Son muchisimos los argentinos que eligen a Dinamarca como su hogar, por lo menos temporalmente. Muchos lo hacen vía programa Working Holiday ("vacaciones de trabajo"), que -a partir de un acuerdo bilateral- da un permiso de residencia por un año a menores de 30 años para que viajen de un país a otro para experimentar la cultura y el modo de vida de cada uno mientras trabajan para cubrir los gastos de la travesía, según informó diario La Nación.
Un sueldo en euros con trabajos en general part-time o por hora les permite tomarse días para viajar y además ahorrar hasta mil dólares por mes. Del otro lado de la balanza, señalan que aunque viven en uno de los países "más felices" del mundo, los daneses a veces son distantes, y que la corta duración de los días durante el invierno es el mayor desafío. El idioma no es un problema -destacan- si saben inglés.
En 2018, 1400 jóvenes argentinos viajaron a Dinamarca con Working Holiday, un programa que "crece año a año", indicó a este medio el embajador argentino en Dinamarca, Conrado Solari Irigoyen. La reciprocidad por ahora es baja. En la representación danesa en Buenos Aires señalaron que los pocos jóvenes escandinavos que viajan a la Argentina lo hacen principalmente para tareas de voluntariado.
Mientras estudiaba Derecho en la UBA, Yanina Alonzo trabajó en un estudio jurídico y cuando se recibió, entró en el área de legales de una compañía de seguros. "El 90% del sueldo se iba en alquiler y gastos y no me alcanzaba ni para irme de vacaciones en la Argentina. Luego decidió hacer algo al respecto y se mudó a Dinamarca. Hoy, con 28 años, trabaja en una aplicación de delivery en bicicleta, y en una plataform que ofrece servicios de limpieza doméstica. "Acá vivís tranquilo, no te preocupás por pagar en alquiler", contrasta.
En los trabajos por hora, el ingreso mensual ronda las 16.000 coronas (unos 2400 dólares), coinciden los argentinos.
Una habitación en una casa compartida cuesta por lo menos 5000 coronas (US$750) mensuales, dicen, y remarcan que los alquileres "están un poco caros", en una ciudad con un costo de vida alto, pero con sueldos a la altura.
Los jóvenes argentinos afirman que conseguir trabajo -no calificado- en esta ciudad es sencillo. Comparten entre ellos los mails de las empresas y agencias que suelen contratar personal y hay centros para desempleados donde pueden imprimir sin costo sus currículums. "El primer día salí por la peatonal a repartir CV's y ese mismo día quedé en un restaurante", recuerda Luciano Gasparini, de 25 años.
El joven porteño es licenciado en Comercio Internacional y trabaja en una empresa que gestiona las cuentas de usuarios de la plataforma de alquileres temporarios Airbnb. Dice que así ahorra hasta mil euros por mes "como mínimo", incluso cuando destina su sueldo no solo al alquiler y la comida, también a viajar por el continente. Llegó con la visa de vacaciones de trabajo, y luego gestionó la ciudadanía italiana para quedarse por lo menos cinco años y estudiar un posgrado en Copenhague.
Hay un factor clave para el ahorro en Dinamarca: la inflación del 1,4%. "La leche está al mismo precio que hace dos años, cuando llegué", graficó Luciano.
Además, resaltan que "casi todos los trabajos" son en blanco, como los de delivery, muy populares entre los extranjeros. "Acá se paga mucho impuesto, más de la mitad del sueldo va al Estado. Entonces conozco casos que les dicen 'che págame la mitad en blanco, la mitad en negro', y algunos daneses se enojan porque no estás ayudando al país. Entienden que pagan muchos impuestos, pero entienden que a través de esos impuestos todo funciona", cuenta Luciano.
"Las tapas de los diarios no tienen corrupción", dice, con cierto asombro, Luciano, y cuenta que en general las noticias son de "pequeñas cosas", como demoras en el transporte y la actividad de la familia real.
Todos coinciden en ese diagnóstico. Por eso entienden que Dinamarca sea considerado el segundo país "más feliz del mundo" porque "no hay estrés ni preocupaciones" pero no consideran que esa felicidad se traduzca en calidez.
"Los argentinos nos juntamos espontáneamente, con los daneses tenés que arreglar tres semanas antes", agrega Luciano y en ese contraste es donde los argentinos se refugian entre ellos, generalmente contactados por grupos de WhatsApp y en persona, mate de por medio.