Aránguiz, el conductor de un Chile que ilusiona

El volante opacó a las figuras de la Roja, fue uno de los artilleros ante España y puede convertirse en el “titiritero” esperado por Jorge Sampaoli.

Aránguiz, el conductor de un Chile que ilusiona
Aránguiz, el conductor de un Chile que ilusiona

Con un gol que valió una clasificación para Chile y la eliminación de España, el volante Charles Aránguiz opacó las galácticas figuras de Alexis Sánchez y Arturo Vidal, convirtiéndose en el conductor de una selección que ya es sorpresa.

Callado y alejado de las cámaras, Aránguiz, en su primer Mundial, habló fuerte dentro de la cancha y así lo ha demostrado en el ya épico partido del miércoles que la selección chilena ganó 2-0 a España, resultado con el que envió a casa a esta campeona gris antes de lo esperado.

El mediocampista de 25 años entregó el pase a Eduardo Vargas para que a los 20 minutos marcara el primer tanto de Chile, en medio de una gran jugada que habían comenzado Alexis Sánchez y Arturo Vidal, causando la euforia de los más de 30.000 chilenos que acudieron al Maracaná.

A poco de concluir el primer tiempo, el 'Príncipe', como se lo llama en Chile, anotó su primer gol en la Copa del Mundo con un disparo a pocos metros del arco rival, consolidando la victoria de su equipo y el bochorno del eliminado plantel ibérico.

e diese cuenta durante el encuentro, fue el conductor del medio campo chileno, batallando cada pelota y entregándola pulcramente.

"Su versatilidad impresiona. El volante es capaz de asumir de creador y contención de acuerdo al partido sin problemas", opinó el diario El Mercurio, en su página electrónica, sobre la actuación de Aránguiz.

En la selección conforma la dupla de volantes de marca junto a Marcelo Díaz, con quien se conoce desde aquel fabuloso equipo de la Universidad de Chile que ganó la Copa Sudamericana de 2011, y cuyo entrenador era un tal Jorge Sampaoli.

Visiblemente agotado por el gran esfuerzo y tras una falta que le dejó alguna molestia, Aránguiz dejó el campo a los 64 minutos remplazado por Felipe Gutiérrez, en medio de una marea roja de aplausos que cayó desde las tribunas del templo del fútbol brasileño.

Como en casa

Aránguiz no es un desconocido de las canchas brasileñas, ya que desde este año juega en el Internacional de Porto Alegre, donde encajó de gran manera, logrando inmediatamente su primer título y además fue escogido el mejor jugador del campeonato con el premio “Craque del Gauchao”.

”Colorado Aránguiz marca seu primeiro gol na Copa! Chile 2x0 Espanha, no Maracanã”, colgó en su cuenta de Twitter el club Internacional tras el tanto de su volante.

El club brasileño no dejó escapar al eficiente volante chileno y compró su pase en 7 millones de dólares, y no sería raro que las ofertas desde Europa aparezcan tras el Mundial.

El volante chileno comenzó una historia de amor con el Internacional, club en el que ya brilló otro chileno, el inolvidable Elías Figueroa, considerado uno de los mejores defensas centrales de la historia del fútbol mundial.

Aránguiz inició su carrera en el Cobreloa, y luego pasó por varios equipos: Cobresal, Colo Colo, Quilmes de Argentina y Universidad de Chile, donde mostró su mejor fútbol, y que ahora lo tiene como uno de los conductores de su selección en el Mundial.

Esperan escribir su mayor página deportiva

La Selección chilena de fútbol amaneció  convencida de que puede escribir la página más gloriosa de la historia deportiva de su país, tras vencer con propiedad a España en el Mundial de Brasil 2014 y pasar a octavos de final.

“Qué orgullo ser parte de este equipo! Nos vamos de Río pero vamos a volver el 13 de julio!”, redactó en Twitter el volante Arturo Vidal, quien llegó lesionado al torneo pero terminó corriendo 11 kilómetros en el Maracaná ante los eliminados monarcas del mundo.

Los jugadores, aunque derrochan optimismo y no vacilan en asegurar que quieren ser campeones, saben que aún no lograron nada y que una derrota en octavos remitirá todo a un nuevo fracaso, en un país que vive sus escasos triunfos y sus mayores derrotas deportivas siempre desbordado.

Los 300 omnibuses destruidos durante los festejos el miércoles son testigo de ese frenesí, en un país que se convirtió en la nación de mayor ingreso per cápita de América Latina, pero sin un correlato en el deporte o el fútbol, la mayor pasión del continente.

La victoria ante España, sobre todo por la calidad del juego, palidece todavía ante el número 1 del tenis mundial de Marcelo Ríos en 1998, el subcampeonato de Copa Davis de 1978 o el tercer lugar en el Mundial de fútbol de 1962, cuando Chile cayó ante el Brasil de Pelé.

Sin embargo, “la banda”, como llama al equipo el delantero Mauricio Pinilla, tiene en su haber el mismo desenfado que los máximos exponentes de la historia del deporte chileno. En eso están igualados.

Escuchar a Vidal o Alexis Sánchez remite obligadamente a los discursos de Marcelo Ríos o el aplomado Elías Figueroa, elegido tres veces el mejor jugador de América, cuando Pelé aún estaba activo.

Con razón o no, tal vez ningún otro equipo mundialista se tiene tanta fe como los chilenos. Su mayor fortaleza está en su cabeza, antes que en las tácticas, marcas o desbordes que ensayan hasta el cansancio, hasta el borde de las lesiones, como alerta alguna prensa.

Como Ríos y Figueroa, cada seleccionado chileno, está convencido que puede ser el mejor del mundo. “Nadie nos puede quitar nuestros sueños”, explicó Sánchez.

Cada triunfo que logre Chile desde ahora será histórico para el país. Nunca una selección nacional emergió invicta de una fase de grupos, jamás hilvanó cuatro victorias seguidas en un Mundial. Nunca soñó siquiera con sumar cinco triunfos en una copa.

Por ahora, las cifras avalan esas ansias. Chile acumula un 81 por ciento de rendimiento en partidos oficiales desde que asumió el mando técnico casildense, Jorge Sampaoli, imponiendo un juego ofensivo que en los últimos meses propinó derrotas a equipos como España e Inglaterra.

Los jugadores saben que el hambre de gloria, que les reconoció el propio Diego Armando Maradona, los puede llevar lejos. En realidad, están a cinco victorias de todas sus ilusiones, una distancia tan accesible como inalcanzable para un grupo de deportistas que debutó en la historia deportiva de Chile en 2008, con el tercer lugar en el Mundial juvenil de Canadá, cuando dijeron que querían ser campeones del mundo y nadie les creyó.

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