El Ministerio de Salud de la Nación confirmó dos muertos en lo que va del año por fiebre amarilla importada, uno en Neuquén y otro en la localidad bonaerense de Lanús, mientras en la Ciudad de Buenos Aires un joven de 24 años lucha por su vida al ser el primer trasplantado hepático como tratamiento a esa enfermedad.
En la ciudad de Neuquén, un rionegrino de la ciudad de Cipolletti de 69 años que había viajado a Río de Janeiro, murió por fiebre amarilla, luego que los médicos le aconsejaran no vacunarse contra esta enfermedad, ya que la inmunización está indicada solo hasta los 60 años.
El otro caso fatal se produjo el viernes pasado y se conoció ayer cuando un hombre también de 69 años, de la localidad bonaerense de Lanús, tras contraer la enfermedad en Brasil, presentó un cuadro de insuficiencia renal aguda de la que no se pudo recuperar.
El rionegrino había viajado a Río de Janeiro y a zonas del Noreste de Brasil durante la primera quincena de marzo y regresó el miércoles 14. A los tres días comenzó a padecer los síntomas.
De acuerdo al informe del Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación "se notificaron siete casos de fiebre amarilla importados con antecedente de viaje a Brasil, sin antecedentes de vacunación".
El boletín agregó que dos de los pacientes fallecieron en la semana epidemiológica 12.
La directora de Salud de Neuquén, Andrea Peveprecisó que los primeros síntomas que tuvo el hombre fueron "malestar general, astenia, dolor muscular y algo de fiebre".
Además, la médica neuquina detalló que "el cuadro viral progresó rápidamente y el estado de salud se agravó causando una falla multiorgánica propia de la fiebre amarilla".
La medida extrema: trasplante hepático
En tanto, en la Ciudad Buenos Aires un joven de 24 años se convirtió en el primer argentino en recibir un trasplante hepático como tratamiento contra la fiebre amarilla, tras desarrollar uno de los cuadros más graves de esta enfermedad, que contrajo a principios de marzo mientras realizaba un crucero por Brasil, confirmaron voceros de Ministerio de Salud de la Nación
Se trata de Renzo Gagliano, oriundo de la localidad bonaerense de Hurlingham, quien recibió el trasplante de donante cadavérico en la Clínica La Trinidad Mitre, según confirmaron sus propios familiares por la red social Facebook.
"Mi hijo contrajo fiebre amarilla, es una enfermedad mortal y sólo un milagro lo puede salvar. En este momento se encuentra en estado grave y ruego a Dios que lo mantenga con vida", dijo Alberto Gagliano, padre del joven que se encuentra internado en la terapia intensiva del sanatorio porteño.
Tras ser operado, las primeras 72 horas "son críticas, por eso, en estos momentos estoy avocado a la salud de mi hijo, lamentablemente le toco a él pasar por esto.
Ahora, solo resta esperar y rezar para que se salve", añadió.
Y solicitó que se informe a la población sobre el sistema de vacunación para todo aquel que viaje a Brasil, "porque sino se mueren, ya que no hay remedios para esta enfermedad".
Por su parte, la Directora Nacional de Epidemiología, Patricia Angeleri, explicó que el paciente trasplantado "es uno de los siete casos notificados de fiebre amarilla importada" en los últimos meses desde Brasil, dos de los cuales derivaron en muerte, "mientras los otros cuatro ya están en sus casas".
Ninguno de quienes contrajeron fiebre amarilla, transmitida por mosquitos del género Aedes, en localidades brasileñas donde se sabe que hay circulación activa del virus se había vacunado contra la enfermedad, contra lo que recomiendan las autoridades sanitarias.
"El del joven trasplantado es uno de los casos notificados de fiebre amarilla que evolucionaron de forma grave. Tras el trasplante, sigue delicado pero estable", dijo.
El ex ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires Claudio Zin aseguró en declaraciones radiales que "hubo seis trasplantes de hígado en el mundo por fiebre amarilla: cinco en Brasil y ahora éste en Argentina".
La especialista aclaró, no obstante, que "Argentina no atraviesa una epidemia", sino que se ve afectada por la "situación inusitada en el vecino Brasil, donde hay centenares de afectados y fallecidos".
En cuanto a las dos personas fallecidas por fiebre amarilla en el país, Angeleri informó que ambos decesos se registraron "la semana pasada".
Dada la "particularidad" del brote en el vecino país "desde el punto de vista asistencial estamos trabajando con la gente de allá, que tienen distintas experiencias y las vamos compartiendo con nuestros equipos" para desarrollar nuevas y mejores formas de tratamiento para los casos graves que pueden incluir, como en este caso, el trasplante hepático.
"La gente de Brasil, lo que nos comenta es que, no sólo con el trasplante sino con todo lo otro que se está haciendo como parte de un nuevo tratamiento, se logró disminuir la mortalidad del 70 al 40 por ciento", explicó.
La especialista explicó que, cuando evoluciona en forma grave, la fiebre amarilla ocasiona una "falla hepática por causa viral" y cuando esto ocurre "todo el cuerpo empieza a fallar, y por eso en ocasiones también hay que dializar el paciente".