Hay distintas maneras de vivir el fútbol, se sabe. Siempre con la nuestra, describimos la emoción de sentir este deporte como lo máximo, y hemos creído durante mucho tiempo que nos alcanzaba con haber tenido los mejores dos futbolistas de la historia, para ser los mejores. Pero desde un tiempo a esta parte, el desmanejo, las frustraciones, los procesos inconclusos, y toda la sumatoria de realidades han ido decantando en los resultados lógicos.
Y este mundial que apenas cierra los ojos, es la máxima demostración de nuestra debacle. Tenemos lo que nos merecemos. Una AFA con una dirigencia mafiosa y ventajera, una camada de excelentes jugadores que fueron fagocitándose uno a uno 6 cuerpos técnicos en menos de 10 años, y entrenadores de turno que nunca supieron encontrar el equilibrio justo entre la gran materia prima, y la organización.
En estos días que buscamos dar inicio a una nueva era, eligiendo un nuevo DT, habría que repensar si con cambiar a Sampaoli alcanza. La reestructuración debe ser mucho más profunda, llegar a las raíces, para encontrar la seriedad necesaria para soñar con un futuro mejor.
Ahora que Rusia apagó las luces y mandó a casa a cada uno de los participantes. Los que debutaron, los que compitieron de igual a igual, y los que decepcionaron. Entre ellos nosotros.
Y también a los más encumbrados, a los más merecedores de los halagos. Otra demostración de organización y civismo. Tanto Francia como Croacia, fueron recibidos de igual forma en sus respectivas capitales y ciudades. No importaba el lugar del podio ni el color de la medalla.
Ambas selecciones finalistas fueron recibidos por miles de personas. Héroes verdaderos, cerca de su gente. Pero antes, los que se fueron sin laureles, ejemplo cercanos de Colombia, Perú y Brasil, retornaron a sus países. Con la frente en alto, atendiendo al periodismo, mezclándose con la gente común. Nada que ver con los nuestros, siendo el mendocino Pérez el único que volvió al país, aunque tampoco dio declaraciones.
Entonces uno recuerda que hace sólo dos años, Francia organizaba la Eurocopa y la perdía en sus narices ante el Portugal de Cristiano Ronaldo. No hubo volantazos ni histeria colectiva.
Hubo sí, críticas y llamada de atención,de las que el entrenador debidamente tomó nota. Deschamps tuvo el apoyo suficiente de su dirigencia para retocar su plantel, dejando de lado algunos históricos y así llegar al Mundial con la paz interior de buscar revancha, y vaya si la encontró.
Enfrente, Croacia, el mismo que tiene un entrenador con el tacto suficiente para ante la menor muestra de indisciplina, tomar las medidas necesarias.
El plantel croata disputó la mayor parte del Mundial con 22 jugadores, porque un delantero de primer nivel como Kalinic, se molestó porque el DT Dalic lo iba a poner faltando sólo 5 minutos para terminar en el primer partido ante Nigeria. Al técnico no le tembló el pulso, y lo mandó de vuelta.
Así, demostrando don de mando, Dalic llevó a los croatas a su primera final y arañó la gloria.
Sin embargo, el no llevarse la Copa a casa no le impidió al pueblo balcánico recibir a los suyos como verdaderos héroes. Lejos de del caos, la desorganización y la improvisación. Lejos de Argentina.
Francia por el arco del triunfo y del delirio
La selección de Francia regresó a su país y fue aclamada por una multitud en las calles de la capital. Deschamps y sus jugadores recorrieron la avenida de los Campos Elíseos, donde lo esperaban miles de fans. Tras el recorrido fueron recibidos por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el Palacio del Elíseo. Hasta varias estaciones del subte cambiaron su nombre temporariamente por el de algunos campeones: la parada “Notre-Dame-des-Champs” fue rebautizada con el nombre del técnico como “Notre Didier Deschamps” (Nuestro Didier Deschamps ). La parada dedicada al escritor Victor Hugo se denominará “Victor Hugo Lloris”, en referencia al arquero Hugo Lloris. “Charles de Gaulle - Étoile” se transformó en “On a 2 Étoiles” (Tenemos dos estrellas), símbolo de los dos títulos mundiales de Francia.
Los croatas, héroes sin corona en el país balcánico
Zagreb se visitó de rojo y blanco para recibir a los héroes de la final. Más de 100.000 personas se reunieron en las calles del centro para participar en la gran bienvenida a los ‘Vatreni’, según la prensa local. Muchos esperando varias horas, pese al calor. Miles de croatas ovacionaron a su selección, tras el subcampeonato mundial obtenido en Rusia 2018 Miles de croatas ovacionaron a su selección, tras el subcampeonato mundial obtenido en Rusia 2018. Los habitantes de Zagreb no recordaban una reunión en la calle de estas dimensiones desde una manifestación contra Tudjman en 1996 o desde el regreso al país del general Ante Gotovina, absuelto por el Tribunal Penal Internacional de La Haya en 2012 y considerado por los croatas como un héroe de la guerra de independencia contra las fuerzas serbias (1991-1995).