Gimnasia se juega mucho. Gimnasia está ante una final y no hay título en juego. Gimnasia quiere reencontrarse consigo mismo y no ser el de la fecha pasada. Gimnasia necesita un triunfo para salvar una cabeza: la de su DT Sergio Arias.
Es que tras la dura derrota ante All Boys se vivieron unos días más que complicados, con reuniones entre los dirigentes y con una persona en el ojo de la tormenta, ya que el crédito no es lo que le sobra.
Claramente el “Toti” no vivió una de las mejores semanas y por eso necesita revertir la situación. Para eso decidió hacer cirugía mayor en el equipo, con variantes tan innovadoras como cuestionables.
De los cinco cambios que tendría planeado, el que rompió el tablero fue reemplazar a Raúl Albornoz por Maximiliano Montiveros, volante central por naturaleza que ahora deberá jugar como último hombre.
Otro que se perderá el partido sería el colombiano Carabalí reemplazado por Yair Marín.
En la mitad de la cancha, Fabio Giménez sustituirá a Garay, mientras que Genaro Vuanello será el volante por izquierda en lugar de Espinoza, mientras que en el ataque Jonathan Lastra sería el compañero de Akerman.
Todas estas variantes no fueron confirmadas, pero está claro que Arias busca la reacción de un Gimnasia que está dolorido y mareado y que ante Douglas Haig buscará reencontrarse con su juego y dejar muy atrás la pobre imagen que dejó en Floresta.