Cuando se avecina el cambio de estación, el consumo de gas es de un 250 por ciento en promedio mayor que el habitual. Por este motivo, pasa a ser una decisión importante para la economía hogareña la correcta elección de los sistemas de calefacción, donde la clave es la eficiencia energética de los equipos.
Dentro de los sistemas a gas, los más eficientes son las calderas, que en promedio superan en rendimiento hasta un 40% a los tradicionales equipos de calefacción por tiro balanceado. El mercado ofrece toda una línea de calderas con radiadores domiciliarios que logran el máximo rendimiento en el consumo energético. Desde el punto de vista del cuidado del medio ambiente, estos equipos optimizan la energía no renovable como el gas y emiten menos gases a la atmósfera.
En este sentido, una vivienda equipada con este tipo de equipos gastaría un 40% menos respecto a los equipos convencionales de calefacción, como las estufas.
La calefacción por agua y energía de gas, respecto de la eléctrica, tiene algunos beneficios económicos y de confort, como la posibilidad de combinarse en la caldera con un servicio de agua caliente para consumo, lo que permite un mayor ahorro de energía.
Este sistema tiene, además, otras ventajas como una mayor estabilidad térmica, mejor sensación de confort (sin sofocamientos) y beneficios ambientales y para la salud, ya que no remueven el aire y emiten menos gases que el tiro balanceado.
Otra opción conveniente son las calderas que poseen tecnología de última generación, que en promedio mejoran en un 40% a los equipos de tiro balanceado sin control de temperatura y en más de un 30% a los equipos con termostato. Además, en términos de rendimiento, mejoran un 20% a una convencional, por lo que disminuyen la factura y el daño ambiental.
Recomendaciones
- Entre los consejos de los expertos, el primero es aislar correctamente la vivienda, ya que eso reduce entre un 20 y un 40% el gasto de calefacción.
- Es muy importante que el usuario pueda discernir el adecuado nivel de temperatura de confort, ya que en promedio por cada grado que se aumente la temperatura se gasta un 8%. Es decir que si se pasa de una temperatura ambiente de 20 a 24 grados se gastará un 32% más.
- Conviene regular la temperatura del calefón o termotanque a 30 o 35 grados, así no se gasta energía en calentar demasiado el agua para luego tener que mezclarla con fría.
Fuente: www.peisa.com.ar