Simpatizantes argentinos decidieron aguardar para comprar entradas en la reventa para el duelo de semifinales ante Holanda del próximo miércoles en San Pablo, ya que se pide un valor muy elevado y el sábado pasado en Brasilia, a último momento, se consiguieron mucho más baratas.
“Otra vez no me pasa. Por la locura de querer entrar sí o sí, pagué un día antes de cuartos 1.000 dólares por una entrada. Después cuando llegué a las afueras del estadio para el partido las remataban a 300. Me quería morir”, aseveró Christian, uno de los tantos argentinos que reside en el Sambódromo de San Pablo.
“Muchos de los que estuvimos en Brasilia (Argentina venció a Bélgica 1-0) ya dijimos que acá vamos a esperar para comprar. Están pidiendo 2.500 dólares, están locos. Si consigo a un valor normal compro, sino me iré a un bar o al Fan Fest”, añadió el joven, de 23 años, sentado en la puerta de su auto.
El principal punto de reventa en jornadas previas a los cotejos en San Pablo es en las afueras del Gimnasio do Ibirapuera, donde se encuentra el Centro de Gestión de Entradas de la FIFA (se entregan las compradas por internet), mientras que el día de los partidos es en la estación de “Metro” ubicada a unos 500 metros del estadio.
No obstante, también en los principales hoteles de la ciudad y sus alrededores se consiguen las localidades en los “lobbys”, aunque en esos casos son por `delivery` por lo que resultan más caras que lo que se consigue habitualmente en la reventa.
En los partidos de primera fase, el valor estuvo entre los 600 y 800 dólares, después subieron a entre 1.000 y 1.200 para octavos y cuartos de final, siempre teniendo en cuenta que se pagaron o mucho menos o mucho más dependiendo los casos. Sin embargo, para semifinales no bajan por ahora de 2.000 dólares.
La ilusión de muchos albicelestes es que llegada la hora del partido, no haya mayor interés por las localidades en la reventa y los precios bajen.
Un sobrino de Blatter implicado en el fraude
La policía brasileña detuvo a Ray Whelan, director de Match, la empresa que posee exclusividad con la FIFA para la venta de paquetes del Mundial, a quien acusa de liderar una red de reventa ilegal de entradas.
“Ray Whelan, director de Match, fue detenido” en el hotel Copacabana Palace de Río de Janeiro donde estaba alojado, declaró un portavoz de la policía. El portavoz no pudo informar cuál es la nacionalidad de Whelan, pero la prensa brasileña indicó que es un británico de 64 años.
Whelan fue trasladado a una comisaría de la policía civil cercana al estadio Maracaná, donde le esperaban dos abogados. La policía cree que el director de Match estaba por encima del francoargelino Mohamadou Lamine Fofana, una de las 11 personas arrestadas la semana pasada en el marco de la operación “Jules Rimet” que desmanteló una red internacional de reventa ilegal de entradas.
Conversaciones telefónicas entre Fofana y Whelan fueron interceptadas por la policía, con autorización de la justicia, según el diario O Estado de Sao Paulo.
Según la policía, el director de Match pasaba entradas VIP de cortesía a Fofana, destinadas originalmente a ONGs, patrocinadores y familiares de jugadores. Fofana las revendía ilegalmente con ayuda de agencias de viaje y de sus altos contactos en el mundo del fútbol.
Unas mil entradas eran revendidas ilegalmente por partido, a un precio base de mil euros cada una, según el fiscal Marcos Kac de Río de Janeiro.
El sitio de noticias G1 informó que la policía aprehendió desde el cuarto de Whelan en el lujoso hotel un total de 82 entradas para el Mundial y 1.300 dólares, así como un computador y un teléfono celular, que serán sometidos a peritajes. La justicia asegura que la banda operaba desde hacía cuatro mundiales (en 2002), y según el diario O Dia, la red de reventa habría generado unos 95 millones de dólares.
Primero, la policía pensó que Lamine Fofana trabajaba en la FIFA y era el líder de la banda, pero luego se dio cuenta de que no pertenecía a la organización y “de que había alguien por encima de él de la FIFA, con un intermediario en Match”, según declaró el comisario Fabio Barucke.
El fiscal Kac indicó que se investiga también el papel de varias federaciones de fútbol, sobre todo las de Argentina, España y Brasil, en la eventual reventa de ingresos de cortesía a través de esta red criminal. Consultadas, las tres federaciones no han querido comentar la información.
Uno de los accionistas de Match es la empresa Infront Sports and Media, dirigida por Philippe Blatter, sobrino de Joseph Blatter, presidente de la FIFA. Infront, basada en Suiza, es propietaria de HBS, que tiene la exclusividad de los derechos televisivos de la Copa del Mundo.