Un prófugo fue recapturado ayer en la mañana luego de que protagonizara un tiroteo con viejos enemigos en la zona conocida como Triple Frontera.
Había roto la pulsera electrónica que lo monitoreaba y escapado de su casa, donde estaba detenido por robo. La libertad le duró sólo tres días.
Fuentes cercanas a la investigación señalaron que Pablo Javier Funes fue recapturado ayer en un asentamiento ubicado en la antigua finca Badano, detrás del club Luz y Fuerza, de Guaymallén. Efectivos de la División Búsqueda de Prófugos que venían siguiendo sus pasos llegaron allí a las 10.30 tras enterarse de que anoche el buscado habría protagonizado un enfrentamiento a tiros.
Funes vive en el barrio Unión y Fuerza II, ubicado en esa zona limítrofe entre Luján, Godoy Cruz y Maipú. De acuerdo a los datos con que cuentan los sabuesos de la Dirección de Investigaciones, anoche Funes volvió al barrio con una pistola 9mm y se enfrentó a tiros con viejos rivales.
La Sexta Cámara del Crimen le había otorgado al joven el beneficio de prisión domiciliaria, que debía cumplir monitoreado con la pulsera electrónica. Como ya se ha comprobado en numerosos casos, el dispositivo no fue suficiente control y tras romperlo, Funes fue declarado prófugo el martes pasado.
Cuando los uniformados llegaron a buscarlo ayer en la mañana al asentamiento donde estaba oculto, Funes se resistió pero fue reducido y trasladado a los calabozos del Centro Transitorio de Detención (ex Contraventores).
El recapturado está procesado en una causa por robo agravado por el uso de arma de fuego en banda y en otra por abuso de arma de fuego. La Justicia provincial definirá ahora su destino.