La cuarta cumbre sobre seguridad nuclear, convocada por el presidente Barack Obama, comenzó ayer en Washington con las preocupaciones centradas en Corea del Norte, país objeto de reuniones de alto nivel entre Estados Unidos, Japón, China y Corea del Sur.
La jornada arrancó con una reunión tripartita entre Obama, el primer ministro de Japón -Shinzo Abe- y la presidenta de Corea del Sur -Park Geun-Hye.
Al fin de ese encuentro, Obama dijo a la prensa que es necesario “hacer respetar firmemente las duras medidas de seguridad adoptadas por la ONU” contra Pyongyang, que realizó pruebas nucleares y de misiles consideradas provocadoras.
De acuerdo con Obama, el centro de las atenciones en la reunión es Corea del Norte. “Estamos unidos en nuestros esfuerzos para contener y defendernos de las provocaciones de Corea del Norte, y tenemos que trabajar juntos para alcanzar este desafío”, dijo el mandatario.
Ese país realizó una prueba nuclear en enero, y en febrero hizo experiencias exitosas con un cohete de largo alcance, en un escenario que provocó intensa preocupación en todo el sureste asiático.
Washington y Seúl inclusive ya iniciaron discusiones sobre la eventual aplicación en Corea del Sur del sofisticado sistema anti misiles estadounidense THAAD.
Papel de China
Ayer Obama también se reunió con el presidente de China, Xi Jinping. Los dos dirigentes tienen una pesada agenda bilateral para discutir pero la cuestión norcoreana tiene un espacio reservado.
La Casa Blanca se propone mantener las presiones sobre Corea del Norte, de forma de hacer aumentar el costo económico y diplomático por la decisión de Pyongyang de ignorar las llamadas internacionales en favor de una suspensión de sus pruebas nucleares.
Para el gobierno estadounidense, China tiene un papel fundamental en las sanciones contra Corea del Norte, y muy especialmente en convencer al gobierno de Pyongyang a moderar su agresiva retórica hacia la región.
En contrapartida, Pekín no esconde su preocupación con la posibilidad de que Washington decida aplicar en Corea del Sur el sistema THAAD.
Obama y Xi también deben discutir la situación en el Mar de la China Meridional, donde Pekín busca extender su influencia, en una posición que preocupa vivamente a la Casa Blanca.
Aunque líderes de medio centenar de países están o estarán presentes en Washington para esta cumbre, la reunión con Xi es la única bilateral prevista por Obama, además de un “rápido encuentro” con el presidente francés, François Hollande.
Una presencia incómoda
Por otra parte, la presencia que acaparó atenciones este jueves en Washington fue la del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Opositores a Erdogan y miembros de su equipo de seguridad protagonizaron choques sin mayores consecuencias en las proximidades del instituto Brookings, donde el dirigente turco debía pronunciar una conferencia sobre seguridad.
Esa conferencia de Erdogan comenzó poco después de confirmarse un atentado en la ciudad turca de Diyarbakir, que dejó un saldo de por lo menos seis personas muertas.
Esta cuarta cumbre de seguridad nuclear se realiza también bajo la preocupación de que grupos radicales como el Estado Islámico (EI) puedan obtener una “bomba sucia” (de dispersión radiactiva).
La reunión tiene lugar apenas días después de los atentados en Bruselas, en los que fueron utilizados explosivos convencionales aunque dos de los suicidas fueron relacionados a posibles esfuerzos por parte del EI de lograr acceso a materiales para una bomba sucia.
Ausencias notables
El propio Obama lanzó en 2010 en Washington la primera de estas cumbres sobre seguridad nuclear, y posteriormente se realizaron encuentros similares en Corea del Sur y Holanda, concentrados en la seguridad de los stocks de uranio y plutonio, así como medidas para evitar el contrabando.
De cualquier forma, la reunión no contará con actores fundamentales para cualquier discusión global sobre seguridad nuclear: la ausencia de Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia e Irán, por ejemplo, muestra grietas en el frente que la Casa Blanca busca consolidar.
Más allá de Rusia, que cuenta con un enorme potencial nuclear, Corea del Norte logró desarrollar armamento atómico e Irán firmó un histórico acuerdo con países occidentales para el control de su programa de energía atómica, y por ello la presencia de esas naciones era considerada fundamental.
Por América Latina, asisten a esta reunión los presidentes Mauricio Macri (Argentina), Michelle Bachelet (Chile) y Enrique Peña Nieto (México).
Brasil estará representado por su canciller, Mauro Vieira, ya que la presidenta Dilma Rousseff canceló a última hora su participación, ante el agravamiento de la crisis política que amenaza su gobierno.
¿Arsenal nuclear ruso en Crimea?
A horas de comenzar la Cumbre Internacional de Seguridad Nuclear en Washington, Rusia -que no participa del encuentro- dejó abierta la posibilidad de estacionar armas atómicas en la península de Crimea, un ex territorio ucraniano situado a orillas del Mar Negro que Moscú anexionó hace dos años.
“En lo que respecta a las armas nucleares o convencionales en Crimea, Rusia no pretende hablar con nadie sobre sus acciones en su propio territorio”, sentenció en Moscú el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, en referencia a que la península está bajo soberanía rusa.
Ucrania y Occidente no reconocen a Crimea como territorio ruso y acusan a Moscú de anexionarlo en 2014 violando las leyes internacionales.
Por su parte, Rusia utiliza la región tradicionalmente como base para su flota en el Mar Negro y las armas que tiene allí estacionadas son un secreto, en tanto Ucrania sospecha que Moscú llevó misiles a la península, destacaron informaciones desde Alemania. Télam