Argentina se consagró campeón mundial de softbol masculino juvenil por segunda vez consecutiva, luego de superar a Nueva Zelanda por 9 a 0 en el partido final. El equipo nacional retiene de esta manera el título que había obtenido en Paraná, en 2012, y se consagra fuera de nuestro país por primera vez en su historia.
Argentina salió a disputar la final con la ilusión y la intensidad de los que saben que tienen su sueño al alcance de la mano, y que no van a desaprovechar la ocasión de verlo cumplido.
Alan Peker conectó suave por el short stop y le puso velocidad a la jugada para llegar quieto a primera base. Lighuén Angiolillo recibió pelotazo, y poco después Teo Migliavacca impulsó la primera carrera del juego con un sencillo por el centro del terreno. La segunda rayita fue producida por Román Godoy, quien dio un largo batazo al jardín central (que estuvo a punto de salir de jonrón) impulsando a Angiolillo en pisa y corre.
Con la ventaja a favor, los chicos argentinos se mantuvieron firmes en defensa, detrás de Godoy que abrió el juego, cubrió la ruta completa y se alzó con el triunfo más importante de su corta pero muy exitosa carrera.
El resultado se mantuvo inalterado durante cuatro episodios, donde los lanzadores colgaron el cero en el tablero una y otra vez, hasta que en el sexto episodio nuestra ofensiva explotó una vez más para anotar un racimo de siete carreras, que serían las últimas de este inolvidable torneo.
Un sencillo de Gonzalo Masmú produjo la tercera carrera, impulsando a Julián Fernández que había ingresado como corredor emergente; mientras que Matías Zapata trajo dos más, para poner el juego 5-0. Con dos outs, Migliavacca impulsó una más con un sencillo, antes de que Facundo Carril le pusiera la frutilla al postre, un jonrón de tres carreras que le dio forma definitiva a la victoria.
Los últimos tres outs del partido quedaron casi para la anécdota, ya que el partido estaba definido desde el último ataque argentino. Godoy le puso punto final al torneo con un ponche sobre Fraser McLaren, y desató la algarabía, no sólo en Whitehorse, sino en toda la patria softbolera de nuestro país.
Con este título Argentina corona un trabajo de más de 18 meses, que comenzó semanas después de la consagración de 2012 y que hoy suma el segundo título mundial a la historia de nuestro país. Un esfuerzo descomunal de los jugadores (no sólo de estos 17, sino de todos aquellos que participaron del proceso); un trabajo serio y a conciencia del Cuerpo Técnico, dedicado a guiar el camino de estos jóvenes; el apoyo invaluable del Enard y la Secretaría de Deporte para este proyecto; y una dirigencia que supo acompañar el camino de este grupo. Todo eso se conjugó para una nueva conquista.
Los números no mienten
Si bien registró una caída en su camino al título, la diferencia que marcó el equipo nacional con el resto de los participantes fue ineludible, desde el juego propiamente dicho y desde lo estrictamente numérico. El dato más elocuente que sostiene esta afirmación es el resultado de 9-0 en el juego final, la mayor diferencia registrada entre dos equipos en juegos decisivos en la historia de esta clase de torneos.
Argentina fue ampliamente superior en el round robin, ganando los nueve partidos disputados y blanqueando a siete de sus rivales. En una demostración de su poderío, el staff de lanzadores dominó la fase regular, permitiendo apenas tres carreras, una frente a Japón y dos ante Estados Unidos. De más está decir que Argentina fue el equipo que menos carreras recibió en todo el torneo (Australia y Nueva Zelanda lo siguieron, con 18 carreras recibidas, quince más que los chicos argentinos).
En ofensiva, el equipo de Julio Gamarci fue el segundo mejor anotador del certamen, con 66 carreras a favor. El conjunto que más carreras anotó fue Japón, con 74, aunque vale decir que aprovechó su partido contra Singapur para anotar 33 carreras en su debut en el torneo (casi el 45% del total de sus anotaciones), es decir que el desempeño de los japoneses a lo largo de todo el torneo fue menos regular que el de nuestro equipo (que le anotó con consistencia a prácticamente todos sus rivales).
En total, cinco de los nueve partidos del round robin fueron victorias por diferencia para los chicos, terminando antes de los siete periodos reglamentarios. Esto incluye los partidos ante Canadá, Estados Unidos y Australia, verdaderas potencias de nuestro deporte.
Como equipo, en la fase regular Argentina bateó para un promedio de 354, con 18 dobles, 3 triples y 7 jonrones. Negoció 31 bases por bolas, y recibió la misma cantidad de ponches, mientras que se robó un total de 11 bases.
Por su parte, entre los cuatro lanzadores recibieron apenas 20 imparables y 3 anotaciones en 54 entradas lanzadas, para una microscópica efectividad de 0.39 ERA. Además, los argentinos sumaron 104 ponches, y apenas 7 bases por bolas.
En el plano individual, Argentina colocó 2 jugadores entre los cinco mejores bateadores del torneo (jugadores con un mínimo de 2.7 turnos al bate por partido): Facundo Carril con .417 (cuarto) y Teo Migliavacca con .400 (quinto). Además, Gonzalo Masmú ocupó el segundo lugar entre los máximos jonroneros con 4 (solo uno por detrás del líder, el mexicano Daniel Durazo, que bateó 5); y entre los máximos productores de carreras Masmú igualó en el tercer lugar con 11, mientras que Carril renolcó 8 carreras para ocupar el séptimo lugar general.
Por el lado de los lanzadores, el staff argentino se llevó el primer puesto en los principales departamentos. Román Godoy igualó en el primer lugar entre los más ganadores, con 4 victorias; mientras que Huemul Mata obtuvo 3. Además, Godoy fue el líder en ponches con 47, mientras que Mata ocupó el cuarto lugar con 37. Finalmente, en efectividad Argentina tuvo a dos de los mejores tres lanzadores del torneo, ya que Mata no recibió carreras (0.00 ERA) siendo el líder en este rubro, mientras que Gooy terminó tercero con una efectividad de 0.91.
A nivel global, con este título, Argentina alcanzó su segundo Campeonato Mundial Masculino Juvenil de forma consecutiva, igualando con Nueva Zelanda en el segundo lugar entre los países más ganadores de esta clase de torneos, solo detrás de Australia que tiene 4 trofeos. En tercer lugar quedaron Japón y Canadá, ambos con una conquista, siendo estos cinco países mencionados los únicos que han ganado mundiales de esta categoría.
Desde un punto de vista más general, Argentina se mantuvo invicta durante 19 encuentros consecutivos en Campeonatos Mundiales de esta categoría, antes de caer por 3-1 en la semifinal de este certamen. Esta racha incluyó partidos de tres Mundiles diferentes, ya que sumó dos triunfos en Whitehorse 2008, ocho partidos en Paraná 2012 y los nueve juegos del round robin de este año, en la misma ciudad canadiense.
Además, si contamos solo los enfrentamientos de la fase regular, Argentina mantiene activa una racha de 16 partidos sin conocer la derrota, número que nuestro equipo intentará engrosar dentro de dos años, cuando el Mundial se dispute en Midland en 2016. El último equipo que logró vencer a Argentina en el round robin de una Campeonato Mundial masulino juvenil fue Japón, el 25 de junio de 2008, con resultado de 8-1.
Los Campeones mundiales juvenil ISF 2014:
1. Angiolillo, Lighuén
2. Cano, Matías
3. Carril, Facundo
4. Fernández, Julián
5. Gini, Franco
6. Godoy Herbel, Román
7. Isa, Nicolás
8. Masmú, Gonzalo
9. Mata Carabajal, Huemul
10. Migliavacca, Teo
11. Ortellado, Franco
12. Peker, Alan
13. Sánchez, Mauro
14. Suárez, Gastón
15. Vilanova, Fausto
16. Vuoto, Felipe
17. Zapata, Matías
El Cuerpo Técnico
Julio Gamarci (Manager), Kevin Bolzán (Coach - Trainer), Andrés Gamarci (Coach), Cristian Lacout (Coach - Estadísticas), José Guerrinieri (Coach de Pitcheo), Ricardo Cargnel (Estadísticas), Gustavo Gumpel (Médico) y Duilio Scialacomo (Jefe de Equipo).
