Con muchas miradas puestas siempre en el gran escenario político nacional, donde todos sus actores se mueven al compás de los vaivenes económicos que desde hace meses soporta la Argentina, con cierta sorpresa se rearmó en la provincia la pelea por el proyecto para ampliar la Suprema Corte que el gobierno de Cornejo tiene pendiente de aprobación en Diputados y que forma parte de la reforma judicial que la actual gestión se ha empeñado en llevar a cabo incluyendo esa audaz y polémica transformación.
El fracaso de la sesión especialmente convocada para el martes a la tarde reavivó los duros cruces entre el cornejismo y la oposición por este delicado asunto, que adquiere una relevancia institucional muy grande por no contar con el más mínimo consenso político. Aunque por los hechos reiterados pareciera que esa actitud consensual no fuese prioritaria.
La poca habilidad (¿o intención?) dialoguista ha llevado las cosas a un tire y afloje en el que se refleja al milímetro la paridad numérica que tienen oficialismo y oposición en la Legislatura, más aún en este tema puntual, que llevó a aliados del espacio Cambia Mendoza, como Niven y Pereyra, a negarse a apoyar el proyecto y obligar a las huestes oficialistas a contar una por una las voluntades propias.
Tras el fracaso del martes, en el oficialismo tienen una muy dura crítica hacia el virtual líder del PI-Protectora, José Luis Ramón. Aducen que el cornejismo legislativo recibió en sus teléfonos mensajes del diputado nacional asegurando el compromiso de su partido a favor del quórum para hacer posible la sesión. Nada de eso ocurrió y el malestar que quedó entre los diputados del oficialismo que se jugaron por la sesión fue muy grande. Reconocen, sin embargo, que el diputado Vadillo “quería cumplir con la palabra empeñada”.
Aseguran que el Gobernador, contrariamente a lo que muchos pensaron, no pidió una rendición de cuentas a los responsables de la conducción de la Cámara baja y del bloque oficialista por el fallido debate. Prefirió esperar -aseguran- y luego salir a decir “lo que la gente tiene que saber”, según comentaron en alusión a las muy fuertes declaraciones que el mandatario provincial hizo el viernes, con acusaciones de tremendo porte a jueces y legisladores de la oposición.
Como falta poco tiempo para el receso legislativo de invierno, muy probablemente el oficialismo decida no insistir con la ley de inmediato. Pero destacan que el tema continúa en agenda por el convencimiento de los legisladores de que la propuesta que contempla la ampliación de la Corte “es necesaria para la mejora en la Justicia que este Gobierno pretende”.
Y añaden en el cornejismo que cuando decidan reintentar con la polémica iniciativa van a procurar asegurar “compromisos públicos” de aquellos legisladores que digan que están de acuerdo con apoyar o con dar quórum para que se debata, más allá de que no coincidan con el espíritu de la norma en discusión.
Cornejo había dispuesto dos reuniones a modo de agradecimiento por el apoyo político ante la casi segura aprobación de la ley. Pese al traspié del martes esos eventos no fueron suspendidos: una cena con los 23 diputados del oficialismo (son 25 en total, pero Niven y Pereyra no avalan que se amplíe la Corte) y al día siguiente un almuerzo con los intendentes, ambos en la residencia oficial de La Puntilla. Con los jefes departamentales se habló de la situación social y política, pero en general el encuentro no tuvo más trascendencia que la que la ya otorga el escenario de achique que se plantea para acomodarse a la ayuda del Fondo Monetario.
Mientras tanto, en el justicialismo, también destinatario de críticas y acusaciones del Gobernador, decidieron resistir “contra viento y marea” cada una de las intentonas que pudiesen movilizarse de ahora en más por la Corte.
Pese a las presiones existentes, la conducción del PJ está convencida de que desde todos los sectores internos van a seguir alineados con el mandato partidario en contra de la ampliación de la Corte. “Nadie se va a animar a jugar en contra”, aseguran.
El diputado nacional Omar Félix, que preside el peronismo provincial, cree que el proyecto debería ser archivado pero no duda de la probable insistencia de Cornejo en casos como éste y por lo tanto pretende que en su partido todos permanezcan con la guardia en alto para evitar sorpresas como la que pudo haber dado el Partido Intransigente en la frustrada sesión del martes.
El sanrafaelino niega enfáticamente que haya habido algún tipo de acercamiento con el Gobierno y que existiera de su parte una propuesta para llevar a 11 el número de jueces supremos, como adujo el Gobernador. Argumenta que si se oponen a dos jueces más para evitar que Cornejo tenga una Corte mayoritariamente influyente, menos aún podrían apuntar a 11 integrantes.
En el justicialismo miran con cierto entusiasmo lo sucedido el martes. Advierten que ajustando voluntades y aprovechando el estricto quórum que tiene el eje UCR-Pro en temas polémicos como el de la Corte, pueden avanzar en otros asuntos con mayores probabilidades de éxito.
De todos modos, cabe tener en cuenta que la mayoría la pierde el cornejismo por las disidencias de dos diputados del espacio oficialista en el tema puntual de la Suprema Corte, no así en otros asuntos. Aunque está claro que la relación con Marcos Niven no es para nada cordial en estos momentos y no se descarta que ese humor se traslade a otros asuntos que puedan resultar prioritarios para el Ejecutivo en el ámbito parlamentario.
Nadie va a ir en contra de las directivas cornejistas, pero no faltan quienes se preguntan en voz baja si la insistencia del Gobernador no constituye un error político, con más razón luego del amplio aval, incluyendo votos de la oposición, que obtuvo hace pocos días Dalmiro Garay para ser juez supremo y garantizarle a Cornejo desde julio una Corte que no lo mire con recelo.
Se trata de un tema institucional muy serio, porque no está en juego una iniciativa de gobierno sino la conformación de la instancia máxima de uno de los poderes del Estado. Eso obliga a la búsqueda de consensos indispensables. El argumento de una supuesta negativa crónica desde la oposición también se puede tornar injustificado en este caso.
Cornejo quiere demostrar que no es su intención perder la iniciativa política, que se pone a prueba en situaciones como la de esta semana. Hasta cierto punto desafortunada la situación, porque al Gobernador se le reconoce, con mucho consenso, que su prioridad por el reordenamiento administrativo de la provincia desde un primer momento dio buenos resultados, más allá de críticas que se le formulan desde la oposición por el endeudamiento dispuesto. Pero tiene el saque a su favor.