Apurado, intenta dar vuelta la página

Apurado, intenta dar vuelta la página

Por Mario Fiore - Corresponsalía Buenos Aires 

Daniel Scioli buscó ayer con hiperactividad y mucha gestualidad dejar atrás los costos políticos de su ausencia en el primer debate presidencial de la joven democracia argentina.

El gobernador bonaerense estuvo en cuatro actos políticos, uno de ellos en Tecnópolis con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y hasta trató de mitigar el efecto desgaste de las críticas opositoras cumpliendo una vieja deuda pendiente que tenía: recibirse de licenciado en Comercialización. La foto con la dedicatoria del siete que obtuvo a la memoria de su padre inundó las redes sociales y los medios de todo el país.

Exagerando triunfalismo, en el oficialismo creen que la decisión de Scioli no tendrá grandes consecuencias para el candidato. Aseguran que quienes piensan votar al Frente para la Victoria el 25 de octubre no cambiarán de opinión por el faltazo a un debate que “a todas luces” era el escenario ideal para que toda la oposición lo atacaran como hienas.

Pero también pesó en la resolución del faltazo de Scioli la interna que ya está desatada entre los sectores más duros del cristinismo y el peronismo tradicional. Ayer, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, quien se ocupa de decir aquello que Scioli no puede decir para evitar roces con la Casa Rosada, disparó contra Carlos Zannini, el compañero de fórmula que Cristina Kirchner le impuso, y también cuestionó la política económica de Axel Kicillof.

El consejo del ala más ortodoxa del PJ, que tiene sintonía con Scioli desde mucho antes de que éste se transformara en el candidato único del partido, fue también que no asistiera al debate del pasado domingo para no transformarse en un defensor de las políticas más polémicas de la actual administración. “Daniel necesita asegurar tres puntos y ganar en primera vuelta y no le servía de nada ir a que le peguen como si él fuera Cristina”, dijo un viejo operador peronista a este diario.

El diagnóstico de los peronistas del interior fue acertado, a la luz de lo ocurrido en el debate. Mauricio Macri fue quien marcó las contradicciones entre Scioli y la Casa Rosada y aludió a la defensa que hizo en Estados Unidos el propio Urtubey de una negociación con los fondos buitre como la que el candidato del Pro planteó en 2014.

Sergio Massa, en tanto, logró ayer inducir al sciolismo a un error. Propuso un segundo debate, antes del 25, y el senador bonaerense ultra-naranja Alberto de Fazio se animó a postular que eso podría ocurrir sólo si hay balotaje. Sin embargo, hay que tomar estas declaraciones con pinzas ya que los antecedentes no las respaldan.

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