial).
Flavio Galli, del Grupo Tueroc que actualmente edifica varios inmuebles, señaló, que, sin embargo, “no hay que desconocer el contexto generado por la salud y los problemas de desabastecimiento de materiales. Pero tenemos muchas esperanzas en que todo lo que viene anunciando el gobierno se convierta en realidad para que nuestra industria finalmente sea la generadora de muchos puestos de trabajo y el motor de la economía. Se ha trabajado mucho desde las Cámaras y desde la micro empresa, que es en la que definitivamente el gobierno debería poner el foco, algo que durante la pandemia funcionó muy bien, hubo grandes acercamientos. Ojalá que no se rompa eso y que empiecen a escuchar un poco más a los micro empresarios, que creo que son el futuro del país, como se demuestra en el resto del mundo, donde se trabaja realmente con incentivos para las industrias”.
Posibilidades
El flamante ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación Argentina, Jorge Ferraresi, en reemplazo de María Eugenia Bielsa, anunció que uno de sus objetivos es tener una política universal en la que trabajará con otros ministerios. Sostuvo que hay 55.000 viviendas paralizadas que deben ponerse en valor. A la vez, que emprenderá un proyecto de ley de viviendas sociales para reiniciar la construcción, y que permitan llevar adelante un ambicioso plan de levantar más de 100.000 unidades por año.
Junto al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, serán los responsables de volcar gran parte del dinero con el que el Gobierno buscará reflotar en parte la economía: obras de infraestructura y viviendas. En total, entre ambas carteras, administrarán casi 500.000 millones de pesos.
También se espera por la presentación que hizo el gobierno de proyectos de ley destinados a impulsar la actividad de la construcción, en momentos en que el costo del metro cuadrado en dólares está en el mínimo de los últimos 15 años y hay una gran cantidad de argentinos que tienen divisas en el país y en el exterior y podrían verse tentados a aprovechar la oportunidad.
El objetivo es presentar un paquete de proyectos de ley destinados a reactivar al sector, impulsar el crédito hipotecario y potenciar la creación de empleo (sabiendo que la pandemia impactó fuertemente y se estima que en todo el país se perdieron más de 50.000 puestos de la construcción).
Las medidas para impulsar la construcción son básicamente beneficios impositivos, como la exención de Bienes Personales y el diferimiento de Ganancias o del Impuesto a las Transferencias de Inmuebles (ITI). La iniciativa contempla un blanqueo, como había propuesto la Cámara Argentina de la Construcción, para que parte de lo que se blanquee se destine a generar inmuebles sobre todo para rentar en los primeros años.
Por otro lado, se envió al Congreso nacional un anteproyecto para la creación de un fondo fiduciario compensador autosustentable para los créditos hipotecarios, con aportes de las entidades financieras y de la cuota de los préstamos, que permitirán evitar desfasajes con los salarios. La iniciativa, que también irá al Congreso para ser discutida por los legisladores, prevé la creación de una Agencia Hipotecaria Nacional que será la encargada de administrar ese fondo. Y una vez que se convierta en ley, será el BCRA el encargado de impulsar nuevos créditos hipotecarios para alentar la demanda, pero ajustados a los acuerdos salariales, no atados a otros mecanismo, como el UVA y la inflación.
Por otro lado, la Comisión Nacional de Valores (CNV) propicia la “creación de un régimen especial de Productos de Inversión Colectiva para el desarrollo inmobiliario, a través de la inclusión de un nuevo Capítulo dentro del Título V ‘Productos de Inversión Colectiva’ de las normas” que regulan las atribuciones del organismo, a través del mercado de capitales al que pueden ingresar pequeños ahorristas.
Al respecto, Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), argumentó lo siguiente: “el desarrollo inmobiliario está históricamente muy desvinculado del mercado de capitales y es una asignatura pendiente, ojalá ahora, pueda empezar a revertirse. Normalmente es un proceso lento pero esta vez pareciera ir rápido por la CNV. Creo que dominarán los desarrollos habitacionales enfocados a la clase media”.
Se estima que más de 15 proyectos podrían iniciarse en 2021 bajo este formato de fondo cerrado de inversión inmobiliaria. Todos están en marcha de trámites y ante proyecto.
También sobre el segundo semestre del año que se despidió se inició un movimiento poco habitual en los últimos tiempos, y es la venta de decenas de lotes en barrios privados y countries, que avizoran un desarrollo constructivo muy amplio para el futuro inmediato. Motorizado el fenómeno por muchas familias jóvenes que no quieren volver a estar encerrados en sus departamentos y privilegian así la vida en un entorno verde cerca de lo natural.
De hecho, las familias que no irán de vacaciones, alquilaron casi todas las viviendas con piscinas que había en locación en Nordelta y Puertos, como en otros barrios de Gonnet, Villa Elisa y cercanías de La Plata.
Esteban Edelstein Pernice, socio de Castex, detalló: “esperamos un muy buen 2021. En varios de los emprendimientos que comercializamos (Puertos, Terralagos, Terravista, San Eliseo) se están preparando para lanzar, o se han lanzado recientemente, nuevas etapas de terrenos. La demanda es creciente. Muchas familias pensaban que vivir en un barrio cerrado era caro y nunca habían chequeado esta posibilidad. Lo que notamos es que en 2020 los nuevos clientes descubrieron que una casa con pileta cuesta menos que el departamento donde viven actualmente”.
“Durante 2020 solo compraron quienes tienen el dinero ahorrado para adquirir el terreno y construir su casa, sin depender de la venta del departamento donde viven. Estimo que en el nuevo año se sumarán inversores en la construcción de casas para la venta. De esa manera el mercado suburbano se va a ampliar, y aquellas familias que precisen vender el departamento que habitan para comprar con lo obtenido una casa terminada, podrán realizar operaciones simultáneas”, añadió.
Por su parte, Mariano Gubitosi, gerente comercial de Grupo Portland, dijo, que para, “para 2021 esperamos un repunte del sector de la construcción, de cumplirse determinadas condiciones. Consideramos que estará fundamentado en el ajuste en el valor en dólares del metro cuadrado. Cabe considerar que de mantenerse el escenario actual de inflación combinado con un estancamiento del valor del dólar, este crecimiento no tendrá lugar. Para que suceda, el escenario debe ser el de un valor en dólares bajo que permita una inversión con riesgos contenidos frente a un mercado en retracción”.
Uno de los ejes fundamentales que puede llevar al crecimiento del sector es la implementación, por parte de los desarrolladores privados, de sistemas de pagos en cuotas a largo plazo (por encima de 10 y hasta 24 años) que permitirán a un gran público, que hoy se ve impedido, acceder a la vivienda propia por valores similares a los de un alquiler. El plan Concreto de Portland, pionero en esta metodología innovadora de financiación para el mercado local, es un claro ejemplo de este concepto”, amplió.
También es importante la optimización de las metodologías de construcción que permiten agilizar los tiempos y perfeccionar los productos, mejorando los costos. La utilización de sistemas constructivos no tradicionales, ya sea en la totalidad de la construcción o en parte de la misma permite grandes beneficios que se verán reflejados en los valores de venta.
Finalmente, Juan Manuel Tapiola, CEO de Spazios, señaló, que, “el año que viene será de crecimiento de la construcción, entre otras cosas porque este año hemos tocado fondo. Acompañarán el blanqueo de capitales que esperamos se haga ley en breve y el dólar más estable. En Spazios tenemos listo un plan de crecimiento que incluye la entrada a nuevas zonas. El blanqueo va a ser una gran ayuda ya que entraría mucho capital de trabajo que hoy está bajo el colchón. La estabilidad del dólar es otro eje clave ya que el movimiento del dólar automáticamente espanta la inversión y genera muchísima fricción en el proceso productivo. Ayudaría mucho la reducción de impuestos que impactan en la escrituración. Hoy en día escriturar tiene un costo del 8-10% para el comprador (la mayoría son impuestos). Estos costos no deberían superar el 2-3% ya que desalientan al comprador”.
Fuente: Grupo Construya