Árboles y flores: cómo llenar de color tu otoño

Es verdad que en Mendoza esta estación es la más linda del año. Pero aquí te aportamos ideas para que tu patio no sólo estalle de ocres.

Árboles y flores: cómo llenar de color tu otoño
Árboles y flores: cómo llenar de color tu otoño

Hay quienes prefieren el otoño a la primavera dada la variedad de colores que brindan árboles, flores y plantas. Algunas rebozan de energía como las camelias; otros alcanzan un punto de exquisita madurez, como los Ginkgo biloba.

Dentro del primer grupo, es posible hallar a la anémona (Anemone japonica). Sus flores, que pueden ser blancas, fucsias o rosadas, aparecen en otoño (el porte completo de la planta ronda los 90 cm). La ubicación ideal es la media sombra, en suelos con un buen drenaje, a pesar de que tolera bien los ambientes húmedos.

Entre las múltiples opciones, se hace presente la camelia (Camellia japonica). Se trata de un ejemplar cuya floración se produce en otoño-invierno y ofrece flores de diferentes colores; algunas simples y otras dobles. Un dato muy importante es que esta planta necesita suelos ácidos. Para lograr esta condición, se deberá mezclar con la tierra, en el caso de que se la ubique allí, turba o pinocha. Si se elige plantarla en una maceta, habrá que emplear el sustrato adecuado. Otra información clave es que prefiere los lugares de media sombra.

Otro grupo de interés está representado por las plantas cuyas hojas, con la llegada del frío, cambian de color antes de caer. Por ejemplo, el acer japonés (Acer palmatum). Con la presencia del otoño, sus hojas bordó se vuelven rojizas antes de caer (algunas variedades mantienen su follaje todo el año). Es un arbusto de porte mediano que florece en primavera (aunque su atractivo estético se centra en el follaje). Hay que tener presente una recomendación esencial: prefiere que se lo ubique a la sombra o a la media sombra, ya que el sol puede quemar su follaje.


Ginkgo biloba. Espectáculo dorado en todos sus tamaños. | Gentileza
Ginkgo biloba. Espectáculo dorado en todos sus tamaños. | Gentileza

Si hablamos de ejemplares de hojas llamativas, es imposible no mencionar el rhus (Rhus). De atractivas hojas rojas, muchas de sus variedades provocan severas alergias de contacto, por lo que no se lo recomienda en zonas en donde su follaje pueda estar en contacto con las personas.

De follaje color amarillo intenso antes de caer (algunos lo definen como el color del oro), el Ginkgo biloba representa un verdadero espectáculo en todos sus tamaños (arbolito de pocos años o planta de varias décadas). Es una planta de crecimiento lento, que demanda suelos fértiles y bien drenados.

Bignonia venusta. Una trepadora cuyas flores duran hasta en invierno.

También hay ejemplares con flores pero sin hojas, que ya habiéndolas perdido muestran sus ramas desnudas cubiertas de capullos.


Bignonia venusta. Sus flores duran hasta el invierno. | Gentileza
Bignonia venusta. Sus flores duran hasta el invierno. | Gentileza

Los árboles, también  

Si tu jardín admite en tierra plantar árboles que crezcan libres hay varios que son hermosos.

Varios de ellos, que se ven mucho en Mendoza son el ciruelo de jardín, el damasco en flor y el cerezo de flor. Ellas son algunas de las plantas que florecen en invierno, antes de volver a cubrirse de hojas. Por lo general, presentan una abundante floración a finales de esta estación, adelantándose, de esta manera, a la primavera.

El jacarandá (Jacarandá mimosifolia) es otro de ellos: las flores, de color entre celeste y azul, se manifiestan en inflorescencias durante el otoño y la primavera (su follaje es caduco). De crecimiento rápido, un ejemplar adulto puede llegar a los 15 m de altura.


Jacarandá. Y sus inflorescencias de otoño. | Gentileza
Jacarandá. Y sus inflorescencias de otoño. | Gentileza

Lapacho (Tabebuia): con forma de trompeta, sus flores pueden ser amarillas o rosadas, y aparecen en primavera (su follaje también es caduco). El crecimiento de estas plantas es lento, y pueden llegar a medir unos 30 m de altura; el de floración amarilla es más bajo.

Palo borracho (Ceiba): también de flores rosadas o amarillas, florece en el otoño y verano (de follaje caduco). Aquí también, el ejemplar que luce las flores rosadas es el árbol más grande: se estima su altura en el doble que el otro (alcanza alrededor de unos 30 metros). Ambos son de rápido crecimiento. Una de sus características es la de tener unas especies de espinas en el tronco (mucho más marcadas en el de floración rosada).


Palo borracho. Su follaje es caduco. | Gentileza
Palo borracho. Su follaje es caduco. | Gentileza

Pezuña de vaca (Bauhinia): luce flores blancas que florecen en primavera-verano (su follaje es caduco). Crece pronto, y su altura ronda los diez metros. Pueden ser ubicados al sol o media sombra. Es típica de la zona de Cuyo y centro-norte del país. Un dato: según indican los especialistas, las pezuñas de vacas de otros colores no son ejemplares nativos de la Argentina

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