El 72 por ciento de los argentinos cree que la corrupción se incrementó en la Argentina en los últimos dos años, según una encuesta realizada por la organización no gubernamental Transparencia Internacional para el Barómetro Global de la Corrupción 2013. Mientras que el 19 por ciento cree que la corrupción se mantuvo en el mismo nivel que en el 2011 cuando la presidenta Cristina Kirchner inició su segundo mandato y solo el 9% cree que decreció. Ese porcentaje de los argentinos que perciben que aumentó la corrupción en el país es el más alto en América Latina.
A la hora de medir la eficiencia del gobierno kirchnerista para luchar contra la corrupción, el 74 por ciento consideró que es ineficiente, el 12 por ciento que es muy ineficiente y el 14 que es eficiente.
Es opinión de la gente, tiene que ver con el hecho que desde que asumió Néstor Kirchner los organismos de control del Estado quedaron neutralizados.
El caso más icónico es el de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) con el nombramiento de Daniel Reposo, cuyo nombramiento como jefe de los fiscales tuvo que se retirado porque había agrandado su currículum con "errores de tipeo", según su propia declaración.
La Sigen, la Oficina Anticorrupción y la Unidad de Información Financiera (UIF) no han hecho denuncias contra funcionarios nacionales en los últimos diez años.
Ese 72 por ciento que cree que aumentó la corrupción significa un cambio de fondo en la sociedad argentina que antes del 2011 no le daba a la corrupción la misma importancia política que ahora.
Seguramente, los casos de Sergio Schoklender y las Madres de Plaza de Mayo, de Ciccone y el vicepresidente Amado Boudou y la Tragedia de Once, entre otros casos de corrupción conocidos en el 2011 y el 2012, influyeron en esa percepción del aumento. La encuesta se hizo en 107 países y alcanzó a un total de 114.000 personas. En la Argentina la realizó Ibope y abarcó a 1.001 personas.
Además, en una escalada de 1 a 5 puntos, los argentinos opinaron que el problema de corrupción está en el Estado es del 4,5, es decir de lo más grave.
Específicamente, las instituciones peor calificadas por los argentinos son: partidos políticos (4,3 puntos), organismos del Estado (4,2), legislaturas (4,1), policías (4), justicia (3,9), empresas (3,5), medios (3,3), iglesias (2,9), fuerzas armadas (2,9), servicios médicos (2,7), sistema educativo (2,6) y organizaciones no gubernamentales (2,5) con el mejor puntaje.
Al preguntársele a los encuestados a quiénes habían pagados sobornos contestaron: a policías (16 %), a funcionarios para acceder a registros públicos (7), a miembros de servicios médicos (7), a miembros del sistema judicial (7), a funcionarios de servicios públicos (6) y a recaudadores de impuestos (5).