Por Arq. María Florencia Oña La Micela
La arquitectura brasileña contemporánea sigue reafirmando su identidad. Desde la década de los treinta a los sesenta, un recorrido para rescatar aquellos aciertos que la han destacado como tal.
La arquitectura moderna brasileña presenta valores que han demostrado suficiente fuerza como para destacar; en 2006 con el Premio Pritzker para Paulo Mendes da Rocha y en 1988 con el Premio Pritzker para Oscar Niemeyer. Lo cual dejó en evidencia cantidad de grandes nuevos talentos y evidencia de una nueva personalidad ya que, aún con la globalización se han fortalecido valores y se ha rescatado una tradición moderna marcada. Desde el punto de vista de la sustentabilidad, los desafíos que nos presentan los problemas bioclimáticos se deben afrontar con la resolución de una arquitectura efectivamente comprometida con el medio ambiente.
La arquitectura brasileña ha logrado ser sensible, abrirse a las influencias actuales sin perder parámetros del pasado, utilizando materiales y tecnologías para recuperar la tradición a la adaptación climática en dialogo con el sitio. Lucio Costa recuperó elementos de la arquitectura colonial tradicional modernizándolos, contribuyendo a años de modernización de esta arquitectura.
El cuidado del clima a través de la envolvente se convirtió en una receta exitosa para la arquitectura moderna brasileña.
Los parámetros de arquitectura bioclimática, desarrollados posteriormente a los conceptos modernos ya eran adelantados en algunos ejemplos de arquitectura moderna.
Las soluciones climáticas pasivas utilizadas en la piel de la arquitectura brasileña han agilizado el desarrollo de la arquitectura moderna; convirtiéndose en un elemento diferencial junto a la producción arquitectónica de la época. Observando varios ejemplos; la radiación solar que incide sobre las fachadas de los edificios puede ser reducida a su mínima expresión, sin pérdida de la iluminación natural.
La arquitectura moderna brasileña es un producto reconocido y de prestigio internacional. Cuya manifestación se desarrolló en cantidad. Varios de esos valores, los cuales contribuyeron a su reconocimiento, se convirtieron en una mera expresión plástica con el paso del tiempo. El uso del brise-soleil y otros elementos característicos desarrollados por los arquitectos modernos, fueron adoptados con carencia de criterios y usos estéticos en otras latitudes.
Ser moderno es "conocer el pasado con profundidad, ser actual y prospectivo". En Brasil, lo fueron solo aquellos pocos que lucharon por la apertura al mundo moderno, que imbuyeron al país en busca de sus raíces, de sus tradiciones.
Algunos arquitectos brasileños fueron los primeros en implementar estrategias y elementos arquitectónicos como el brise – soleil. A pesar de que el concepto de arquitectura bioclimática sea posterior a la definición de las bases del movimiento moderno; aún más lejos estaba el concepto de arquitectura sustentable.
Algunas estrategias de esta arquitectura fueron exportadas e influyeron en muchos países, creando nuevos paradigmas arquitectónicos. Las soluciones de diseño de la envolvente, conservan el diseño del periodo colonial evidenciando la eficiencia y la semejanza con los resultados de control solar y de permeabilidad al aire presentes en los edificios modernos.
Para Lucio Costa; ser moderno es "conocer el pasado con profundidad, ser actual y prospectivo". En Brasil, lo fueron solo aquellos pocos que lucharon por la apertura al mundo moderno, que imbuyeron al país en busca de sus raíces, de sus tradiciones.
La identidad en una construcción arquitectónica se traduce en emociones históricas, es un “fenómeno de identidad” ya que detrás de cada edificio.
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