El arbolado público mendocino viene mal desde hace un tiempo largo, y pese a declaraciones e intenciones de los funcionarios, se requieren acciones directas y un criterio unificado de tratamiento que posibiliten salvar al aliado vegetal, sin el cual la vida sería inviable en una provincia semidesértica como la nuestra.
“No se trata de un fundamentalismo, pero si todo sigue igual el deterioro es una realidad inexorable en el mediano y largo plazo”, plantean integrantes del Consejo Provincial de Defensa del Arbolado Público (Cpdap), organismo asesor del Ejecutivo que tiene el objetivo de hacer cumplir la ley 7874 del Arbolado en la vía pública.
“Es una problemática de los últimos 30 ó 40 años que nos involucra a todos”, afirma el presidente del Cpdap, ingeniero Sergio Carrieri, también docente de Espacios Verdes de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo. “El Consejo del Arbolado persigue solo dos cosas: que el arbolado vuelva a ser considerado un cultivo y se trate como tal, y que en todas las calles se respete el concepto de 'canopia continua', o lo que es igual, la copa de un árbol lozano y en edad adulta debe rozar a la del siguiente, significando que no hay faltantes o fallas en las cuadras”.
“El problema mayor que tiene el arbolado en Mendoza es la falta de riego y las acequias”, tercia Salvador Micali Carrieri, otro experto en la materia, docente de experiencia y vice del Cpdap. “Antiguamente las acequias eran de tierra y el agua no faltaba en los árboles, con el tiempo se hicieron acequias de piedra colocadas en la tierra; más adelante las cunetas pasaron a ser de hormigón pero dejaron solo un espacio sin el material y el resto todo concreto. A partir de ese momento, los forestales no recibieron regadío en cantidad suficiente; en la actualidad no siempre corre el agua por las mismas. Existe una legislación que indica cómo debe ser el fondo de las acequias (poroso totalmente o dejar cada un metro sin impermeabilizar), con el objeto de que las raíces reciban el preciado líquido”.
De acuerdo a los especialistas, la legislación rige para los municipios y otras reparticiones. Todos la conocen, pero cuando se encara una obra o se efectúan arreglos, las empresas constructoras no siempre la cumplen, especialmente las comunas y por lo tanto el agua no llega a las raíces, los ejemplares se van debilitando, se secan las raíces y finalmente los árboles se caen.
“Se ha perdido 30% del arbolado público y si seguimos así corremos el riesgo de quedaremos sin árboles, que conforman la ciudad bosque, conocida en el mundo entero”, vaticina Micali.
Obras en marcha
Los proteccionistas consultados sobre obras en marcha en el Gran Mendoza, temen que la normativa sobre acequias no se cumpla estrictamente. Hacen hincapié en las remodelaciones de la avenida Arístides Villanueva y la plaza General San Martín.
Sin embargo, la titular de la Dirección de Recursos Naturales Renovables (DRNR), Mabel Chambouleyron asegura que en la repartición están al tanto del tema de las cunetas y que se hará cumplir la normativa en los dos emprendimiento. “Hay un compromiso de dejar los espacios previstos para el riego, haremos respetar la ley”, definió la ingeniera.
El municipio capitalino ataja el guante y sostiene su adhesión a las normativas. “Nos hemos reunido con el Consejo del Arbolado y compartimos instancias preliminares de los proyectos de reforma urbana que están en marcha”, declaró Juan S. Sgroi, secretario de Planificación e Infraestructura.
Agrega que “en ese contexto, las acequias nuevas irán revestidas en piedras lográndose así un porcentaje de capilaridad en su superficie, que permitirá la filtración de agua; paralelamente los forestales tendrán un espacio libre, no impermeabilizado, en rededor inmediato del tronco. Éstas y otras acciones referidas al arbolado fueron consultadas previamente al CCT-Conicet Mendoza y a especialistas de la materia a través de nuestros profesionales específicos".
En tanto, el subsecretario de Desarrollo Urbano, Juan Manuel Filice, dijo que las obras encaradas por la Capital “tienen como uno de sus puntos importantes la mejora del arbolado en su condición urbana con todo lo que ello significa para la identidad de Mendoza. Los pliegos de licitación que generamos en la Municipalidad exigen varios puntos para alcanzar este objetivo. Primero las empresas adjudicadas deben cumplir, y lo están haciendo, con especificaciones técnicas y detalles constructivos para la construcción de las cunetas y garantizar una correcta permeabilidad, así como también la construcción de nichos apropiados para permitir el espacio suficiente de crecimiento y dar cumplimiento a la ley 7874. No obstante, también hemos exigido a las empresas que dispongan en sus equipos de trabajo a un profesional especialista en arbolado, para que en conjunto con los profesionales especialistas de la Municipalidad y de Parques de la Provincia”.
Dora de Pascual, docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza, plantea: “Las obras de mejora en la ciudad tienen la oportunidad casi única, de revertir la situación y restituir el preciado líquido que necesitan los forestales para vivir. No hay que olvidar que vendemos una imagen al turismo, de veredas amplias con sombra ventilada”.
Dardo Roberto Mur, ingeniero agrónomo y vecino capitalino afirmó: “Actualmente estamos atentos a las ejecuciones de la plaza San Martín y de Arístides para que las acequias mantengan su funcionalidad desde el punto de vista de ser proveedoras de agua para los árboles y no meros cauces de desagüe”.
Las claves
El artículo 20 del decreto reglamentario 1099, de la ley Nº 7874, prevé lo siguiente para el sitio donde va el árbol.
Artículo 20. A los efectos de lo establecido por el artículo 65 de la ley Nº 7874 se dispone que el nicho o espacio donde se aloje el forestal deberá contar con las medidas mínimas de 0,80 m x 0,80 m x 0,80, tomadas en profundidad largo y ancho. Deberá implantarse un fondo de acequia, dejando descubierto de tierra el nicho desde la base de implantación hasta el borde superior o nivel de vereda. Se deberá dejar libre de cementación la base de la cuneta de riego en todo el tramo colindante con el nicho de implantación; superficies discontinuas igualmente sin cemento, en el espacio entre árbol y árbol.
No se deberá cubrir con cemento el lateral de acequia que se corresponde con la abertura del nicho de plantación. Se terminará la tarea de plantación con la colocación del respectivo tutor y de un cesto de protección.