Arbolado, muchas tareas pendientes

A pesar de nuestra ciudad bosque, los especialistas en la materia insisten en que la situación del aliado vegetal no es la mejor.

Arbolado, muchas tareas pendientes
Arbolado, muchas tareas pendientes

Desde estas columnas venimos bregando para que el arbolado público y privado de la provincia, es decir en general, se mantenga en buen estado y se recupere aquél que se encuentre deteriorado, lo que lamentablemente es más de lo que parece.

Es muy difícil conseguir ese objetivo y aunque disfrutamos aún la verde protección de los miles y miles de árboles que tamizan nuestro territorio, especialmente en estaciones como la que acabamos de terminar, el estío, y en la que hemos iniciado, el otoño, la batalla por el patrimonio forestal continúa, y por ahora hay que resolver muchas cuestiones que nuestro aliado vegetal reclama.

Si consideramos que la superficie de Mendoza es de alrededor de 150.000 km2, unas 400.000 hectáreas están cultivadas bajo riego, y de ese total, siempre aproximadamente, un 1%, es decir, 4.000 ha, poseen árboles.

Para esa cantidad de terreno habría que asegurar el riego, que es una de las condiciones más determinantes para que esta riqueza verde se conserve en todo su esplendor y brindando a pleno sus reparadores servicios.

Lamentablemente no ocurre esto y los técnicos de distinta extracción y formación coinciden en que en general falta gestión de riego y mantenimiento adecuado del forestal.

Una de las deficiencias que seguimos padeciendo es que cada vez se cementan más las acequias o están obstruidas por basura o restos de mampostería y entonces el líquido no llega adecuadamente a las raíces. Y esta situación puede comprobarse en muchos municipios.

Por el parque San Martín se ha hecho bastante para embellecerlo, pero las autoridades deben seguir poniendo bajo la lupa la posibilidad de hacer más eficiente el riego de esas 300 a 350 hectáreas, vitales para el Gran Mendoza y para mantener la condición que nos caracteriza en el mundo entero como ejemplo de ciudad bosque.

Otra circunstancia que debe atenderse es la reposición de ejemplares, que en muchos espacios públicos falta, lo mismo que a la vera de caminos y calles.

Por eso puede merituarse como positivo que el municipio capitalino esté anunciando el replante de 130 árboles en el barrio Bombal, con vistas a llegar a 1.000 ejemplares replantados en la jurisdicción correspondiente a la capital.

Pero, para repoblar la enorme cantidad de forestales que se han perdido en los últimos años, se necesitan viveros oficiales, que los tuvo la provincia en un número interesante, con una buena producción de plantas. Ahora existen muy pocos con bajo rendimiento.

Si bien desde nuestra óptica hay carencias de riego, de control y mantenimiento, y se necesita volver a activar los viveros, se observa que la Dirección de Recursos Naturales Renovables (DRNR) está tomando debida cuenta de las observaciones que periódicamente realiza el Consejo Asesor y Defensa del Arbolado Público, para tratar de revertir ciertas anomalías, especialmente en la construcción de las cunetas.

De todos modos, los dos últimos informes del Consejo, el de 2017 y el actual (presentado en febrero), mantienen sus críticas hacia municipios, reparticiones públicas, empresas privadas y, como hemos señalado, observan una dinámica diferente en la DRNR.

También se espera mucho del particular, del vecino: si cada contribuyente cuida y protege el o los árboles que tiene asignados frente a su vivienda, se estaría dando un paso alentador en el cuidado del ambiente.

Y además se insiste en que los frentista se abstengan de hacer podar el árbol de calle como si fuera un frutal, y teniendo en cuenta que sólo es necesario una poda de formación.

Como vemos, sobre arbolado hay mucha tarea pendiente, con el agravante que el tiempo apremia.

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