La Organización de los Estados Americanos aprobó ayer, con la abstención de Estados Unidos, convocar a una reunión de cancilleres de la región para analizar la batalla judicial de la Argentina contra los fondos buitre y el impacto que el fallo de la Justicia estadounidense puede tener sobre el sistema financiero global. Al encuentro, que será este jueves en la sede del organismo en Washington, vendrá a exponer el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Por aclamación, el Consejo Permanente de la ONU aprobó un proyecto de resolución presentado por la misión argentina ante el organismo, en el que pedía convocar a una reunión de cancilleres regionales para tratar “el tema de la reestructuración de la deuda soberana, el caso de la Argentina y sus consecuencias sistémicas” y resaltaba “el carácter urgente” y “el interés común” de la región sobre el asunto. EEUU se abstuvo, invocando la no intervención en las decisiones judiciales en su país.
La presentación en el organismo americano forma parte de la ofensiva diplomática que la Argentina está llevando adelante para conseguir apoyo de distintos foros diplomáticos ante el fallo adverso de la Corte estadounidense. Nuestro país ya había obtenido el respaldo, el miércoles pasado, de 133 países del Grupo 77 más China, tras una exposición de Kicillof en las Naciones Unidas.
Con un discurso similar al que utilizó el ministro de Economía en sus presentaciones en sedes diplomáticas, el representante alterno de la misión argentina ante la OEA, Julio César Ayala, expuso ante sus colegas la situación de la deuda y dio un pantallazo general sobre la reestructuración, los canjes y las decisiones de la justicia estadounidense.
“Creemos que es necesaria la convocatoria ya que la cuestión que hoy afecta a mi país es urgente y de interés común para todos los estados americanos. Es una cuestión que excede los aspectos financieros, tiene consecuencias globales y sistémicas”, dijo el representante argentino que ocupó el lugar de la embajadora Nilda Garré, de licencia por un tema personal. “Hoy se puso en jaque a la Argentina, pero cualquier país que en el futuro enfrente una reestructuración de su deuda estará en la misma encrucijada”, señaló Ayala.
Los representantes de las delegaciones expresaron en breves discursos su respaldo a la propuesta Argentina y Brasil propuso que la iniciativa se aprobara “por aclamación” a fin de evitar la votación a mano alzada.
Así sucedió finalmente, pero la representante de Washington, Carmen Lomellin, quiso dejar sentado que de haberse votado nominalmente su país habría pedido que constara su “abstención”, ya que subrayó la necesidad de “no interferir” sobre las decisiones judiciales adoptadas en su país y la “independencia” de la Justicia respecto del Ejecutivo en los Estados Unidos
Entre las declaraciones de apoyo, la de Ecuador fue la más enérgica. El representante recordó que la mayoría de los países latinoamericanos tiene bonos de su deuda y contratos financieros bajo la justicia de EEUU.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, manifestó su “solidaridad" con la Argentina y resaltó la importancia de una reunión urgente. Sin embargo, dada la complejidad del caso, sugirió convocar también a la reunión a representantes del FMI, del Banco Mundial y del BID.