El iPhone es sin lugar a dudas el teléfono inteligente más famoso del mundo. El inconfundible gadget de Apple es el principal ingreso (más del 45%) de la empresa más valiosa del planeta, con un capital de doscientos mil millones de dólares en ganancias durante 2015.
Pero el iPhone dista de ser perfecto. El emblemático teléfono es frecuentemente criticado por ofrecer más acabado estético y ornamentación de marketing pero no cumplir ciertas metas funcionales que sus competidores superan ampliamente.
La autonomía del smartphone de Apple es uno de sus puntos más débiles. Debido a su ínfimo grosor el iPhone 6 y 6S no poseen una batería significativamente superior a la presente en generaciones anteriores.
Con estos reclamos en mente, y con un inminente modelo a estrenar en 2016, Apple decidió resolver los problemas de batería con una nueva funda que recarga el aparato mientras vamos consumiendo su energía. Pero distinto al amor incondicional que muchos de sus clientes pregonan, este producto se encuentra en el centro de una gran controversia. ¿Qué tiene de malo?