El mundo ha ingresado en una fase de profundización de la crisis que se inició hace un mes con la propagación del coronavirus, lo cual exacerbó también tensiones geopolíticas que tuvieron impacto directo en el comercio internacional. La frágil Argentina no es la excepción.
Los precios del crudo registraron ayer su mayor derrumbe desde la Guerra del Golfo en 1991, tras el colapso de un pacto de recorte de suministros entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia, lo que amenaza con inundar los mercados de energía con suministros, tras los dañinos efectos, en la demanda, de la epidemia de coronavirus.
Esa situación forzó un desplome bursátil en todo el mundo.
El Gobierno de Alberto Fernández armó un comité de crisis para evaluar la situación: el presidente puso al mando al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y al jefe del Banco Central, Miguel Pesce. Mientras, el titular de Economía, Martín Guzmán, intenta avanzar con la renegociación de la deuda externa.
Argentina, sin escudo
Todo lo que pasa afuera pega de lleno a la Argentina, un país debilitado por dos motivos centrales: su elevada exposición externa debido a la crisis de deuda y una economía que languidece tras dos años de recesión y sin -al menos por ahora- señales sólidas de reactivación.
Las acciones líderes de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se desplomaron 13,75%, con el indicador S&P Merval en 30.379 puntos, lo que configuró la mayor caída intradiaria desde la crisis de 2008. YPF fue la firma más perjudicada, con un descenso de 23,86% y los bancos anotaron bajas de hasta 16%, como fue el caso del Macro.
En tanto, las acciones de las empresas argentinas (que cotizan en Wall Street) se hundieron entre 9,2% y 22%, con YPF desplomándose 28%. El valor bursátil de la petrolera argentina se ubica en torno a U$S 2.070 millones, menos de la mitad de los U$S 5.000 millones que el Gobierno de Cristina Fernández pagó en 2014 por el 51% de las acciones.
El papel de YPF descendió hasta U$S 5,26. El Bank of America fue al extremo: ofreció los papeles de la petrolera que tenía en su cartera a U$S 1, por considerarlo basura.
El riesgo país, que mide la sobretasa que debe pagar la Argentina por encima del rendimiento del bono estadounidense a diez años, saltó 15,7%, hasta los 2.794 puntos básicos, el nivel más alto desde 2005.
"Se siguen sumando inconvenientes que traban la recuperación del mercado accionario americano y se torna difícil saber cuándo se llegará al piso ya que puede tratarse de una corrección luego de gran tiempo en máximos o de algo más profundo", señaló Joaquín Candia, analista de la sociedad de Bolsa Rava.
El analista también señaló que además de la baja generalizada en los activos, el dólar sigue subiendo aunque el Banco Central intenta contenerlo: ayer, a pesar de que las principales monedas de la región se depreciaron, la autoridad monetaria vendió U$S 100 millones para contener la cotización. En los bancos, el tipo de cambio minorista se mantuvo en un promedio de 64,71 pesos, pero en la Bolsa el denominado "contado con liquidación" subió hasta un nuevo récord de 86,49 pesos.
En Brasil, el principal socio comercial de Argentina, el índice Bovespa de la Bolsa de Valores de San Pablo se derrumbó 12,16%, hasta los 86.067 puntos, en una sesión en la que la ronda de negocios debió suspenderse por 30 minutos a causa del colapso al inicio de la jornada. El real se devaluó 2% frente al dólar.
Esa situación genera mayores desafíos para la Argentina debido a que el gigante sudamericano se está abaratando y podría haber un menor nivel de demanda de productos argentinos en el comercio bilateral.