Finalizó el Mundial de hockey sobre patines en Vilanova i la Geltrú. La Selección argentina se alzó con el quinto puesto producto de cinco victorias sobre seis partidos jugados en Cataluña. Más allá de su ubicación, que no refleja con veracidad la capacidad del “equipo”, los albicelestes volvieron demostrar sobre la pista aquellas virtudes que hicieron encumbrarse al país como potencia.
El defensor mendocino Francisco Nardi, al finalizar el partido con Chile (en el que se impusieron por 2 a 1) le comentó a Más Deportes: “La verdad que no es el mejor resultado, no fue lo que vinimos a buscar al Mundial; así que me llevo un sabor amargo pero siempre en el hockey hay revanchas”.
“No se si me voy a poder sacarme -por mucho tiempo- la amargura por el partido que perdimos ante Francia, lo planteamos bien y fuimos superiores; pero fue un partido atípico y se le dio a ellos. Tuvimos que aceptar la derrota y plantearnos el triunfo en los dos partidos que nos quedaban para dejar a Argentina en lo más alto”.
“Los puntos altos de la Selección estuvieron en la defensa, creo; y en comparación con los otros países que llegaron a las semifinales estaba todo muy parejo”, sostuvo el jugador de Leonardo Murialdo.
Seguridad en el fondo
La dupla de arqueros albicelestes, formada por el sanjuanino Constantino Acevedo y por el mendocino Lucas Díaz, fue dueña de una gran actuación con cuatro goles en contra. Colocándose en el segundo lugar en las estadísticas de la valla menos vencida, precedida solo por el coeficiente de efectividad de la escuadra campeona, Portugal (recibió tres goles en tiempo regular, mientras que en la final venció a España por penales, 4 a 3).
A partir del arco, Argentina comenzó a construir una estructura móvil sin puestos fijos, que debutó oficialmente a principios del mes de setiembre en el Internacional Daniel Martinazzo. El mendocino Adolfo Isoler, capitán nacional, encarnaba el espíritu del grupo que dirige el mendocino Pablo Cairo: entrega y solidaridad. A esta medio le confió: “Estamos muy parejos con España, Francia, Italia y Portugal”.
Rotación y reacción
Desde el fondo, la rotación de los jugadores de campo fue alta. Elaborando los mejores pasajes del juego albiceleste ante Chile, Francia y Suiza. Allí, el trabajo del sanjuanino Facundo Bridge (uno de los más chicos del plantel) cobró nuevas dimensiones y aportó tranquilidad en minutos clave.
El gol que condicionó
El gol deseado en los cuartos de final nunca llegó, si bien el volumen ofensivo fue alto (promediando 20 disparos francos) la fallas en la definición fue el punto bajo en la campaña 2015. Argentina, que debutó ante Sudáfrica con una goleada 16 a 0 y después a Egipto 14 a 0, recién ante Chile tuvo su primera parada decisiva. Demostró carácter y dio vuelta el marcador para ganar el clásico, 3 a 1, por la Zona C.
Pero en cuartos de final, el partido que define la fase campeonato, la Selección presionó y simplificó su receta con disparos de media distancia. Francia sembró un cuadrado defensivo y aguardó una chance para liquidar el partido. Los galos asestaron un golpe, que echó por tierra nuestro sueño de gloria.
