Ariel Winograd: se mete con “una de ladrones”

El director cuenta aquí cómo fue el rodaje en Mendoza y cómo llegó a sus manos esta historia, que es una de las más famosas de los policiale

Ariel Winograd: se mete con “una de ladrones”
Ariel Winograd: se mete con “una de ladrones”

En el hall del Gran Hotel Potrerillos Ariel Winograd (41) luce despeinado, con la piel algo curtida por el sol de montaña y su mirada castigada por el cansancio, pero enormemente feliz: hace menos de una hora terminó de filmar "El robo del siglo", su última película que calcula ver la luz hacia enero de 2020. El argumento del filme casi no necesita presentación pero se puede resumir en la historia de una banda de ladrones que el 13 de enero de 2006 se llevó alrededor de 20 millones de dólares y 19 kilos de joyas de la sucursal Acassuso del Banco Rio. Los delincuentes montaron una escena de tipo teatral, con una toma de rehenes en la planta baja de la entidad, que sirvió de telón mientras en las bóvedas, otra parte de la banda reventaba 125 cajas de seguridad y vaciaba sus contenidos en sacos. La gavilla escapó por los desagües y luego, poco a poco, todos fueron apresados, juzgados, condenados. Hoy están libres. Y el signado como ideólogo del atraco, hasta participó en el guión de la película.


Potrerillos fue locación para este rodaje. | Gustavo Rogé / Los Andes
Potrerillos fue locación para este rodaje. | Gustavo Rogé / Los Andes

"Vinimos a Mendoza a filmar la última parte del personaje que personifica Diego Peretti (que es Fernando Araujo) y que es el post-robo. La historia de la película pedía salir un poco de Buenos Aires que fue donde se hicieron casi todas las tomas. La detención de Araujo ocurrió en San Juan, pero vinimos acá porque surgió la ocasión y estábamos al tanto de las posibilidades que ofrecía la provincia. Además lo saliente era recalcar que el personaje se alejaba de Buenos Aires y eso lo logramos: no es que vinimos acá a buscar una copia del paraje de San Juan. Nos ayudaron muchos los espacios naturales de Potrerillos y como el personaje es el ser más místico de la banda, nos vino muy bien el paisaje de montaña", narra el director mientras le pasan una Coca Cola pequeña.

En la vida real, Araujo fue atrapado en San Juan cuando estaba a punto de partir a Chile para no volver.

Multi-género

"La película está dentro de las caper movies que son las pelis de robos a bancos, que ya es casi un género de por sí, pero acá también hay cosas de thriller, de comedia, de acción, de emoción".

En buena parte de los filmes acerca de atracos a bancos, los personajes quedan cubiertos por un halo de empatía que parte de la mirada del espectador: por un lado porque los ladrones de bancos (cuando existían porque hoy, debido a la tecnología en seguridad es prácticamente imposible un atraco a un banco) son más inteligentes que los delincuentes comunes y porque además los bancos son una especie de víctima que no cuenta con la simpatía de la gente. Menos en Argentina.

"Tuvimos en cuenta esa idea -sigue Winograd mientras le da descanso a su refresco- porque el robo sucedió en un momento especial del país. Y porque se trató del último robo analógico de la historia policial argentina. Fue un atraco en el que no hubo heridos ni se usaron armas de fuego. Es decir que tuvo más cosas a favor que en contra en lo referido a la violencia. Pero está claro que no estoy a favor de los robos ni veo como héroes a los que hicieron eso. En ese sentido se puede decir que es una película antisistema. Por eso también se puede tomar como un film de aventura cuyos protagonistas son anti héroes".

La historia del "Robo del Siglo" llegó a las manos de Winograd después de que los productores Juan Pablo García y Pola Zito leyeran el libro "Sin armas ni rencores" de Rodolfo Palacios, uno de los mejores periodistas de policiales del país. Ellos venían trabajando tres años en el proyecto y se lo ofrecieron al director el año pasado.

"Leyendo el libro de Palacios uno va cayendo en que el robo, tal como fue, hoy sería imposible. Hay escenas que parecen de ficción y que en verdad ocurrieron, como cuando a una de las rehenes le cantan el cumpleaños feliz en el banco después de darse cuenta de que ese día era su cumpleaños".

Los detalles

El trayecto del golpe al banco Río se puede dividir en cuatro partes bien delimitadas: la organización, el atraco en sí, el escape y finalmente la caída de los sospechosos. ¿En qué porción se pone más énfasis en el filme. Lo explica con su voz ronca en extremo el director Winograd: "Acá estamos ante la situación de que todo el mundo, en mayor o menor medida, conoce la historia, conoce cómo fue y cómo terminó. Lo que no conoce todo el mundo son los detalles del hecho, entonces la película está balanceada pero se profundiza en lo que no se conoce por los medios de prensa de lo que fue el golpe en sus situaciones más pequeñas. Por caso, cómo se conocieron los miembros de la banda (Vitette y Araujo) que es lo que dispara el asalto".


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

Para "El robo..." Winograd tuvo dos referencias históricas del cine: "Inside Man" de Spike Lee de 2006 en la que él mismo trabajó y "Pelham 1, 2,, 3...", un clásico de los filmes de rehenes.

Para el final, el director no dejó pasar la ocasión de contar que está muy contento de volver a Mendoza. "En 2014 vine a filmar acá 'Vino para robar'", recuerda. Una película de ladrones, un poco más ingenuos que los del Río, pero ladrones al fin.

Y al ser consultado si el estado de su voz profundamente ronca era de tanto gritar en el set, Winograd confesó algo más sencillo: “Es mi voz de familia, mi abuela la tenía y mi papá también”.

La pata mendocina 

Marcelo Ortega es uno de los que está al frente del Clúster Audiovisual Filmandes e hizo las veces de auspiciante para la película.


    Gustavo Rogé / Los Andes
Gustavo Rogé / Los Andes

"La idea el volver a poner a Mendoza como una plaza atractiva para contenidos audiovisuales. Empezamos 7 u 8 y ahora somos 60 personas", explica Ortega quien tuvo activa participación en los días de filmación. El clúster (término inglés que significa racimo) hace referencia a la incorporación de nuevos eslabones a una cadena productiva; en este caso, todo lo audiovisual.

Para la obra, también intervino la productora Oeste Films.

Hubo empresarios locales que apoyaron el proyecto como: Fernando Porretta con su Gran Hotel Potrerillos y su Bodega Staphyle, Argentina Rafting, Norwegian líneas aéreas, Mauricio Badaloni con Andesmar, Alberto Aguiló con Mercantil Andina, Yacopini, Rødder Brewing Company, Gustavo Rivarola, Malandra Wines, Sergio Astie y Federico Olstropolsky.

La película tiene fecha prevista de estreno para el 16 de enero de 2020, con la distribución de Warner Bros. Pictures en toda América Latina.

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