Con Lionel Messi por primera vez como titular en el torneo y el cartel de máximo candidato sobre sus espaldas, el Seleccionado argentino chocará esta noche con Venezuela en Foxborough, al suroeste de Boston, en busca de un lugar en las semifinales de la Copa América Centenario.
El encuentro, que se disputará en el Gillette Stadium desde las 20 de Argentina y con el arbitraje del mexicano Roberto García Orozco, entregará el nombre del rival de Estados Unidos, que se metió en la ronda de los mejores cuatro equipos del torneo tras eliminar a Ecuador.
Ausente en el triunfo del debut por 2-1 ante Chile, con una destacada aparición en la goleada 5-0 a Panamá en la que anotó 3 tantos y una no tan lucida actuación en la victoria 3-0 ante Bolivia a raíz de una férrea marca personal, será la primera prueba completa para un Messi totalmente recuperado de aquel golpe en la zona lumbar y las costillas sufrido en San Juan ante Honduras.
Con Romero, Mercado, Otamendi, el mendocino Funes Mori y Rojo como fijas en la defensa argentina, es el mediocampo el que presentará, seguramente, otro regreso esperado por el entrenador, el de Lucas Biglia. El volante de Lazio, al igual que La Pulga, jugó sin problemas el segundo tiempo ante Bolivia y es muy probable que acompañe a Mascherano en la zona de contención.
Más adelante, Banega y Messi serán claves en la creación, e Higuaín será punta de lanza de un ataque argentino que se completará con Gaitán o Lavezzi o Erik Lamela, en ese orden de probabilidades.
Por su parte, Venezuela, que recibió un gol en el torneo y busca seguir haciendo historia en el torneo estadounidense, utilizará la misma formación que sorprendió a Uruguay en la segunda fecha del Grupo C, al imponerse 1-0.
En el mismo sitio donde estuvo emplazado el Foxboro Stadium, escenario donde Diego Maradona hizo su último gol con la camiseta argentina, en el recordado 4-0 a Grecia del Mundial 94, y donde terminó su romance con el Seleccionado tras el segundo partido ante Nigeria, el conjunto albiceleste intentará quedar un paso más cerca del objetivo de romper una sequía que comenzó casi un año antes de aquel zurdazo inmortal, en la Copa América de Ecuador.