Argentina: La oveja negra de América Latina

Entre 1998 y 2013 creció 2,2% promedio. Fue el país que menos creció a largo plazo en la región. Se estancó el proceso de reducción de la pobreza.

Argentina: La oveja negra  de América Latina

Uno de los hechos destacados de la presente década ha sido la importante recuperación de la actividad económica luego de la gran depresión económica 1998-2002, resaltado -tanto por autoridades públicas como por economistas críticos- como uno de los períodos de crecimiento más dinámicos de la historia argentina.

Sin embargo, resulta dificultoso analizar y comparar el período de crecimiento actual con otros regímenes macroeconómicos imperantes durante la historia económica argentina por dos razones.

Primero, la estimación de la serie de PBI a precios constantes durante períodos largos de tiempo con el fin de medir el crecimiento de la economía argentina, presenta las conocidas dificultades de empalme de series que provienen de años base cuya estructura de precios relativos sectoriales son muy diferentes entre sí como las que presentan las Cuentas Nacionales en los últimos cien años: 1950, 1960, 1970, 1986 y 1993 hasta el año 2007.

Segundo, a partir del año 2007, las series oficiales presentan los conocidos sesgos positivos en sus valores debido a la intervención del Indec.

En Coremberg (2014) se reproduce el cálculo del PBI cuyo resultado demuestra que la distorsión de las series oficiales se debe al abandono de las fuentes y métodos tradicionales de las Cuentas Nacionales a partir de fines del año 2007. Se demuestra que la manipulación es en su mayor parte discrecional y no solo por resultado de una manipulación de tipo indirecta por aplicación de un índice de inflación oficial distorsionado.

Asimismo la “nueva” base oficial del PBI (2004) presenta las mismas distorsiones en su evolución que la base oficial anterior: multiplica por 7 la verdadera evolución del Sector Financiero, casi cuatriplica el crecimiento del Sector Comercio y duplica la verdadera performance de la Industria. Asimismo, la “nueva” base oficial del PBI refiere a una estructura de la economía argentina con diez años de atraso muy diferente al presente y no corrige los deflactores sectoriales.

El ajuste positivo extraordinario del PBI a precios corrientes del año base 2004 (20% por encima de la base anterior) no tendría justificación. Más aun, según datos censales, el nivel del PBI a precios corrientes para el año 2004 no resultaría en grandes cambios al previamente estimado por la base 1993. La evidencia empírica no justifica de ninguna forma el gran salto en el PBI a precios corrientes para el año 2004 entre los dos años base.

Volviendo a la rigurosidad técnica del deber ser, en una situación estadística normal, los procedimientos de empalme utilizando índices sectoriales y agregados de volumen físico Laspeyres de base fija por regla de tres a nivel agregado o sectorial, terminan asumiendo los precios relativos y estructura sectorial del PBI del año de partida para toda la serie.

Este procedimiento genera un sesgo en la medición del crecimiento del PBI al no captar los cambios en las contribuciones sectoriales por virtud de los cambios en sus precios relativos. Por ejemplo, para medir la actual evolución del PBI, la contribución del sector agropecuario al crecimiento estaría claramente subestimada en la base 1993.

Asimismo esta misma presenta en la actualidad, un sesgo positivo en la base 2004 dada la reversión en el ciclo de precios de los commodities agrícolas en el último año. Dada la volatilidad de precios relativos de la economía argentina, se debería medir el crecimiento tomando en cuenta los cambios en las contribuciones sectoriales asociadas a los precios relativos contemporáneos, cuestión que se soluciona mediante los llamados índices encadenados.

A los fines de captar los posibles cambios de composición sectorial en la medición del crecimiento, la literatura económica recomienda la utilización de índices encadenados, especialmente el de Tornquist para estudios de largo plazo del crecimiento y la productividad. Este índice es especialmente utilizado por sus ventajas tanto por ser un índice superlativo al corresponderse con una función de producción flexible, así como permite el cambio de las contribuciones sectoriales en función de los precios relativos contemporáneos, aun cuando no sea aditivo.

Tanto la formula como los procedimientos pueden consultarse en detalle en Coremberg, Goldzier, Heymann y Ramos (2007).
Se dispone de dos tipos de series. El PBI Arklems base 1993 (1993-2013) que replica la metodología original de las Cuentas Nacionales del Indec limpia de manipulaciones.

Por otro lado se estimó la serie PBI Arklems encadenada anual 1913-2013 que resulta ser un perfeccionamiento metodológico, generalmente utilizado en países desarrollados y en varios países de la región. La aplicación de los procedimientos detallados a las series por sector de actividad económica permitió obtener una serie encadenada del PBI 1913-2013 que arroja resultados sorprendentes.

El PBI de la economía argentina creció un 2,7% promedio anual entre los años 1913-2014. Curiosamente, el actual régimen macroeconómico no fue el único que tuvo tasas chinas. Se detectan aceleraciones a tasas chinas en diversos períodos de la historia de diversos signos políticos y macroeconómicos: al término de la Primer Guerra Mundial con los gobiernos radicales de Yrigoyen-Alvear 1917-1924, los primeros años de Frondizi 1959-1961, Illia 1963-1965, Menem 1990-1994 y Néstor Kirchner 2002-2007.

Las recuperaciones más largas y profundas fueron las de comienzos de siglo XX y el largo período que abarca los años 1950 hasta el año 1974. Otro rasgo estilizado particular es que la depresión económica 1998-2002 fue la peor de la historia argentina superando en magnitud y duración los efectos negativos de la Primera Guerra Mundial, la crisis global iniciada en 1929 y la década perdida de 1980.

La distorsión de los cálculos oficiales resulta notable para el actual período 2002-2014, distorsión concentrada desde el año 2007. Ambas series oficiales arrojan cifras magnas para este período: la serie Indec base 1993 presenta un crecimiento acumulado superior al 108% (6,3% anual) y  la “nueva” serie Indec base 2004, 92% (5,6% anual). La serie Arklems base 1993 crece un 76% (4,8% anual) y la serie Arklems Encadenada solo un 64% (4,2% anual). Ello demuestra que las diferencias se deben mayormente a la distorsión aplicada a las series oficiales a partir de la intervención del Indec y en mucha menor medida al año base considerada.

Si recordamos uno de los principales lemas del enfoque canónico de la teoría del crecimiento: “los pequeños números importan”: pequeñas diferencias en las tasas de variación se acumulan en el tiempo y pueden explicar gran parte de la brecha existente en los niveles de PIB per cápita entre países pobres y ricos en el largo plazo.

Si bien el análisis del ciclo del PIB resulta relevante para analizar si una economía se está recuperando de una recesión o crisis previa y recomienza nuevamente la tendencia de crecimiento (“take off”); sin embargo, las recuperaciones del nivel de actividad luego de las crisis (“recovery effects”) pueden no ser sostenibles en el largo plazo una vez que la economía alcanza niveles elevados de actividad. Una forma de aislar el análisis de los efectos cíclicos y considerar movimientos de mediano y largo plazo es comparar el crecimiento del PBI entre máximos cíclicos.

Tal como lo realiza el National Bureau of Economic Research (NBER) y plantearon Burns y Mitchell desde hace más de 60 años para determinar si la economía americana salió o no de una recesión, o sea, cuanto creció la economía una vez que supera el máximo nivel de producción alcanzado antes de la recesión.

Cabe acotar que por lo general, el PBI entre máximos cíclicos, donde la disponibilidad de recursos excedentes es reducida, crece a menores tasas que durante la etapa de recuperación. En términos del análisis de contabilidad del crecimiento, cuando se considera el crecimiento económico de largo plazo se reducen las posibilidades de ganancias de productividad por efectos de utilización y sus ventajas de ahorro de costos.

Analizando la economía de largo plazo, mediante la comparación de sus máximos cíclicos, el período actual 1998-2013 presenta un crecimiento del 2,2% por debajo de su tendencia de largo plazo: 2,7% 1913-2014 (3,1% si se introduce la década previa al centenario). El régimen macroeconómico actual si bien se destaca por la recuperación acelerada del nivel de producción postcrisis, generó un crecimiento de largo plazo inferior a otros períodos: 1987-1998, 1951-1974, 1944-1951.

Por lo tanto, Argentina resulta un caso singular cuando se considera los movimientos de mediano y largo plazo del PBI. Este país creció a una tasa promedio del 2,2% entre máximos cíclicos 1998-2013, lejos de las supuestas tasas chinas del período de recuperación, siendo el país que menos creció a largo plazo de la región incluso por debajo de Brasil y México.

Otra particularidad del caso argentino ya señalada es la distorsión que presentan los cálculos oficiales del PBI, independiente del año base, sobre todo a partir del 2008. Desde el año 2008, la economía argentina dejó de crecer en términos per cápita. El PBI Arklems encadenado creció solo un 1,4% promedio anual para el período 2008-2014. Tomando en cuenta el crecimiento de la población entre censos, el crecimiento del PBI per cápita habría sido nulo, declinación no reconocida en el cálculo oficial del Indec tanto en la vieja base como en la “nueva”.

La estimación Arklems encadenada permitió comparar la trayectoria de crecimiento en diversos períodos del último siglo. Como resultado de los procedimientos aplicados, al contrario de los cálculos oficiales, se comprueba que el período de crecimiento del actual régimen macroeconómico no fue el mayor, ni el más prolongado, ni el único que generó tasas chinas de los últimos cien años. Más aun, Argentina fue el país que menos creció a largo plazo de América Latina.

* Profesor de Teoría y Medición del Crecimiento Económico-Universidad de Buenos Aires. Experto en Cuentas Nacionales. Ex Consultor Indec en PBI y Matriz Insumo-Producto. Artículo publicado en Foco Económico.

Qué es Arklems

Arklems + Land es un proyecto argentino creado con el fin de medir y comparar internacionalmente las fuentes del crecimiento económico, la productividad y la competitividad de la economía argentina mediante la metodología Klems (Capital, Labor, Energy, Material and Service Inputs), ideada por el Dr. Dale Jorgenson de la Universidad de Harvard, quien lidera el proyecto Worldlems en conjunto con el Dr. Marcel Timmer de la Universidad de Groningen y el Dr. Bart Van Ark de The Conference Board y la Universidad de Groningen.

Arklems + Lands está organizado por un conjunto de investigadores argentinos de la Universidad de Buenos Aires, con más de 15 años de experiencia en mediciones Klems de las fuentes del crecimiento.

Como resultado del proyecto Arklems + Land, se dispone de una base de datos dinámica con series consistentes que permiten analizar y comparar internacionalmente la Inversión y Capitalización, Capital Humano, el efecto de las TIC's, el Progreso Tecnológico, la Productividad por sector de actividad económica, y otras Fuentes del Crecimiento de la economía argentina.

Para la elaboración de las series se siguieron estrechamente las recomendaciones y experiencia del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) de España, la OECD, el proyecto Euklems, el CSLS y la literatura económica reciente para la medición exhaustiva de la productividad y las fuentes del crecimiento económico.

El proyecto Arklems + Land incluye también metodología y series específicas tales como: recursos naturales (tierra agropecuaria y activos del subsuelo), infraestructura pública, la importancia de la economía no registrada (NOE), la informalidad y la segmentación en los mercados de trabajo, los efectos del ciclo económico y las crisis sobre la productividad, entre otros aspectos económicos. 
Arklems + Land se realiza en el marco de los proyectos: UBACYT y Proyecto Facultad (UBA), PICT 2011 (FONCYT -Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica) y PIP 2009-2011 (CONICET - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).

En números

El PBI de la economía argentina entre los años 1913-2013 creció un 2,7% promedio anual.
Por tasa acumulada y promedio anual, los períodos de mayor recuperación postcrisis fueron 1900-1913, 1917-1929, 1963-1974 e INDEC 2002-2014.

El régimen macroeconómico actual si bien se destaca por la recuperación acelerada del nivel de producción postcrisis, no es el único que presentó tasas chinas en el último siglo.

El período 2002-2014 acumula un crecimiento del 64% en la serie Arklems encadenada, un 76% en la réplica de la serie base 1993 sin manipulación. En tanto que la serie INDEC oficial base 2004 acumula un 92% e INDEC oficial base 1993, 108%. Ello demuestra que las diferencias se deben mayormente a la manipulación discrecional de las series oficiales a partir de la intervención del Indec y en mucha menor medida al año base considerado.

Argentina fue el país que menos creció a largo plazo (entre máximos cíclicos recientes 1998-2013) de América Latina. El presente régimen macroeconómico demuestra una tasa de crecimiento a largo plazo entre máximos cíclicos 1998-2013 del 2,2% promedio anual por debajo de la tendencia 1913-2013 y por debajo de los períodos 1944-1974, 1987-1998.

El PBI per cápita no crece desde el año 2008 hasta el presente.

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