El jueves se cerró un capítulo para las exportaciones de vino argentino. Con la llegada del último informe de Corea, Argentina ya no tendrá que enviar con cada partida de vino el certificado que avalaba que estaba libre de natamicina, que solicitaba la Unión Europea, Japón y Corea. Esto significa una agilización en el proceso de fiscalización que tiene que realizar el INV, mientras que desde la industria lo analizan como el resultado de la línea de trabajo que mantiene la vitivinicultura en todos los productos que se exportan.
La natamicina es un componente químico que estaba presente en productos que se utilizaban para limpieza de tuberías, barriles y equipos de vinificación. Esto generó que en 2009, al menos, 8 lotes de exportación de bodegas de Mendoza y Neuquén quedaran varados en el puerto de Alemania, por contener natamicina.
En aquel momento se atribuyó el problema a la tecnología que se utilizaba en Argentina. Ésta sólo podía detectar hasta 300 microgramos por litro del producto, mientras que con la que tenían, en ese momento, en Alemania se reducía a 10 microgramos, lo que habría originado el problema.
"Esta situación generó un aumento de costos para nuestras bodegas, tiempo para el INV, a lo que se agregó que tuvimos que realizar una inversión en dos equipos especiales que tienen un valor de 500 mil dólares cada uno para poder hacer los análisis al 100% de los vinos", comentó Guillermo García, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura.
De la mano del incidente sucedido en Alemania, y como medida de alerta, la Unión Europea, Japón y Corea se sumaron a la solicitud de que para dejar ingresar a los vinos argentinos se debería contar con un certificado libre de natamicina expedido por el INV.
El fin de la pesadilla
Entre el sector público y privado comenzaron a trabajar para resolver el problema. Recién en 2011 se pudo ver el primer resultado de ello y Países Bajos se convirtió en el primer territorio europeo en no requerir más la certificación. En 2012, Reino Unido dejó de solicitarla y aceptó que se realice el estudio sólo en el 10% de las partidas, tal como se propone el organismo.
En tanto, en 2013, Alemania, quitó la restricción. Finalmente el mes pasado Japón tomó la misma inciativa, y el miércoles pasado llegó la confirmación de que Corea, tampoco solicitaría este estudio a los vinos argentinos.
Con este resultado, el organismo fiscalizador seguirá realizando controles a razón de una de cada diez operaciones de exportación mediante una rutina de muestreo.
Alberto Arizu, presidente de Wines of Argentina, indicó que "luego de los episodios aislados de natamicina que tuvimos en el pasado, la industria y las autoridades del INV tomamos el tema con mucha seriedad y firmeza para poder erradicarlo por completo".
Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, consideró que se ha dado vuelta la página sobre este episodio. Destacó que se descomprimirán los trámites de exportación, ya que evita gastos y demoras.