Argentina se puso nuevamente en carrera en las Eliminatorias Sudamericanas, luego de superar de manera inteligente el jueves por la noche a Chile en el estadio Nacional por 2-1, por la quinta fecha de la clasificación hacia el Mundial de Rusia 2018.
En la vuelta del capitán Lionel Messi, el equipo albiceleste, que comenzó en desventaja por el tanto de cabeza de Felipe Gutiérrez, aprovechó las salidas de Matías Fernández y Marcelo Díaz en el local, que provocaron desconcierto, y en un ráfaga de cinco minutos lo dio vuelta.
Angel Di María, con un remate combado al palo izquierdo de Claudio Bravo, puso la igualdad, y luego Gabriel Mercado, tras una buena jugada a la salida de un tiro libre, le dio los tres puntos al equipo argentino, que alcanzó las ocho unidades en la tabla de posiciones y se colocó provisoriamente en la tercera colocación, junto a Paraguay.
Para lamentar, Argentina tuvo las amonestaciones de los defensores Ramiro Funes Mori y Nicolás Otamendi (la zaga central titular), y del atacante Ezequiel Lavezzi, jugadores que tendrán que cumplir una fecha de suspensión el martes con Bolivia, en Córdoba.
En el comienzo a la Argentina le costó hacer pie. Pese a una pequeña intención de presionar la salida chilena, el equipo dirigido por Gerardo Martino dejó demasiados espacios entre la defensa y el mediocampo, por lo que los creativos chilenos fueron punzantes y complicaron al fondo visitante. Alexis Sánchez fue un dolor de cabeza en ese tramo inicial, porque Lucas Biglia, Mercado y Nicolás Otamendi se alternaban para intentar pararlo y no lo conseguían. Gutiérrez cabeceó al gol para poner en ventaja a su equipo.
Chile había perdido a Matías Fernández por lesión y poco después ocurrió lo mismo con Marcelo Díaz, motivo por el cual el mediocampo local se descompensó. El Seleccionado argentino aprovechó su momento: igualó las acciones y luego lo dio vuelta.
En el comienzo de la segunda mitad, Chile se mostró algo más ordenado en el campo, volvió a confiar en sí mismo y fue llevando poco a poco peligro hacia el área visitante.
Y allí surgió uno de las mejores virtudes del equipo del ‘Tata’. Tuvo pasajes para defenderse con la pelota, una de sus falencias.
La Argentina supo controlar la pelota, literalmente puso el partido en el freezer, y de esa manera le fue quitando opciones al dueño de casa, que se mostró impotente para desnivelar, a pesar de dejar mejores señales que el visitante en el circuito del juego colectivo.
En el fondo, los mejores
El equipo de las luces esta vez se entregó a la defensa, tantas veces criticada por el natural desequilibrio de aquellos que tienen un ataque premium. A no dudarlo: la Argentina ganó por el mérito de la última línea. La pincelada de Di María para empatar el marcador empezó con la presencia cada vez más determinante del mendocino Funes Mori, que anticipó como un relámpago un avance chileno.
Ahí nació la triangulación de la jugada que terminó en el empate parcial. Y Mercado, un optimista que siempre invade el área rival con el instinto de los buscadores de tesoros, se animó a una pirueta que sirvió para la victoria.
Esa jugada también había nacido de un anticipo ofensivo de un defensor: Otamendi estuvo atento en la segunda jugada y devolvió la pelota a la zona de riesgo para que entre Messi e Isla habilitaran al lateral de River.
Martino eligió la misma defensa de la victoria ante Colombia por 1-0, en Barranquilla, y en Santiago pareció haber encontrado una señal de solidez y recambio. Mercado (29 años), Otamendi (28), Funes Mori (25) y Rojo (26) le dan robustez, velocidad para presionar más adelante y, como se vio, peso ofensivo en el juego aéreo. Funes Mori y Otamendi fueron amonestados y no estarán contra Bolivia. En Córdoba otra vez empezarán las comparaciones, pero da la sensación de que la Argentina encontró nombres que, potencialmente, llegarán a Rusia con una edad y recorrido casi ideales. Será bueno, entonces, afianzarlos y darles un partido tras otro para un conocimiento integral.
Casi siempre las luces se las llevan los de arriba, pero esta vez bien vale detenerse en los más sacrificados, en los aguerridos. Después de todo, cuando un ataque galáctico no puede lucirse, sobresale el esfuerzo de aquellos que arriesgan las piernas para el corte y el quite, y que siempre miran todo desde el fondo. Ellos también ganan partidos.
