El segundo día de la Cumbre del Mercosur fue el dedicado a pasar en limpio consensos para dejarlos listos para la firma de los presidentes. Más allá del debate sobre qué hacer con la crisis de Venezuela, el capítulo preparatorio dejó en claro que, aún con asimetrías arancelarias y algunos intentos por "cortarse solos", como el de Uruguay, todo parece encaminado para suscribir, después de muchos amagues y pocos avances, el tan ansiado acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.
Así lo reconfirmaron los representantes de la Cancillería argentina anfitriones del evento ayer. Pero la jornada también dejó dos acuerdos que le suman al país y en particular a Mendoza: el fin de una "doble tributación" con Brasil y una ventanilla única para facilitar trámites para ese destino, además de suscribir un ACE (Acuerdo de Complementación Económica) con Colombia.
Sin llegar a ser una grieta evidente, queda la sensación de que la Cumbre terminará sin una consolidación monolítica del bloque. Y así como el Gobierno argentino dio ayer señales claras de que, al margen de lo que haga el Mercosur, quiere pisar firme en los mercados de la Alianza del Pacífico, el propio presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, confirmó explícitamente su intención de asociarse.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, dijo también al arribar a Mendoza que, como miembro de la Alianza del Pacífico, avala la integración de ese bloque con el Mercosur.
Paso fundamental
Desde Cancillería ratificaron lo dicho por el propio canciller Faurie por la mañana: que antes de fin de año Mercosur estará listo para suscribir finalmente el tan ansiado acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Aunque no será de aplicación inmediata.
“Se puede si hay razonabilidad de ambas partes, esto es, respetar ciertas asimetrías. Por un lado, se plantearon canastas de desgravación para distintos sectores a 10 y hasta 15 años. Además, hay productos excluidos: hoy se negocia el 87% de lo que Mercosur le vende a la Unión Europea”, argumentó Horacio Reyser, secretario de Relaciones Económicas Internacionales.
Entre las reservas, del lado del Mercosur está la propiedad intelectual. Los europeos, en tanto, no aceptan el libre comercio irrestricto para ciertos bienes agrícolas. De ahí la aceptación de fijar cuotas progresivas en el tiempo.
Ahora bien ¿desde cuándo? El funcionario fue cauto, aunque advirtió que se puede recurrir a una entrada en vigor provisoria (caso Canadá) para no aguardar la necesaria homologación de todos los parlamentos nacionales.
A partir de allí, se aplicarían las mencionadas “canastas”, una especie de amortiguador para el impacto comercial a la industria nacional. “Si como Mercosur no podemos competir con la UE y sus resguardos sobre el origen, y en diez años no logramos reconvertir ciertos sectores, estaremos en problemas”, admitió.
Por su parte, el vicecanciller Carlos Raimondi consideró que “se ha avanzado muchísimo” en la definición del listado de capítulos que componen “un acuerdo muy complejo, que comprende bienes y servicios y el resguardo del origen de los productos, lo que involucra la defensa comercial y de la competencia. El desafío es modernizar nuestras estructuras productivas”.
Pero, al parecer, no todo pasa por superar asimetrías comerciales entre los socios del Mercosur para avanzar hacia el acuerdo de libre comercio con la UE. A su llegada a Mendoza, Tabaré Vázquez confirmó "el firme deseo de tratar en el menor tiempo posible el acuerdo con la Unión Europea", aunque también la vocación de priorizar los intereses de su país frente a la Alianza del Pacífico.
“Uruguay solicitó formalmente sumarse como socio y es nuestra intención que el bloque regional también lo haga”, explicitó el uruguayo.
Menos trabas
Tras la primera reunión del Grupo Mercado Común, y antes de sumar al debate a los países asociados e invitados (Chile, Bolivia, Perú, Colombia), el vicecanciller Raimondi destacó algunos avances dentro del bloque regional.
“Argentina entrega la presidencia pro tempore con la satisfacción de haber puesto en marcha algunos mecanismos para facilitar el comercio intrazona y un acuerdo para proteger y facilitar las inversiones entre países del Mercosur, además de activar las compras públicas dentro del bloque. Y trabajamos profesionalmente sobre las trabas al comercio, despojados de cuestiones políticas”, señaló Raimondi.
Pero fue el negociador argentino el que puntualizó haber eliminado, de 80 trabas paraarancelarias detectadas, un 73% del total, con otras 17 en observación con licencias. Y la promesa de avanzar en facilitar el comercio electrónico vía digitalización de transacciones, esto es, despejar la burocracia que exige múltiple documentación.
Consultado sobre la lluvia de inversiones que no llega, Reyser aseguró que las hay a un nivel importante, aunque “es verdad que una gran parte son de portafolio, que han tenido hitos de inflexión con la energía renovable, con contratos para compra a 20 años que no existirían sin confianza. Se trata de trabajar seriamente, y dar marco y condiciones”.
Actualmente, según Cancillería la IED (Inversión Extranjera Directa) en Mercosur supera los u$s 150.000 millones, y Argentina no alcanza los u$s 6.000 millones. “En algún momento representamos un 20%, quizá es optimista pensar en el mismo nivel pero sí en un período razonable alcanzar los 20 mil”, se esperanzó.
Diferencias sobre la reforma laboral
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, negó una posible reforma del régimen laboral, tal como se dispuso en Brasil, aunque advirtió que “los costos laborales son uno de los aspectos” que se deben trabajar en la Argentina e instó a “mirar lo que pasa a nuestro alrededor”.
“No se está conversando de ese tema”, dijo el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en una conferencia de prensa dada tras participar en la reunión Ordinaria del Consejo del Mercosur.
Sin embargo, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, advirtió que “tenemos que mirar lo que pasa a nuestro alrededor, Brasil acaba de aprobar una reforma laboral que nos impone un nuevo desafío en la Argentina e implica menores costos para ellos. No podemos estar ciegos de lo que pasa”.
Menos impuestos para venderle servicios a Brasil
Aún con todos sus problemas, Brasil no deja de ser importante para Mendoza. Por eso es que disminuir la carga impositiva y eliminar papeleo para exportar a ese país ya es una buena noticia para distintos sectores, particularmente el de los servicios: desde ahora, quienes exporten al principal socio argentino del Mercosur podrán deducir el 15% gravado en aquel país del 35% nacional, un beneficio del que ya gozan los productos brasileños importados.
El Régimen Simplificado para exportaciones de servicios impacta especialmente en el sector TIC. Precisamente hoy a la tarde, el ministro de Producción Francisco Cabrera visitará el Parque de Godoy Cruz que se inaugurará en agosto, para darles detalles del beneficio a 12 de los empresarios que ya tienen su emprendimiento allí.
Pero Brasil también consigue lo suyo en el terreno automotriz, con la firma del denominado Flex que regirá hasta 2022: por cada dólar comprado a Argentina, nuestro país deberá importar u$s 1,50, algo menos que el u$s 1,90 pretendido inicialmente.
En el caso del acercamiento con los negociadores del Gobierno colombiano, se consensuó un ACE (Acuerdo de Complementación Económica) para que la industria automotriz argentina pague arancel 0. El sector pasa un buen momento: dos meses consecutivos de crecimiento, por renovación de stocks internos y más exportaciones.
Actualmente, varias firmas que producen en la Argentina, como Toyota, crecen en ventas en América central y para el Gobierno es un avance importante en un año en el que el sector espera romper otro récord en el mercado nacional con más de 800 mil vehículos patentados.
El entorno del ministro de Producción, Francisco Cabrera, quien participó de la ronda negociadora y abrió el encuentro con sus pares de todos los países participantes por la tarde, no disimulaba la satisfacción por el resultado por lo que significa para sostener la comercialización en medio de las dificultades. Pero sobre todo porque apuestan a un impacto progresivo a la espera del pacto con la UE y de un mayor flujo por el Pacífico.