Armas en EEUU: entre el debate y el oportunismo

El presidente Barack Obama se mostró dispuesto a regular el uso pero el lobby de la NRA presiona para que haya agentes armados en las escuelas. A la par de la discusión, se incrementó la venta de dispositivos de seguridad para niños, entre ellos una mochi

Armas en EEUU: entre el debate y el oportunismo
Armas en EEUU: entre el debate y el oportunismo

El debate sobre las armas no es nuevo en Estados Unidos pero ha resurgido con más fuerza que nunca.

A poco más de una semana de la tragedia de Newtown

, donde 20 niños perdieron la vida a manos de un joven tirador solitario, las presiones se incrementan para tomar una decisión rápida sobre un conflicto en el que no sólo hay varias posturas sino también muchos negocios.

Hasta ahora, las matanzas más sonadas -la de la Universidad de Virginia (2007), con 32 muertos; la de Tucson (2011), donde la congresista Gabby Giffords se salvó por milagro de engrosar la lista de seis víctimas fatales; y la de Colorado (2012), cuando asesinaron a 12 asistentes al estreno de Batman- solo desataron una fuerte pero momentánea indignación.

Sin embargo, parece que esta vez el peso de los 20 niños asesinados, junto a seis adultos, en la escuela de Newtown (Connecticut) haría que el reiterado debate entre el derecho a la vida y el derecho a poseer armas de fuego se salde a favor de las restricciones legislativas.

El presidente Barack Obama señaló que "la legislación no evitará la maldad, pero sí podemos dar pasos para evitar que se repitan tragedias". Políticos de distinto cuño se mostraron partidarios de reducir las armas de fuego en manos civiles en un país donde más de un millón de personas murieron a tiros en los últimos cuarenta años.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, líder de un grupo de alcaldes opuestos a la posesión de armas de fuego, opinó que "esto se debe acabar hoy".

Pero no solo los demócratas y algunos republicanos alzaron la voz contra el gran negocio de los fabricantes de armas. Incondicionales del mayor lobby de esta industria, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), como el senador Joe Machin, se declararon a favor de imponer mayores controles.

El viernes la NRA pidió que el gobierno despliegue policías armados o agentes de seguridad en todas las escuelas del país. Así la organización respondió a las presiones que recibió para que tomara posición tras la masacre de Newtown.

Negocio armado

Mientras los políticos debaten, los comerciantes facturan. Después del trágico tiroteo de la escuela de Connecticut la venta de equipos de seguridad diseñados para niños registró un aumento significativo en Estados Unidos, incluyendo un producto estrella: la mochila a prueba de balas Little.

Por 300 dólares, la compañía Enmienda II, el nombre de la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense que garantiza el porte de armas, proporciona un modelo para las niñas y la Avengers para los niños.

Mochilas y maletines blindados puede ser usados como un escudo

y pesan menos de 500 gramos gracias a un panel ultra-resistente de carbono además de tener la apariencia de bolsos que usan los otros niños.

"Con sus dibujos, los padres están seguros de que sus chicos no olvidarán su mochila blindada en casa y que estarán protegidos si lo impensable ocurriera", dijo la compañía en su sitio web.

"Esto es una cosa horrible que uno nunca hubiera imaginado comprar para su hijo, pero después de la tragedia de Newtown, nuestras ventas son diez veces mayores", admite el director de esta empresa con sede en Utah, Richard Craig, que sin embargo se negó a dar cifras precisas.

La empresa, como una media docena de otras firmas, también ha desarrollado una serie de productos especiales, entre ellos un escudo que se puede incrustar en la carpeta favorita de los alumnos. Por un precio más bajo (entre 150 y 200 dólares), Bullet Blocker, es un panel que se puede coser en el forro de un bolso. "Ligero, fácil de extraer, es del tamaño de un libro de texto", dijo Elmar Uy, vicepresidente de la compañía con sede en Nueva Hampshire.

Uy dijo que desde el día de la masacre en la escuela de Newtown, las ventas aumentaron un 40% y se elevan a 40 paneles por día. "Nosotros no garantizamos nada, vendemos apenas tranquilidad para los padres", señaló.

Pero no es el único negocio creciente. Los productores de armas de fuego, que según el FBI se han duplicado en la última década, están dispuestos a hacer lo que sea con tal de mantener un negocio que movió casi 32.000 millones de dólares en 2011 y proporciona 210.000 empleos, con una remuneración media de casi 47.000 dólares anuales e impuestos por 500 millones.

Los estadounidenses tienen, en general, pasión por las armas de fuego. Poseen la mayor concentración de armas privadas del mundo, de las cuales la mitad las guardan en sus casas, provocando que los beneficios de Smith Wesson, por ejemplo, crecieran 140% en los últimos tres años de crisis.

De hecho, desde la masacre aumentaron las ventas del fusil AR15, el mismo que fue usado por Adam Lanza para atacar la escuela primaria Sandy Hook, y de sus cargadores de gran capacidad ante el temor de que sean prohibidos, según la empresa proveedora, Nova Firearms.

Duelo de posturas

Entre los políticos de Estados Unidos nadie se plantea ni siquiera tocar la segunda enmienda constitucional, la que otorga desde 1791 el derecho de los civiles a la posesión de armas, sino restringir el tipo de armas y la cantidad de municiones.

La posición reformista más extrema plantea que se prohíba la venta a civiles de algunas armas de guerra, como los fusiles semiautomáticos tipo M-16 y de cargadores de gran capacidad. Junto con ello, se obligaría a comprobar los antecedentes de los compradores en registros federales, no solo en los locales, una medida muy relativa debido a que más del 40% de las armas se venden entre particulares.

Aun así se da por descontada una furiosa defensa de la libre tenencia de armas.

La realidad que deben enfrentar los que se oponen a que se vendan armas es que el 43% de los estadounidenses rechaza mayores controles, según una encuesta realizada después de la masacre.

"Tenemos que cambiar", predica Obama. Y sabe por qué lo dice. Para millones de estadounidenses, la protección de su familia y de sus propiedades, por los medios que sea, es un derecho inalienable que Dios le concedió al individuo y no al Estado.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA