Los arcos que se utilizan para prácticas deportivas, como los de fútbol o hockey, se transforman en ocasiones en un elemento de riesgo para muchos chicos. Ya sea en los colegios o en los espacios recreativos, cada tanto se cae alguno y terminan ocasionando daños severos.
Pediatras y profesores de Educación Física aseguran que es algo que suele suceder y que se debe a que en la mayoría de los casos no están fijados al suelo ni tienen medidas de seguridad. De acuerdo a lo que pudo saber Los Andes, tal situación no se trataría de una irregularidad sino que no hay una normativa que determine su uso.
Un caso reciente ocurrió el miércoles en una escuela de El Central, en San Martín. Durante una clase de Educación Física una niña de 12 años, que asiste a primer año del secundario, resultó con fracturas múltiples en toda la parte izquierda de su rostro.
"Estaba jugando a la pelota con las compañeras, se tomó del arco y parece que se balanceó y como no están asegurados se le vino encima y le cayó en la cara", relató su mamá, María Roldán, quien vive en Tres Porteñas.
“Inmediatamente me llamó mi otra hija que también estaba en la escuela y me dijo que estaba en el piso, a los saltos y que no sabía que le pasaba”, continuó.
Lo que sucedió es que la niña convulsionó y perdió el conocimiento; según relató, la niña tiene múltiples fracturas en la nariz, pómulo izquierdo, parte de la mandíbula y del ojo izquierdo. La mamá contó además que su hija está con calmantes y que no recuerda nada. Los médicos le dijeron que hay que operarla para colocarle placas que reconstruyan las partes óseas dañadas, algo que tiene un costo que la familia no puede afrontar.
A los arcos los manipulan los alumnos, tanto para usarlos como para guardarlos.
Santino, que hoy tiene 9 años, tuvo una situación similar en un club deportivo. Mientras su hermano jugaba un partido de handball, en el entretiempo fueron con su papá a una cancha de hockey que está al lado y que estaba llena de chicos, incluso muy pequeños.
Según relató su madre, Virginia Giménez, el arco cayó sobre su mano derecha y "literalmente se la reventó". Tuvo fracturas expuestas y heridas cortantes. Sucedió el marzo del año pasado y el accidente implicó largos meses de tratamientos y recién en setiembre pudo reincorporarse al colegio. En el interín una maestra le dio acompañamiento domiciliario, pero no se pudo salvar el dedo anular, se necrosó y hubo que amputarlo. Las falanges del dedo medio también resultaron afectadas por lo que ya no puede moverlo. "En ese tiempo hacía tenis, ya no, lo cambió por handball", relató Virginia quien agregó que dedicaron muchas horas a curaciones, psicólogo, psicopedagogo y neurólogo, entre otros tratamientos.
Agregó que ningún seguro se hizo cargo de la situación.
Riesgos
Algunos pediatras consultados dijeron que suelen recibir pacientes por estos accidentes.
"Si bien no son tan frecuentes suelen ocasionar lesiones con consecuencias severas", reconoció el doctor Daniel Miranda, secretario consultor del Comité nacional de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría. Explicó que generalmente las lesiones más severas son traumas cráneo-encefálicos (la zona más expuesta) y aplastamiento de tronco y tórax.
La mayoría de los colegios presentan una situación particular, ya que el mismo patio que se usa para la actividad física es el de recreo. Por ello, que los arcos sean móviles es una comodidad para adecuar el espacio, aunque incluso pueden caer durante el recreo.
Una resolución de 2014 de la Dirección General de Escuelas (DGE) establece que debe realizarse un mapeo institucional para determinar zonas de riesgo e instrumentarse medidas. Por eso, Gabriel Sciola, subsecretario de Administración del área dijo que son los directivos los encargados de verificar las condiciones de seguridad y que atentos a los riesgos cuentan con seguros que cubren todos los accidentes. "La DGE asume esta peligrosidad y por eso tiene estos resguardos", subrayó.
Por otra parte consideró difícil hacer una resolución específica sobre el asunto dadas las diferentes circunstancias. “Que ocurran estos accidentes es una fatalidad, como ir caminando y meter el pie en un pozo”, señaló.
Seguridad
Diferentes áreas consultadas coincidieron en que no conocen reglamentación al respecto, tal el caso de la subsecretaría de Deportes, la Universidad Nacional de Cuyo y la Dirección General de Escuelas. "Suelen ocurrir en las prácticas deportivas cuando no se toman las medidas de seguridad pertinentes, no conocemos una normativa que exija que estén fijos, es un tema en el que hay que trabajar para establecerlas", comentó Daniel Miranda, de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Para los docentes es un tema particularmente sensible ya que son los responsables de los alumnos durante las clases. Así lo expresaron desde el Colegio de Profesionales de Educación Física.
Emanuel Fugazzoto, vicepresidente del Tribunal de Ética de la entidad lo advirtió: "en una clase con 30 o 40 niños es difícil que el profesor controle todo; rodar, colgarse, saltar es parte de las destrezas de la edad", señaló pero además puede ocurrir un golpe en la práctica del ejercicio. Desde su punto de vista, el docente es la parte más vulnerable ante una accidente pese a que las instalaciones no siempre están en condiciones.
"Los patios son multifunción entonces es difícil que los arcos se encuentren tomados al suelo pero también es una realidad y deberíamos empezar a prever mecanismos de seguridad". Dio el ejemplo de lo que sucede con las jirafas de los aros de básquet a las que se les pone revestimiento de goma espuma o colchonetas alrededor para evitar golpes.
