Un 19 % de los argentinos de entre 25 y 34 años tiene sus estudios universitarios completos, un porcentaje muy inferior al 42 % de media registrado en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) e incluso al de otros países de América Latina.
Según el informe anual de la OCDE sobre educación difundido hoy, en 2014 la tasa de inserción laboral en Argentina para los jóvenes con este nivel de formación fue del 88 % frente al 72 % de quienes cuentan con una educación secundaria superior.
Sin embargo, la proporción de graduados universitarios de esta franja de edad se mantiene por debajo de países latinoamericanos como Chile (30 %), Colombia (27 %), Costa Rica (28 %) y México (21
El porcentaje sube ligeramente si se amplía la edad hasta los 64 años, ya que, en ese sentido, hay un 21 % de graduados en el país austral, todavía lejos de la OCDE (37 %).
El informe destaca que si continúan los patrones actuales, alrededor del 56 % de los argentinos realizarán un programa universitario de corta duración en algún momento de su vida, el porcentaje más alto registrado en el mundo, muy por encima del 16 % de media del organismo.
Asimismo, se espera que un 53 % termine una carrera (frente al 57detrás del 23 % y el 2,4 %, respectivamente, de la media de la organización.
Por otro lado, el estudio revela que el gasto anual por estudiante en todos los niveles educativos es bajo en comparación con la mayoría de los países contemplados: 4.240 dólares en 2014, frente a los 10.759 dólares de media, aunque está en línea con la región.
Sin embargo, también hace hincapié en que el país dedica una gran parte de recursos nacionales a la formación, en concreto, un 5,6 % de su Producto Interior Bruto (PIB), frente a la media del 5,2 % de la OCDE.
En concreto, Argentina destina un 4,4 % del gasto público a la primaria y un 6,1 % a la secundaria, nueve décimas y un punto y medio por encima del organismo, respectivamente.
A la educación superior se le dedica el 3 %, en línea con el 3,1
El informe muestra que sólo un 14 % de los graduados estudiaron carreras de ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas, nueve puntos por debajo de la OCDE, lo que convierte a Argentina en el segundo país con el porcentaje más reducido de graduados en estas disciplinas, sólo por detrás de Costa Rica.