Arjen Robben, el holandés de acero rápido

El delantero del Bayern y de la selección “Naranja”, lleva tres goles en el Mundial, 17 remates al arco, 19 centros y recibió 21 faltas. Hoy está en su mejor momento técnico y físico.

Arjen Robben, el holandés de acero rápido
Arjen Robben, el holandés de acero rápido

Como le sucedió a Leo Messi, la llegada del holandés Arjen Robben al Olimpo de las grandes estrellas del fútbol se produce después de una transformación física: sus músculos de cristal mutaron en acero.

El español Sergio Ramos es uno de los defensas más potentes del fútbol europeo, pero el 13 de junio, en el España-Holanda del Mundial de Brasil, fue “atropellado” por la velocidad de Robben en un sprint del que derivó el quinto gol “oranje”.

La carrera impresionó tanto que el diario holandés “De Telegraaf” la analizó y concluyó que Robben alcanzó los 37 kilómetros por hora. Según el diario, esa cifra lo convirtió en el futbolista más rápido al superar un sprint de 35,7 km/h del inglés Theo Walcott.

El rotativo calculó que si hubiera mantenido esa velocidad habría completado los 100 metros en 10,28 segundos. El récord mundial en la distancia está en manos del jamaiquino Usain Bolt con 9,58 segundos.

Pero Robben siempre fue veloz. La novedad es su durabilidad. El jugador de cristal que sufría constantes lesiones musculares en el PSV, en el Chelsea y en el Real Madrid se fue transformando poco a poco en el Bayern Munich y a los 30 años y después de vivir una temporada completa libre de lesiones, está en la mejor forma física de su carrera.

“A veces yo también me sorprendo”, dijo el sábado en Salvador tras el partido de cuartos de final ante Costa Rica. Fueron 120 minutos sin goles, pero en los que Robben fue el amo y señor.

Todas las ocasiones holandesas llegaron a través de su desequilibrio en la banda derecha o por el centro, con su velocidad y su cambio de ritmo. Desde el minuto uno y hasta el 120, sin rastro de fatiga.

“Me siento bien, me siento fuerte. Cuando tengo la pelota, la velocidad y la potencia están ahí. Ni en la prórroga me sentía cansado. Pensé que en algún momento me quedaría sin fuerzas, pero seguía corriendo y corriendo”, afirmó Robben, que provocó las cuatro tarjetas amarillas de Costa Rica.

Robben es la estrella de Holanda, el hombre más peligroso al que deberá enfrentar el miércoles Argentina en una semifinal en la que se espera un duelo personal con Messi: zurdos, explosivos, veloces, goleadores, asistentes, la medida de todas las cosas en sus selecciones, dos “delanteros mentirosos”o al menos poco convencionales.

“¿Parar a Messi? ¿Y cómo van a parar ellos a Robben?”, replicó el sábado en Salvador el ex jugador Patrick Kluivert, asistente del técnico Louis van Gaal en la selección naranja.

Messi, que solía arrancar desde la derecha como lo sigue haciendo Robben, se transformó en el mejor jugador del mundo tras la llegada en 2008 de Josep Guardiola y su grupo de trabajo al Barcelona.

Mimado por el recuperador físico Juanjo Brau, el astro dejó atrás las molestias musculares que le persiguieron en sus comienzos, propias de un jugador potente y explosivo.

Lo mismo, aunque de forma más tardía, le sucedió a Robben, ahora en el cénit de su carrera y al que Guardiola acercó más a la portería en el Bayern como hizo con Messi en el Barcelona.

“¿Quién es el mejor, Messi o Robben? Arjen. Sin ningún lugar a dudas”, dijo Bert van Marwijk, técnico con el que Holanda perdió la final del Mundial de Sudáfrica 2010.

“Arjen Robben sobresale por encima de todo. Es mejor por ejemplo que Messi”, coincidió el doble subcampeón del mundo con la naranja Willy van de Kerkhof.

Las opiniones se discuten. Los números, menos. Las cifras de la FIFA demuestran quizás que el holandés está mejor físicamente: es más veloz (31,6 km/h por 29,6 km/h) y corre más (55,4 kilómetros por 41,4). Messi ha anotado cuatro goles por tres de Robben y ambos están igualados con una asistencia.

Van Marwijk dice que “envidia” al Robben actual. No es el de 2010. En la final de Sudáfrica, ganada por España, el zurdo, que llegó al Mundial tras una lesión, no acertó un mano a mano con el arquero Iker Casillas que podría haber dado el campeonato a Holanda, lo que alimentó su estigma de perdedor. Dos meses antes, había errado un penal que le costó el título de la Liga de Campeones al Bayern.

También eso quedó atrás tras anotar el tanto del triunfo del Bayern en la final de la máxima competición europea en 2013 ante el Borussia Dortmund, así como su fama de egoísta e individualista. Un proceso de madurez personal, futbolística y muscular.

Convertido en líder de Holanda, liberado mentalmente, con ganas de revancha por la final perdida hace cuatro años e indestructible físicamente, Robben amenaza a Argentina y mira a los ojos a Messi.

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