Apostillas

Apostillas

El color de las barras. Desde temprano las "barras reales" fueron llegando y se fueron acomodando en el Prado Gaucho. Con carteles, pancartas, fotos, instrumentos y otras cosas (todo lo que sirviera para hacer ruido servía) se fueron acomodando.

Cuando ya el sol se había escondido, los cantos aportaron su calor.

Lavalle, la más ruidosa. No se trató de una competencia y, de hecho, no otorgó puntos ni nada. Pero, objetivamente hablando, los amigos y familiares de Camila (Reina de Lavalle) se hicieron oír en la previa.

“Estamos muy ilusionadas y la vemos bastante bien. Hace 45 años no tenemos Reina, así que no vendría mal”, se animaron a soñar.

Buena onda en el back. Detrás del imponente escenario, en los minutos previos al inicio de la ceremonia, se respiraba mucha buena onda. Bailarines y coreutas compartían un refrigerio, se daban fuerza mutuamente y conversaban para relajarse un poco.

El “¡Vamos saliendo al escenario!” marcó el fin de la previa.

Marketing real. Familiares y amigos de la Reina se presentaron respetuosamente ante los periodistas que estaban en el palco para hacer llegar las fotos de las candidatas de los distintos departamentos.

General Alvear, Godoy Cruz, Rivadavia, Junín, San Rafael y Lavalle fueron algunas de las fotos que pasaron de mano en mano.

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