Tras los titubeos iniciales, Argentina llega lanzada a la final de la Copa América de Chile-2015 en la que esperar poner fin a la sequía de 22 años sin títulos y coronar a una generación excepcional de jugadores.
Fueron seis goles contra Paraguay en una semifinal dominada de principio a fin, con Messi como director de orquesta, Javier Pastore como primer violín y gritos para todos los gustos de Ángel di María, Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín.
"Si Argentina juega a este nivel es muy difícil contrarrestarlo. Sé que Chile es un gran equipo, pero es muy difícil", dijo el entrenador argentino de Paraguay, Ramón Díaz, apenas terminada el partido en Concepción (sur).
Los guaraníes, que venían de eliminar a Brasil en cuartos de final en la tanda de penales, poco pudieron hacer ante el poderío ofensivo del equipo de Gerardo Martino que explotó en el momento justo luego de más de dos semanas de espera.
Es que hasta el partido del martes, la albiceleste había jugado de manera discreta, encadenando resultados positivos sin lucir y con una llamativa falta de eficacia.
Al empate 2-2 con sabor de derrota ante Paraguay en el debut le siguieron dos victorias ajustadas frente a Uruguay y Jamaica, ambas por 1-0, y el triunfo por penales contra Colombia en cuartos luego de un empate sin goles.
En este último choque, sin embargo, se empezó a vislumbrar el despertar del monstruo, ya que los cafeteros llegaron a los penales de manera milagrosa gracias a los postes, la mala puntería argentina y las manos de David Ospina.
Al fin contundente
"Veníamos jugando bien, creando las ocasiones, no querían entrar y hoy se dieron todas juntas": Leo Messi, que no marcó, sintetizó con esta frase lo ocurrido ante Paraguay.
La misma opinión de parte de Martino: "Hemos jugado un buen partido y hoy hemos sido un equipo contundente. El equipo fue preciso y efectivo", afirmó el 'Tata'.
El entrenador asumió luego de la final perdida en el Mundial de Brasil-2014 en reemplazo de Alejandro Sabella con el objetivo de darle a esta generación el título que busca desde hace años.
El desafío es, además, terminar con la increíble racha negra de más de dos décadas sin un gran trofeo internacional, desde la Copa América Ecuador-1993.
Luego, hubo dos finales perdidas en Perú-2004 y Venezuela-2007, además de la del último Mundial.
"Venimos de una final de un Mundial y ahora estamos en la final de la Copa América, con mucha ilusión y muchas ganas de poder ganarla", aseguró un Messi feliz a pesar de su sequía.
El astro de Barcelona sabe que el equipo viene en alza y llega al partido decisivo en Santiago en el momento justo.
Aún así, y como advirtió Martino, la goleada a Paraguay no debe venir acompañada de una confianza excesiva o relajamiento, ya que enfrente tendrán a un gran equipo chileno que encima es local.
"Chile tiene un gran equipo, que juega bien como equipo e individualmente tiene jugadores muy buenos, desequilibrares, una selección que viene jugando hace tiempo juntos, se conocen bien", coincidió Messi.
La apuesta argentina es seguir por la senda mantenida a pesar de las críticas iniciales: "No nos tenemos que quedar con esto pase lo que pase en la final", aseguró Martino, que quiere que más allá del resultado su equipo sea motivo de orgullo para su siempre exigente afición.