Por arq. Florencia Oña
En la película “Star Wars Episodio IV: Una nueva esperanza”, observamos la casa de Luke Skywalker, su tía Beru Lars y su tío Owen Lars en el planeta Tatooine. Las casas se mostraron nuevamente en el 2002 en la película “Star Wars Episodio II: Ataque de los clones”. El film muestra uno de los más espectaculares ejemplos de la arquitectura vernácula; las casas trogloditas en Matmata Túnez, las cuales actualmente alojan un hotel y fueron originalmente construidas hace más de cuatro siglos.
Son viviendas caracterizadas por tener una profundidad entre 7 a 10 metros, desarrollándose completamente bajo tierra. Los cuartos de la vivienda se alojan en torno a los patios centrales.
La arquitectura en las profundidades o ciudades enterradas han existido desde la antigüedad. Son proyectos diluidos en el paisaje, con una gran riqueza espacial alojada en su interior. Esta arquitectura ha encontrado su campo de desarrollo en diferentes latitudes y en los climas más variados. Desde Capadocia en Turquía en la región de Anatolia, cuya construcción sobre piedra data de más de mil años. Hasta Guadix en España, donde encontramos uno de los asentamientos más antiguos de la península, uno de sus barrios se encuentra construido en montañas arcillosas, muchas de ellas han sido rehabilitadas.
La integración de la arquitectura en el paisaje, optimización en los costos de construcción, utilización de materiales disponibles, la riqueza de los espacios resultantes han contribuido a la multiplicación de construcciones bajo tierra.
El comportamiento térmico del espacio subterráneo es muy generoso en términos térmicos. La arquitectura enterrada es el ejemplo mejor desarrollado del concepto de inercia térmica. La construcción se vuelve inmune a los cambios climáticos exteriores.
En cuanto a las características tecnológicas involucradas en el desarrollo de este tipo de arquitectura, vale la pena destacar: la resolución de temas higrométricos, de ventilación, evacuación de aguas y la iluminación. Para la ventilación de estos espacios se incluían chimeneas o conductos conectados al exterior, los cuales establecen renovación natural por diferencias de presión.
En los años 60 se comenzaron a desarrollar planteos de redes urbanas subterráneas como medio de solución a urbes congestionadas. En la actualidad podemos observar el desarrollo de complejos subterráneos. En Montreal, Canadá se encuentra La Ville Souterraine: una villa subterránea de 32 km de túneles, los cuales cubren más de 41 manzanas. Conectando espacios comerciales, edificios, oficinas, hoteles, bancos, espacios recreativos y universidades. Otro ejemplo relevante en Canadá, Toronto es The Path: complejo subterráneo convertido en el mayor centro comercial bajo tierra. Con 27 km de pasajes y 1200 tiendas. Además une edificios y las atracciones más importantes de la ciudad. El edificio cuyo diseño subterráneo da cuenta de las condiciones climáticas externas: inviernos fríos y prolongados. Debido a la urbanización y a la proximidad al agua, con un rango de temperaturas diurnas bastante bajas, las cuales generan impactos ambientales como el retraso del comienzo de la primavera y el otoño.
La imagen impregnante de Matmata, la cual fuimos capaces de apreciar en la película anteriormente mencionada, nos deja un aprendizaje en la solución de diseño adoptada; la cual es beneficiosa en términos de masa térmica para proteger los interiores de las condiciones térmicas extremas del exterior. La forma convexa del vacío, además permite colectar el agua de lluvia y tener mejor accesibilidad a acuíferos bajo tierra.
En ciertas construcciones sobre todo industriales, como bodegas, estas tipologías arquitectónicas son bien adoptadas. En otras situaciones de proyecto, el publico general es un poco reacio a los espacios enterrados; a pesar de las ventajas paisajísticas, bioclimáticas y espaciales.
EN CUANTO A LAS CARACTERÍSTICAS TECNOLÓGICAS INVOLUCRADAS EN EL DESARROLLO DE ESTE TIPO DE ARQUITECTURA, VALE LA PENA DESTACAR: LA RESOLUCIÓN DE TEMAS HIGROMÉTRICOS, DE VENTILACIÓN, EVACUACIÓN DE AGUAS Y LA ILUMINACIÓN.
En 1993 el artista vasco Eduardo Chillida ideó una obra escultórica que consiste en un gran cubo vacío en el interior de la montaña de Tindaya. El proyecto propone una montaña despojada de su interior, como un homenaje a la pequeñez que nos une a todos los hombres. Si bien el proyecto no fue realizado, es destacable este contexto debido a la solución espacial interior e incorporación de luz natral al proyecto.
En Nueva York existe una propuesta experimental del primer parque subterráneo, ubicado debajo de eastbound roadway en Delancey Street, en un mercado subterráneo abandonado. La luz natural seria dirigida hacia el interior a través de lumiductos, proporcionando un área en la cual arboles y césped pueda crecer bajo las ciudades. Se incluyen colectores lumínicos e iluminación artificial para complementar la iluminación. El Lowline Lab fue abierto en Octubre de 2015 como un prototipo para determinar a largo plazo la viabilidad del Proyecto Delancey. Ofrece un pantallazo de lo que eventualmente el Lowline se pudiese convertir.
Estas propuestas de proyecto arquitectónico de la antigüedad como las modernas, las vigentes y las utópicas nos enriquecen el mundo de conocimientos y de posibilidades. Uno de los aspectos más importantes de la construcción de un futuro sustentable en el campo de la arquitectura es lo llamado innovación vernácula. Lo cual consiste en aprender del pasado para lograr innovaciones tecnológicas en la actualidad.